miércoles, 1 de enero de 2020

Lunes,13 de Enero de 2014


“NO APROVECHARSE DEL MAL DEL OTRO”

PRIMERA LECTURA
1SAMUEL 1, 1-8

“Su rival insultaba a Ana, porque el Señor la había hecho estéril”
Había un hombre sufita oriundo de Ramá, en la serranía de Efraím, llamado Elcaná, hijo de Yeroján, hijo de Elihú, hijo de Toju, hijo de Suf, efraimita. Tenía dos mujeres: una se llamaba Ana y la otra Fenina; Fenina tenía hijos, y Ana no los tenía. Aquel hombre solía subir todos los años desde su pueblo para adorar y ofrecer sacrificios al Señor de los ejércitos en Siló, donde estaban de sacerdotes del Señor los dos hijos de Elí, Jofní y Finés.
Llegado el día de ofrecer el sacrificio, repartía raciones a su mujer Fenina para sus hijos e hijas, mientras que a Ana le daba sólo una ración; y eso que la quería, pero el Señor la había hecho estéril. Su rival la insultaba, ensañándose con ella para mortificarla, porque el Señor la había hecho estéril. Así hacía año tras año; siempre que subían al templo del Señor, solía insultarla así.
Una vez Ana lloraba y no comía. Y Elcaná, su marido, le dijo: "Ana, ¿por qué lloras y no comes?, ¿por qué te afliges? ¿No te valgo yo más que diez hijos?" Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Es bastante incómoda en todo sentido la situación que describe la primera lectura de hoy: un hombre con dos mujeres, que además pelean entre sí, con el agravante de que la una humilla a la otra por algo de lo que no es culpable: su esterilidad. ¿Se puede aprender algo bueno de semejante cuadro?
Por lo pronto, notemos que Ana ora; su necesidad y su sentirse incomprendida la llevan a orar; Penina no tiene la necesidad y por eso tampoco le importa la oración. Y como no tiene la oración como prioridad en su vida tampoco tiene la cercanía del Dios que se compadece de los necesitados, ni menos conoce la sorpresa de ser escuchada y bendecida.
Desde este punto de vista, lo importante no es tanto el que sean o no mujeres; ni siquiera el tipo de cuestiones que les llevan a tener problemas. Lo que interesa es el contraste de dos actitudes: por un lado la prepotencia de quien se siente fuerte y por consiguiente humilla; por el otro, la indigencia de quien se siente débil y por eso ora. Así entendemos que el orgullo va en parte  más hermanado con la crueldad, mientras que la necesidad suele hacer pareja con la plegaria.
SALMO RESPONSORIAL: 115
R. / Te ofreceré, Señor, / un sacrificio de alabanza.

¿Cómo pagaré al Señor todo
el bien que ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor. R.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo;
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 1,14-20

“Arrepiéntanse y crean en la buena noticia”

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: "Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios; convertíos y creed la Buena Noticia".
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: "Venid conmigo y os haré pescadores de hombres".
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo del Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:

La actividad profética de Juan el Bautista ha llegado a su fin, dando paso ahora a la proclamación definitiva del Reino de Dios a través de la vida y misión de Jesús de Nazaret. Como vemos, en el evangelio de hoy la actividad pública de Jesús se sintetiza en cuatro verbos fundamentales: Cumplir, estar cerca, arrepentirse y creer. Todos ellos hacen referencia directa a la experiencia vital del Reino de Dios; es decir, a una vida personal y comunitaria rebosante de la presencia de Dios, la cual se identifica por la vivencia consciente y libre de los valores del Reino: la Justicia, la Vida, la Solidaridad, la Misericordia, la Paz, el Amor. Jesús nos hace cercano el Reino de Dios; en él se cumple la promesa de salvación; en él Dios ha decidido actuar, revelar definitivamente todo el amor profundo que siente por la humanidad, inaugurando así un nuevo tiempo, un tiempo de esperanza y salvación. De manera que, es responsabilidad del ser humano acoger este ofrecimiento incondicional de Dios. La conversión y la fe son signos privilegiados de esa acogida, son la exigencia para un verdadero seguimiento del Maestro. Dios nos llama, como a los discípulos, a ser constructores de ese amor ofrecido por Dios en nuestras familias y en nuestras comunidades.

ORACIÓN
Perdónanos las veces que hemos seguido de largo, ignorando el sufrimiento y dolor del otro, perdónanos si en algún momento al caído le hemos caído, si no hemos aprovechado de su sufrimiento y mal. Señor llénanos de tu misericordia. Háblanos, Señor, que te escuchamos, somos tus siervos, estamos aquí para cumplir tu voluntad, para hacer lo que debamos, para construir contigo un camino nuevo que nos lleve a la plenitud, a la realización de nuestros sueños, a la nueva tierra que mana leche y miel. Amén.     


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