“DIOS NO SE DEJA GANAR EN GENEROSIDAD”
PRIMERA LECTURA
ECLESIÁSTICO 35,1-15
“El que guarda los mandamientos ofrece
sacrificio de acción de gracias”
El que observa la ley hace una buena
ofrenda, el que guarda los mandamientos ofrece sacrificio de acción de gracias;
el que hace favores ofrenda flor de harina, el que da limosna ofrece sacrificio
de alabanza. Apartarse del mal es agradable a Dios, apartarse de la injusticia
es expiación. No te presentes a Dios con las manos vacías; esto es lo que pide
la ley. La ofrenda del justo enriquece el altar, y su aroma llega hasta el
Altísimo. El sacrificio del justo es aceptado, su ofrenda memorial no se
olvidará. Honra al Señor con generosidad y no seas mezquino en tus ofrendas;
cuando ofreces, pon buena cara, y paga de buena gana los diezmos. Da al
Altísimo como él te dio: generosamente, según tus posibilidades, porque el
Señor sabe pagar y te dará siete veces más. No lo sobornes, porque no lo
acepta, no confíes en sacrificios injustos; porque es un Dios justo, que no
puede ser parcial. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La primera lectura nos enseña cómo
hacer ofrendas. No se trata de "comprar" a Dios, ni de comprar su
amor, su benevolencia o sus favores. La vida misma es una ofrenda
agradable a Dios, cuando es una vida recta y justa: "cumplir la ley vale
tanto como hacer muchas ofrendas; obedecer los mandamientos es como ofrecer
sacrificios de reconciliación. Ser agradecido es como ofrecer la mejor harina a
Dios, y dar limosna es como hacer sacrificios de alabanza. Lo que agrada al
Señor es que te apartes del mal; si te apartas de la injusticia, obtendrás el
perdón de tus pecados" nos dice la lectura de hoy. Por ello
también la ofrenda no es un reemplazo de lo que la vida no ha sido, pues hay
una indicación elocuente: "el sacrificio del justo es aceptado, su ofrenda
no se olvidará" (Sir 35,9), y también: "no confíes en ofrendas de
cosas mal habidas, porque él es un Dios justo, y trata a todos por igual"
(Sir 35,15)
Ofrecer nuestras cosas y ofrecernos a
Dios es un acto de justicia y una expresión de gratitud, por eso "no te
presentes al Señor con las manos vacías" (Sir 35,6). Lo que damos a Dios
es un reconocimiento ante nuestra conciencia y ante los hermanos de la
generosidad divina, y por esto ofrendamos de buena gana y con abundancia:
"honra al Señor con generosidad y no seas mezquino en tus ofrendas; cuando
ofreces, pon buena cara, y da los diezmos con alegría. Da al Altísimo como él
te dio: generosamente, según tus posibilidades" (Sir 35,10-12). Una
ofrenda generosa nos hace entender la lógica de Dios que no es la del comercio,
en que se recibe tanto como se da, sino la lógica del amor y la alegría, en que
todo se multiplica perfecta y maravillosamente: "siete" veces (Sir
35,13).
SALMO RESPONSORIAL: 49
R. / Al que sigue buen camino le
haré ver la salvación de Dios.
"Congregadme a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un
sacrificio."
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar. R.
"Escucha, pueblo mío, me voy a
hablarte;
Israel, voy a dar testimonio contra ti;
-yo, Dios, tu Dios-.
No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante
mí." R.
"Ofrece a Dios un sacrificio de
alabanza,
cumple tus votos al Altísimo.
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios."
R.
OREMOS CON EL SALMO
El Señor Juez supremo echa en cara a su
pueblo el atribuir excesivo valor a los sacrificios de animales, y reprocha a
los malos el no poner en práctica las exigencias de la alianza. El nuevo
Testamento reconoce que el sacrificio de Cristo supera y hace caducos los
antiguos sacrificios, pero nos recuerda también la necesidad de vivir de
acuerdo con nuestra profesión de fe.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 10,28-31
“Recibiréis en este tiempo cien veces
más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna”
En aquel tiempo, Pedro se puso a decir
a Jesús: "Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos
seguido." Jesús dijo: "Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o
hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio,
recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más -casas y hermanos y hermanas y
madres e hijos y tierras, con persecuciones-, y en la edad futura, vida eterna.
Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros." Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
Pedro no se queda atrás y toma la
palabra. Siente que su comportamiento es distinto al del hombre rico, por eso
le reclama a Jesús: “Mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”.
Implícitamente aflora una pregunta, si aquel hombre siendo rico se fue triste, ¿
qué sucederá con nosotros? Jesús no parece aclararle su pregunta, le
habla de una recompensa que se mueve desde la gratuidad: “Todo el que deje […]
ha de recibir cien veces más”. No es una simple operación matemática, ni
rigurosamente bancaria. El seguimiento de Jesús es un don, una gracia, que
exige la ruptura con el propio programa de vida. Quien lo ha vivido puede dar
testimonio de que ha recibido mucho más. Esto choca con la dinámica de nuestro
mundo capitalista que se mueve desde el tener, la máxima ganancia y el poder.
Como discípulos y misioneros debemos estar atentos con las motivaciones que
tenemos para seguir a Jesús en la vocación a la que hemos sido llamados.
¿Reflexionemos hoy ,¿ Qué es lo que nos mueve para seguir al Señor?
ORACIÓN
La ofrenda más agradable para ti,
Bendito Señor, es que nos dispongas a seguirte, a negarnos a nosotros y hacer
tu voluntad, a servir a los más necesitados. Llénanos de tu gracia y
poder, para no ser indiferentes al dolor ajeno y en tu nombre ser respuesta de
amor y entrega, asumiendo un compromiso por la justicia, como lo recibimos de
Ti. Amén.
“No podrás llevar
contigo nada de los que has recibido, sino lo que has dado. Un corazón
enriquecido por el servicio, el amor, el sacrificio y el valor “ (San Francisco
de Asís)
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