“ESTAR ATENTOS
(AS) A LO QUE HAY EN EL CORAZÓN”
PRIMERA LECTURA
ECLESIÁSTICO 27, 4-7
“No alabes a nadie antes de que razone”
Se agita la criba y queda el desecho, así el desperdicio del hombre
cuando es examinado. El horno prueba la vasija del alfarero, el hombre se
prueba en su razonar. El fruto muestra el cultivo de un árbol, la palabra, la
mentalidad del hombre. No alabes a nadie antes de que razone, porque esa es la
prueba del hombre." Palabra de Dios
REFLEXIÓN
Esta primera lectura del libro del
Eclesiástico o Sirácidas, titulo referido al nombre del autor, uno de los
tantos sabios de Israel llamado Jesús Bensirac; escrito posiblemente a finales
del siglo tercero o comienzos del siglo segundo antes de Cristo. La intención
del autor era la de animar a la comunidad judía que se encontraba dispersa,
lejos del territorio de Israel, para que se mantuvieran firmes a la ley y a las
enseñanzas de sus padres frente a las fuertes influencias que ejercían sobre
ellos la cultura y la filosofía helenista (griega). El mismo autor quiere hacer
énfasis entre la diferencia de la simple razón e inteligencia humana y la
sabiduría que viene de Dios. La inteligencia de la filosofía griega se
relacionaba con el adquirir conocimientos para la mente; en cambio la sabiduría
era considerada como el arte de “saber vivir”, disfrutar, apreciar y valorar la
vida; no necesariamente desde una academia intelectual a partir de mucho
racionamiento e intelecto humano. El culmen de esta sabiduría era llevar al
conocimiento y servicio de Dios.
Esta lectura de hoy quiere motivar
también a ser procesos de discernimiento en la vida para descubrir en nosotros,
a los demás, identificar la realidad de la propia vida, a través de las palabras
que como en el horno pueden quemar o poner a prueba a la persona. Por la manera
de hablar se puede empezar a conocer a una persona, ir descubriendo la verdad
de lo que es o pretende mostrar.
SALMO RESPONSORIAL: 91
R./ Es bueno darte gracias, Señor.
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre,
oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad. R.
El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios. R.
En la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es un himno de acción de gracias a Dios por sus obras
maravillosas. La ayuda del Señor es fuente eterna de alegría, que se manifiesta
en el canto litúrgico. La fe debe hacernos alegres en la esperanza, pacientes
en la tribulación, constantes en la oración.
SEGUNDA LECTURA
1CORINTIOS 15, 54-58
“Nos da la victoria por Jesucristo”
Hermanos: Cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y esto
mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra escrita:
"La muerte ha sido absorbida en la victoria.¿Dónde está, muerte, tu
victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?"El aguijón de la muerte es el
pecado, y la fuerza del pecado es la Ley. ¡Demos gracias a Dios, que nos da la
victoria por nuestro Señor Jesucristo! Así, pues, hermanos míos queridos,
manteneos firmes y constantes. Trabajad siempre por el Señor, sin reservas, convencidos
de que el Señor no dejará sin recompensa vuestra fatiga. Palabra del Señor
REFLEXIÒN
Esta segunda lectura continúa abordando
el tema conflictivo sobre la resurrección, como fundamento de la fe cristiana
naciente. Los discípulos(as) son los testigos de esta experiencia profunda,
trascendental, sobre natural. Las apariciones que se dan entorno al resucitado,
implican un encuentro de vida que transforma poco a poco radicalmente la vida
del creyente, hasta hacerlo una persona nueva, vigorosa en el poder del
Espíritu Santo. Por eso más adelante todos aquellos discípulos y discípulas se
convierten en testigos idóneos de su resurrección y se fueron por todo el mundo
a anunciar la buena noticia de liberación del Reino de Dios. Esto es la que
Pablo, al dirigirse a la comunidad de Corinto, le quiere mostrar, el gran valor
de la victoria de Cristo sobre la muerte y con ello que es posible superar
nuestras propias limitaciones viviendo un encuentro personal con este Salvador
que transforma la vida. Además de invitar o motivar a la alabanza y a la acción
de gracias como respuesta a esta gigante y maravillosa obra de la redención; de
la misma manera el apóstol exhorta a la comunidad a permanecer y perseverar en
esa victoria sobre los obstáculos, dificultades y la muerte, y a mantener
siempre la esperanza en el encuentro definitivo con el Señor Jesús.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 6, 39-45
“Lo que rebosa del corazón, lo habla la boca”
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: "¿Acaso
puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo
no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su
maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no
reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano:
"Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la
viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y
entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano. No hay árbol
sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se
conoce por su fruto; porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian
racimos de los espinos. El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón
saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque lo que rebosa
del corazón, lo habla la boca. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Jesús, «profeta poderoso en obras y
palabras», primero comenzó "haciendo" para enseñar, Jesús que
provocaba el asombro de unas muchedumbres «que oían “lo que hacía”» tanto o más
que lo que decía, recogerá esta veta profética e insistirá -con fuerza mayor y
una coherencia total hasta su propia muerte- en que «no todo el que “dice”...
