miércoles, 1 de enero de 2020

Sábado 11 de Enero de 2014


“VIVIR EN ACTITUD DE CONFIANZA RESPECTO A DIOS”

PRIMERA LECTURA
1 JUAN 5,14-21

Nos escucha en lo que pedimos”

Queridos hermanos: En esto está la confianza que tenemos en él: en que si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha. Y si sabemos que nos escucha en lo que le pedimos, sabemos que tenemos conseguido lo que le hayamos pedido.
Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no es de muerte, pida y Dios le dará vida -a los que cometan pecados que no son de muerte, pues hay un pecado que es de muerte, por el cual no digo que pida-. Toda injusticia es pecado, pero hay pecado que no es de muerte.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Engendrado de Dios lo guarda, y el Maligno no llega a tocarle. Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero yace en poder del Maligno. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna. Hijos míos, guardaos de los ídolos. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La primera lectura nos recuerda hoy que mientras vivamos en Cristo Jesús confiados en Él y en sintonía profunda con su persona y su proyecto de vida, nuestra oración cobra poder porque aprendemos a pedir según su voluntad, con la certeza de ser escuchados. Puede que en el seguimiento del Señor tengamos algunas caídas que pueden debilitar nuestra relación con Él, disminuyendo nuestra capacidad de percepción de su voluntad, pero Él mismo viene en nuestra ayuda, endereza nuestros pasos, y no nos deja abandonados a nuestra suerte, porque permanece siempre fiel a su amor misericordioso.

Alejarnos de Dios es entrar en el mundo de la muerte, lejos de la comunión de la vida con Él. Cuando el ser humano se hace dios de sí mismo y criterio de su propia conducta egoísta y autosuficiente, está negando a Jesucristo que es la vida misma y crea de esta manera las condiciones para su propio fracaso y derrota, pues se convierte en idolatra. Tal vez una de las grandes razones aparte de la búsqueda desmesurara del tener, placer y poder es la mentalidad relativista del mundo actual en que vivimos, que lo hace creer que nada es malo y que la fe en Dios es un estorbo para su realización personal. Por eso estamos llamados, en cuanto a discípulos(as) de Jesucristo, a mantenernos vigilantes y abiertos a sus bendiciones, y dispuestos a llevar su Buena Noticia a quienes viven alejados de Él.

SALMO RESPONSORIAL: 149
R: El Señor ama a su pueblo.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas,
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 3,22-30

“Nadie puede tomarse algo para si mismo”
En aquel tiempo, fue Jesús con sus discípulos a Judea, se quedó allí con ellos y bautizaba. También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín, porque había allí agua abundante; la gente acudía y se bautizaba. A Juan todavía no le habían metido en la cárcel.
Se originó entonces una discusión entre un judío y los discípulos de Juan acerca de la purificación; ellos fueron a Juan y le dijeron: "Oye, rabí, el que estaba contigo en la otra orilla del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ése está bautizando, y todo el mundo acude a él." Contestó Juan: "Nadie puede tomarse algo para sí, si no se lo dan desde el cielo. Vosotros mismos sois testigos de que yo dije: "Yo no soy el Mesías, sino que me han enviado delante de él." El que lleva a la esposa es el esposo; en cambio, el amigo del esposo, que asiste y lo oye, se alegra con la voz del esposo; pues esta alegría mía está colmada. Él ha de ir aumentando en importancia, y yo disminuyendo. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
El evangelio de hoy nos trae un tema distinto. Juan, el Bautista, se despide. Su misión ha concluido. Su dedo ya señala al Esperado, el Bendito Mesías, y sus palabras ya anuncian al Cordero que quita el pecado. Ha preparado la Boda de su Amigo; ha vivido para ver el gran momento; toda su energía y su tiempo han sido también su ofrenda, y la hora de la ofrenda mayor ha llegado.
Lo que permanece en el fondo de esta sección del evangelio de Juan es la pregunta por la superioridad del ministerio de Jesús, representado concretamente en su actividad bautismal. Los discípulos de Juan se sienten confrontados al ver el éxito de la acción liberadora de Jesús y su acogida por muchos miembros del pueblo. La respuesta de Juan a la queja de sus discípulos muestra la nobleza que le caracteriza, pues es consciente de que su misión es diferente a la de Jesús; su misión consistió en preparar el camino, en ser el precursor del Mesías, y no en suplantar o sustituir al Novio, él es el amigo del Novio, el encargado de los preparativos de la boda. La importancia del testimonio del Bautista se encuentra en su capacidad para rechazar cualquier tipo de envidia y en expresar su alegría por la presencia de Jesús en medio del pueblo. Jesús es el Novio, es el mediador entre Dios y la Humanidad, es quien, junto con la novia (la comunidad de creyentes), verdaderamente llenan de gozo y vida la fiesta. El verdadero protagonista de nuestra acción evangelizadora es Jesús de Nazaret y no nosotros mismos; es Jesús quien debe crecer en el corazón del mundo.
La actitud del Bautista es modelo para nosotros, como él, debemos hacer que Jesús sea recibido por todos, que crezca en el amor y en la fe que le deben los suyos, que ocupe el primer lugar en las vidas de todos aquellos a quienes se proclame el evangelio.

ORACIÓN
En este nuevo día,  te alabamos y bendecimos, Buen Señor, hoy disponemos nuestra vida para que vengas a reinar en nuestro corazón y  en todos los corazones de nuestro hogar, te dejamos plena libertad para que apartes de nosotros el mal, el pecado, manifestado en la envidia, el rencor, el odio. Que a través de tu Espíritu, tu santa y poderosa Palabra, siembre hoy en nosotros semillas de paz, conversión, amor misericordioso, reconciliación, tolerancia,  entrega al servicio a los demás y la verdadera felicidad. Amén.


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