lunes, 1 de mayo de 2023

Martes 23 de Mayo de 2023

 

 

“TODOS DEBEMOS SER UNO”

 

PRIMERA LECTURA

HECHOS 20,17-27

 

“Completo mi carrera, y cumplo el encargo que me dio el Señor Jesús”

 

En aquellos días, desde Mileto, mandó Pablo llamar a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso. Cuando se presentaron, les dijo: "Vosotros sabéis que todo el tiempo que he estado aquí, desde el día que por primera vez puse pie en Asia, he servido al Señor con toda humildad, en las penas y pruebas que me han procurado las maquinaciones de los judíos. Sabéis que no he ahorrado medio alguno, que os he predicado y enseñado en público y en privado, insistiendo a judíos y griegos a que se conviertan a Dios y crean en nuestro Señor Jesús. Y ahora me dirijo a Jerusalén, forzado por el Espíritu. No sé lo que me espera allí, sólo sé que el Espíritu Santo, de ciudad en ciudad, me asegura que me aguardan cárceles y luchas. Pero a mí no me importa la vida; lo que me importa es completar mi carrera, y cumplir el encargo que me dio el Señor Jesús: ser testigo del Evangelio, que es la gracia de Dios. He pasado por aquí predicando el reino, y ahora sé que ninguno de vosotros me volverá a ver. Por eso declaro hoy que no soy responsable de la suerte de nadie: nunca me he reservado nada; os he anunciado enteramente el plan de Dios." Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Durante todo este período de Pascua hemos venido siguiendo el desarrollo de la iglesia, en medio de ires y venires, de triunfos y fracasos, hemos descubierto que Dios está  presente en la historia humana. Pues bien, durante hoy y mañana escucharemos el discurso de despedida de Pablo ante los responsables de las comunidades cercanas a Efeso. Como en todo discurso de despedida, encontramos aquí una mirada al pasado, otra, al presente y una final al futuro de la comunidad.  Pablo ante todo, hace un resumen global de su ministerio, en el que se presenta a sí mismo como modelo de  apóstol y responsable de la comunidad. Ahora Pablo se dirige a Jerusalén, “forzado por el Espíritu”. Y de nuevo es admirable su actitud y disponibilidad: “no sé lo que me espera allí”, aunque si estoy seguro que me aguardan cárceles y luchas”. Y sin embargo va con confianza: “no me importa la vida: lo que me importa es completar mi carrera y cumplir el en encargo que me dio el Señor Jesús: ser testigo del Evangelio, que es la gracia de Dios”.

 

SALMO RESPONSORIAL: 67

R. / Reyes de la tierra, cantad a Dios.

 

Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa,

aliviaste la tierra extenuada;

y tu rebaño habitó en la tierra

que tu bondad, oh Dios, preparó para los pobres. R.

 

Bendito el Señor cada día,

Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación.

Nuestro Dios es un Dios que salva,

el Señor Dios nos hace escapar de la muerte. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este salmo nos recuerda hoy que la historia de salvación tiene su culminación en la historia de Jesús y del pueblo que le sigue, le cree y recibe su Espíritu Santo, por eso la invitación a unirse al pueblo de Dios en su acción de gracias se hace cada vez más universal. 

 

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 17,1-11a

 

“Padre, glorifica a tu Hijo”

 

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: "Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a los que le confiaste. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la tierra, he coronado la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame cerca de ti, con la gloria que yo tenía cerca de ti, antes que el mundo existiese. He manifestado tu nombre a los hombres que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado. Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por éstos que tú me diste, y son tuyos. Sí, todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti."  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

La palabra gloria, para nosotros significa triunfo, elevarse por encima de los demás. En el evangelio la Gloria de Jesús significa la condición de alguien que merece un lugar elevado pero lo ha renunciado por servir a los demás. Es “la gloria humilde”. La renuncia a toda postura de superioridad. La Gloria humilde es también “gloria profunda”, la gloria de la más honda intimidad con el Padre. En Jesús se ha dado la relación más cercana a Dios que un ser humano pueda llegar a tener. Los discípulos de Jesús participamos de su gloria, la “humilde” del servicio y la “profunda” de la comunión con Dios. El papa Francisco dice que “nuestra Iglesia entra en una cuaresma histórica para despojarse de las pompas y de todo sentido de superioridad que humilla a otros, que paraliza y corrompe su credibilidad” y rompe la igualdad entre las personas. Pidamos al Señor que la “Gloria humilde y profunda de Jesús” nos ayude a liberarnos de toda ansia de dominio y competencia. 

 

ORACIÓN

Señor, Tú nos permites transmitir la Buena Nueva de muchas maneras, incluso de algunas que no entendemos, pues no se trata, solamente  de llegar a las naciones y predicar a muchos,  sino en nuestro propio entorno y con nuestro testimonio de vida. Ayúdanos a ser personas pacifistas,   amorosas, pegadas a ti, que busquemos la “gloria humilde y profunda” que hoy nos enseñas, que no nos dejemos  robar la paz, ni nos dejemos llevar por los ideales del mundo egoísta, consumista, que anhela solo el poder, sino que obremos según tu voluntad. Amén  

 

"Ser cristiano, vivir en el Espíritu y ser discípulo de Jesús significa cuidar la manera de vivir, anunciar no solo con palabras sino con la vida y ofrecer el Evangelio integro.”

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