sino el que “hace” la voluntad del Padre entrará en el Reino» (Mt 7,21-23); que
«los verdaderos adoradores adorarán en espíritu y en verdad», y que si lo
amamos a Él «practicaremos sus mandatos» (Jn 14,24).
La palabra de Jesús alcanza en este
punto su claridad máxima cuando propone la práctica del amor, especialmente
«con estos mis hermanos más pequeños», como el «criterio de salvación». La
parábola del «buen samaritano» subrayará esta primacía de la práctica del amor
por encima de fronteras de creencias, cultos o religión. El evangelio de Juan
recalcará hasta la saciedad que la práctica concreta, las obras, son las que
dan testimonio creíble. "Por sus obras los conocerán", dice Jesús. La
prueba de la persona está en su hablar (segunda lectura de hoy). "Obras
son amores, y no buenas razones", dice un refrán castellano. "Una
cosa es predicar y otra dar trigo", dice otro. "Del dicho al hecho
hay un buen trecho", añade un tercero. El obrar sigue al ser, decía por su
parte un principio aristotélico: “los frutos buenos sólo pueden venir del árbol
bueno”.
Jesús no simplemente
"predicó" esta primacía de la práctica, sino que la vivió. Pasó por
este mundo «haciendo el bien», y «todo lo hizo bien» ... De ahí que Jesús
recomiende a sus seguidores que comiencen por practicar lo que confiesan con la
boca, lo que creen con la fe. Importa mucho que el seguidor de Jesús presente
antes de nada las credenciales de su autenticidad. Su vida ha de ser el modelo
de lo que predica. No es posible creer a quien contradice con los hechos lo que
dice con sus palabras. Por eso, Jesús nos inculca la necesidad de vivir
coherentemente con lo que creemos, como condición previa a todo
"apostolado". No es posible pretender corregir o mejorar a los demás
cuando nuestra vida no muestra aquello que predicamos; eso sería ser ciegos y
querer guiar a los demás. La mejor invitación a los otros, en este sentido, es
el propio ejemplo: "el ejemplo arrastra", dice el refrán. Es
necesaria pues la humildad de comenzar por luchar contra los propios defectos,
en vez de querer corregir a los demás. "Quita la viga de tu ojo, y
entonces podrás quitar la brizna del ojo de tu hermano". Lo contrario es
incoherencia y probablemente hipocresía. Jesús, en su propia persona, fue
ejemplo de esa misma veracidad y autenticidad y nos invita a que lo pongamos en
práctica hoy. Recordemos lo que decía José Martí: "Hay tiempos en los que
la mejor manera de decir es hacer".
ORACIÓN
Señor queremos seguir tu ejemplo,
ayúdanos a que nuestra vida sea coherente con lo que predicamos, que con
nuestro ejemplo hagamos que muchos lleguen a ti, que demos ante todo frutos
buenos y abundantes. Ayúdanos también a que primero miremos nuestro actuar,
nuestros defectos, nuestras “vigas” antes que criticar y ver las de los demás.
Amén.
“Si fijamos la
atención en criticar al prójimo, descuidamos nuestro propio actuar”
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