“ANUNCIAR A DIOS SIN TEMOR”
PRIMERA LECTURA
JEREMIAS 20,10-13
“El Señor está conmigo, como fuerte soldado”
Oía el cuchicheo de la gente: "Pavor en torno; delatadlo, vamos a
delatarlo." Mis amigos acechaban mi traspié: "A ver si se deja
seducir, y lo abatiremos, lo cogeremos y nos vengaremos de él." Pero el
Señor está conmigo, como fuerte soldado; mis enemigos tropezarán y no podrán
conmigo. Se avergonzarán de su fracaso con sonrojo eterno que no se olvidará.
Señor de los ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón,
que yo vea la venganza que tomas de ellos, porque a ti encomendé mi causa.
Cantad al Señor, alabad al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los
impíos. Palabra de Dios
REFLEXIÓN
La vida de Jeremías fue una vida marcada por muchos miedos,
especialmente debidos a la incomprensión y dureza de su propio pueblo. Marcado
por una soledad dolorosa, que no carecía de significado en el conjunto de su
ministerio profético, este hombre admirable vivió con intensidad singular lo
que significa "amar a Dios sobre todas las cosas". En su voz,
aterrada por las amenazas de sus enemigos, sigue siendo más fuerte el amor a
Dios y a su alianza.
Tal es la fuerza de la fe. No es un blindaje que nos impide sentir la
oposición, la burla, el dolor o la incomprensión. No es una anestesia que nos
distrae mientras el mundo nos ataca con su crueldad o nos castiga con su
indiferencia. Es una luz sobrenatural que nos permite reconocer detrás de toda
bruma el esplendor de un amor que se ha entregado entero por nosotros; es una
energía interior que nos mueve más allá de nosotros mismos a una fidelidad que no
es otra cosa sino la fidelidad divina obrando adentro de quienes han estado
dispuestos a creer.
SALMO RESPONSORIAL: 17
R. / En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.
Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R.
Me cercaban olas mortales,
torrentes destructores me aterraban,
me envolvían las redes del abismo,
me alcanzaban los lazos de la muerte. R.
En el peligro invoqué al Señor,
grité a mi Dios:
desde su templo él escuchó mi voz,
y mi grito llegó a sus oídos. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es una alabanza a Dios (puesta en boca de David) por la
protección que obtuvo en su lucha contra diversos enemigos. La presencia de
Dios se manifestó en medio de la tormenta. El tono guerrero de este salmo
podemos tomarlo como una imagen literaria y aplicarla a realidades nuevas, en
el orden espiritual. También estamos en lucha con el pecado, con el mal, con la
muerte. Dios es el único que pude iluminar nuestras tinieblas. Cristo, es el
Rey victorioso.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 10,31-42
“Intentaron detenerlo, pero se les escabulló de las manos”
En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él
les replicó: "Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre:
¿por cuál de ellas me apedreáis?" Los judíos le contestaron: "No te
apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un
hombre, te haces Dios." Jesús les replicó: "¿No está escrito en
vuestra ley: "Yo os digo: Sois dioses"? Si la Escritura llama dioses
a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la Escritura),
a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros que blasfema porque
dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero
si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis
y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre." Intentaron de nuevo
detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado
del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos
acudieron a él y decían: "Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan
dijo de éste era verdad." Y muchos creyeron en él allí. Palabra
del Señor
REFLEXIÓN
Jesús ha sido fiel a su Padre Dios. Lo único que ha hecho durante toda
su vida es mostrar el amor y la bondad infinita amor y la bondad infinita
del Padre. Las buenas obras de Jesús se dirigen a reconstruir la creación como
estaba en el diseño de Dios. Jesús busca por todos los medios posibles
inaugurar el reino de la vida y destruir el imperio de la muerte. La obra de
Dios, que Jesús confirma con su vida y su palabra, es un ininterrumpido trabajo
de creación y de liberación. Esa tarea que hace el Padre, también la hace el
Hijo y asume las consecuencias de crear la vida y de liberarla de toda
esclavitud. Jesús se presenta como Hijo. No tiene más nada que lo acredite
frente al Pueblo. Dios mismo da testimonio de él, pero la gente más creyente no
le cree a Dios. Esto puede pasar hoy con nosotros. Estemos atentos. Que tanta
religión no nos haga perder de vista la revelación plena de Dios en su Hijo
Jesús.
ORACIÓN
Queremos Señor apasionarnos por ti, enamorarnos de ti, estar
contigo y así siempre vivir, con nuestra vida puesta en tus manos, seguros(as)
de tu amor, acompañamiento y ayuda. No nos sueltes de tu mano, por favor; que
tu Espíritu Santo nos envuelva en todas las áreas de nuestra vida para vencer
todo lo que nos aparte de ti. Amén.
“Cuando hablamos en
nombre de Dios no debemos preocuparnos por alcanzar la aprobación de las otras
personas”
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