sábado, 1 de enero de 2011

Domingo, 23 de enero de 2011

“SÍGANME Y LOS HARÉ PESCADORES DE HOMBRES”

PRIMERA LECTURA
ISAIAS 8,23b-9,3

“NACIMIENTO Y REINADO DEL PRINCIPE DE LA PAZ”

En otro tiempo Dios humilló a Galilea, tierra de Zabulón y de Neftalí, región vecina a los paganos, que se extiende desde el otro lado del Jordán hasta la orilla del mar; pero después le concedió mucho honor. El pueblo que andaba en la oscuridad vio una gran luz; una luz ha brillado para los que vivían en tinieblas. Señor, has traído una gran alegría; muy grande es el gozo. Todos se alegran delante de ti como en tiempo de cosecha, como se alegran los que se reparten grandes riquezas.


REFLEXIÓN
El texto que leemos en la primera lectura forma parte del segundo Cántico del Siervo (Is 49,1 – 50,7) en el que se identifica al pueblo de Israel como el servidor de Dios; este Israel mencionado aquí no representa la totalidad del pueblo de Dios, sino que, tal vez, se refiera a aquella pequeña comunidad creyente desterrada en Babilonia, a ese grupo reducido que mantiene viva la esperanza y la fe. Ese grupo que, a pesar de estar lejos de su tierra, mantiene su confianza en Yahvé es el que traerá la salvación a todo el pueblo de Israel y al mundo entero, pues Dios ha puesto sus ojos en él y le ha asignado la misión de expresar a toda la creación su deseo más profundo: salvar a todos sin excepción. El profeta que escribe este cántico marca una gran diferencia en cuanto a la comprensión de la salvación prometida por Yahvé; siendo el tiempo del exilio, el profeta anuncia una salvación para todas las naciones, no únicamente para el pueblo de Israel.

SALMO RESPONSORIAL: 39
R. El Señor es mi luz y mi salvación.

SEGUNDA LECTURA
PRIMERA CORINTIOS 1,10-13.17

“SOMOS DE CRISTO”


Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo les ruego que todos estén siempre de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes. Vivan en armonía, pensando y sintiendo de la misma manera. Digo esto, hermanos míos, porque he sabido por los de la familia de Cloe que hay discordias entre ustedes. Quiero decir, que algunos de ustedes afirman: "Yo soy de Pablo"; otros: "Yo soy de Apolo"; otros: "Yo soy de Cefas"; y otros: "Yo soy de Cristo." ¿Acaso Cristo está dividido? ¿Fue crucificado Pablo en favor de ustedes? ¿O fueron ustedes bautizados en el nombre de Pablo? pues Cristo no me mandó a bautizar, sino a anunciar el evangelio, y no con alardes de sabiduría y retórica, para no quitarle valor a la muerte de Cristo en la cruz.

REFLEXIÓN
Pablo inicia su carta confirmando la universalidad del Reino de Dios; expresando que el mensaje de salvación es para todos los que en cualquier lugar -y tiempo- invocan el nombre de Jesucristo. Este saludo es dirigido a los cristianos de Corinto; sin embargo, por la manera en que Pablo escribe, se puede afirmar que el apóstol se está refiriendo a la única y universal Iglesia de Cristo, que se hace presente históricamente en los creyentes de Corinto. Es decir, que aunque Pablo escriba de manera particular a esta comunidad, su mensaje desborda los límites de espacio y tiempo, adquiriendo en todo momento actualidad y relevancia, pues es una Palabra dirigida a la humanidad entera. Hombres y mujeres hemos recibido la gracia de ser hijos de Dios, por medio de Jesús; hemos sido consagrados por Dios para realizar la “misión” de hacer presente, aquí y ahora, el reino de Dios: hacer de este mundo un lugar más justo y solidario, menos violento y destructor, más libre y fraterno. Quien asume como modo normal de vida este horizonte liberador está invocando el nombre de Jesús.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 4, 12,23

“SEGUIDLE Y DEJADLO TODO”

Cuando Jesús oyó que habían metido a Juan en la cárcel, se dirigió a Galilea. Pero no se quedó en Nazaret, sino que se fue a vivir a Cafarnaúm, a orillas del lago, en la región de las tribus de Zabulón y Neftalí. Esto sucedió para que se cumpliera lo que había escrito el profeta Isaías: "Tierra de Zabulón y de Neftalí, al otro lado del Jordán, a la orilla del mar: Galilea, donde viven los paganos. El pueblo que andaba en la oscuridad vio una gran luz; una luz ha brillado para los que vivían en sombras de muerte."
Desde entonces Jesús comenzó a proclamar: "Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca."
Jesús llama a cuatro pescadores
Jesús iba caminando por la orilla del Lago de Galilea, cuando vio a dos hermanos: uno era Simón, también llamado Pedro, y el otro Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la red al agua. Jesús les dijo:
--Síganme, y yo los haré pescadores de hombres.
Al momento dejaron sus redes y se fueron con él.
Un poco más adelante, Jesús vio a otros dos hermanos: Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en una barca arreglando las redes. Jesús los llamó, y en seguida ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Jesús enseña a mucha gente
Jesús recorría toda Galilea, enseñando en la sinagoga de cada lugar. Anunciaba la buena noticia del reino y curaba a la gente de todas sus enfermedades y dolencias.

REFLEXIÓN
Hay que notar el vínculo que une la misión de Juan y la de Jesús. Como Juan, Jesús tiene un mensaje de conversión en sus labios. La tarea de estos dos predicadores es semejante también en que su palabra se dirige a las multitudes, y particularmente a los despreciados y a los pobres, más que a los poderosos. Por eso vemos a Jesús en tierra considerada prácticamente de paganos, lo que en otro tiempo fue la heredad de las tribus de Zabulón y de Neftalí.
El contenido de lo que sería la «primera predicación» de Jesús,-No era sólo un anuncio, sino una con-moción: Jesús anunciaba para invitar al cambio, para animar la esperanza en el cambio que Dios mismo estaba a punto de avivar. Por eso, su anuncio era para la conversión: «cambien su vida y su corazón porque el Reino de los Cielos se ha acercado». -Aquí hay una doble dirección: hay que cambiar (convertirse) «porque» viene el Reinado de Dios, y, también, hay que cambiar «para que» venga, para hacer posible que venga.
El carácter concreto del tipo de praxis que Jesús adopta, que no es la de transformar la sociedad él mismo directamente, con sus propias prácticas, no es la de afrontar directamente la tarea, con desbordante generosidad llama a otros a que se asocien a su misión; estos serán sus primeros apóstoles. Pronto se notará el abismo que separa a Jesús de sus compañeros, que están interesados en metas de muy corto plazo, como ser "el más importante" dentro de ese grupo. La paciencia y el amor de Cristo quedarán entonces a la vista, pues a través de esos mismos ignorantes y rudos hombres un día hará llegar la buena noticia a todas las naciones.

PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Sabiendo que el llamado que Dios me ha hecho ha sido por amor y no por mis cualidades, cómo estoy respondiendo a éste?
2. ¿Aplico en mi vida la palabra que Pablo dirige a los corintios en cuanto a si soy instrumento de división o de unidad?
3. ¿Qué Reino soy capaz de ver? ¿Vivo en situación de Buena Noticia? ¿Vivo con optimismo,


ORACIÓN
Oh Jesús, Tú que conoces todas mis debilidades hoy quiero agradecerte el llamado que me has hecho para formar parte de tus discípulos, sé que sólo con tu ayuda podré responder con el mismo amor que Tú me tienes a la misión de llevar la buena nueva a aquellos que no te conocen. Amén.

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