jueves, 1 de febrero de 2024

Martes 06 de Febrero de 2024

 

“TRADICIONES… O AMOR A DIOS”

 

PRIMERA LECTURA

1REYES 8,22-23.27-30

 

“Sobre este templo quisiste que residiera tu nombre. Escucha la súplica de tu pueblo, Israel.”

 

En aquellos días, Salomón, en pie ante el altar del Señor, en presencia de toda la asamblea de Israel, extendió las manos al cielo y dijo: "¡Señor, Dios de Israel! Ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra hay un Dios como tú, fiel a la alianza con tus vasallos, si caminan de todo corazón en tu presencia. Aunque ¿es posible que Dios habite en la tierra? Si no cabes en el cielo y en lo más alto del cielo, ¡cuánto menos en este templo que he construido! Vuelve tu rostro a la oración y súplica de tu siervo, Señor, Dios mío, escucha el clamor y la oración que te dirige hoy tu siervo. Día y noche estén tus ojos abiertos sobre este templo, sobre el sitio donde quisiste que residiera tu nombre. ¡Escucha la oración que tu siervo te dirige en este sitio! Escucha la súplica de tu siervo y de tu pueblo, Israel, cuando recen en este sitio; escucha tú, desde tu morada del cielo, y perdona." Palabra de Dios

 

 

REFLEXIÓN

Salomón ora en el templo, el grandioso templo que será durante siglos el corazón de la vida de la fe del pueblo de Dios. Sus palabras destacan la grandeza de Dios que hace ver pequeño al templo mismo; y piden compasión y perdón. Hay pues, un juego maravilloso de contrastes entre lo grande del momento y de la construcción, y lo pequeñas que son nuestras vidas y nuestras obras frente a la santidad y la inmensidad del Señor.

Hay varios modos de aprovechar para nuestra vida las enseñanzas la lectura de hoy. Ante todo, es bello que Salomón es tan humilde cuando era más grande a los ojos de su pueblo. Otro aspecto interesante es aquello de no idolatrar las obras de nuestras manos. Lo más sano es ver todo lo que hacemos como Salomón vio su templo. Él sabía que no iba a hacer nada más grande en su vida y sin embargo comprendió que el Dios que rebasa los cielos sobrepasa también el breve espacio de unos ladrillos.

 

SALMO RESPONSORIAL: 83

R. /  ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!

 

 Mi alma se consume y anhela

 los atrios del Señor,

 mi corazón y mi carne

 retozan por el Dios vivo. R.

 

 Hasta el gorrión ha encontrado una casa;

 la golondrina, un nido

donde colocar sus polluelos:

 tus altares, Señor de los ejércitos,

 Rey mío y Dios mío. R.

 

 Dichosos los que viven en tu casa,

 alabándote siempre.

Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo,

 mira el rostro de tu Ungido. R.

 

 Vale más un día en tus atrios

 que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios

 a vivir con los malvados.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este salmo es un canto puesto en boca de los peregrinos que se dirigen al templo de Jerusalén y expresan la alegría del encuentro con el Señor. El templo definitivo donde Dios se hace presente ente los seres humanos es Cristo y la nueva Jerusalén es la Iglesia. Dios invita a todos los pueblos a dirigirse a ella.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MARCOS  7,1-13

 

“Dejais a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la  tradición de los hombres”

 

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.) Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: "¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?" Él les contestó: "Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres."

 

Y añadió: "Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: "Honra a tu padre y a tu madre" y "el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte"; en cambio, vosotros decís: Si uno le dice a su padre o a su madre: "Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo", ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os trasmitís; y como éstas hacéis muchas." Palabra del Señor

 

REFLEXIÓN

Es muy fácil confundir los medios con los fines, sobre todo en las prácticas religiosas. Cuanto más exigente y confortante sea una práctica religiosa, tanto más las personas creyentes las consideran fijas. Pero el creyente debe siempre discernir si su práctica religiosa es un medio o un fin. El evangelio nos propone hoy una reflexión sobre unas prácticas religiosas judías que ayudaban a sus practicantes a fortalecer la conciencia que debían tener de sus diferencias con los demás. Las prácticas de purificación, dentro de las que se contaban los baños rituales, son un medio eficaz para que los creyentes estuvieran siempre preparados para participar en el culto y para la piedad diaria. Sin embargo, estas prácticas tan estrictas con frecuencia provocaban que los creyentes las convirtieran en un medio para creerse superiores a los demás y para excluir o marginar a quienes no podían cumplirlas o tenían otras creencias. Esta tentación no sólo era un problema en ‘otras’ religiones, sino que era una amenaza frecuente en el judaísmo y hasta en el propio cristianismo. La enseñanza de Jesús es muy clara: las prácticas religiosas sólo son un medio para discernir la voluntad de Dios. Lo fundamental es el amor y la justicia.

 

ORACIÓN

Señor Jesús, haznos en este día como tú, enséñanos a vivir conforme a tu voluntad, que la ley y las tradiciones no prevalezcan sobre tus principios de amor y justicia. Sumérgenos en ti, purifica nuestro corazón, que nuestra alma encuentre la gracia de tu santidad. Haznos puros y humildes de corazón para que nuestras manos, nuestra vida pueda elevarse a ti en perfecta adoración. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de María Eugenia Vanegas en su cumpleaños. Amén 

 

“Las tradiciones al final terminan anulando la Palabra de Dios”

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: