miércoles, 1 de enero de 2020

ENERO 2010

“AÑO NUEVO……VESTIDO NUEVO”

Aquí estamos, una vez más iniciando este mes y Año Nuevo. Con muchas expectativas, a veces miedos y preocupaciones; pero también toda nuestra fe, confianza y esperanza en el Buen Dios de la vida y del amor. Con la ilusión que en este nuevo año vendrán, nuevas y maravillosas bendiciones, cosas mejores para nuestra vida y nuestra familia; comenzamos este nuevo año abandonándonos en las manos y el proyecto del Padre Dios, dejando que Él siga siendo quien le dé sentido verdadero a todo lo que vayamos a vivir. No nos dejemos llenar de tantos pensamientos y sentimientos negativos estresantes, más bien confiemos en el poder y amor misericordioso de nuestro Buen Señor. La propuesta o promesa para este nuevo año es revestirnos de un traje nuevo venido de Dios y su propuesta de vida y bendición. El vestido en la Biblia significa “la vida”, por tanto, vestido nuevo es una invitación a una Vida Nueva.

Un Traje” o Vida Nueva representado en:  
*Nueva manera de pensar
*Nueva manera de sentir
*Nueva manera de hablar
*Nueva manera de obrar

Para llegar en este 2020  al objetivo que es un vestido nuevo, quisiera proponerte doce virtudes, acciones o verbos, como meta para vivir en este año  y que nos llevarán a ser siempre nuevos:

1.      COMPASIÓN: Lucas 4,13
2.      BONDAD: Salmo 31,19
3.      HUMILDAD: 1Pedro 5,6
4.      MANSEDUMBRE: Mateo 5,5
5.      PACIENCIA: Efesios 4,2
6.      TOLERANCIA: 2da Corintios 11,20
7.      RECONCILIACIÓN: 2da Corintios 5,18
8.      AMOR:  1ra Corintios 13
9.      PAZ:  Juan 14,27
10.  GRATITUD: Salmo 100,4
11.  INSTRUCCIÓN: 2da Timoteo 3,16
12.   EXHORTACIÓN O AMONESTACIÓN: Colosenses 3,16

Que estas sean las prendas de esta “Ropa Nueva” con la que queremos vestirnos en este nuevo año.
No podemos negar que esta colección de vestir, que es de lujo, y adorna bellamente al que lo luce. Tampoco se puede negar que es una vestimenta que bendice a quien la lleva y a quien la pueda observar. Por eso quiero invitarte a que a través del “Día a día con la Palabra” nos vistamos de estas virtudes y de la bendición del Señor. Porque además de ser un atuendo hermoso “no se daña o gasta”; parecierá que mientras más se usa y se practica mejor se ve. Y además no produce envidia en nadie, sino el deseo de adquirir por la fe en Cristo estas prendas sencillas y al mismo tiempo finísimas.
Termino dándote una buena noticia; en este nuevo año no tendremos que pagar grandes costos por este atuendo lujoso y fino, ¡ya podemos tener este trae y gratis, sin que nos cueste nada!, sencillamente Dios Padre ya lo compro  y lo pagó por nosotros en la cruz del calvario a precio de la sangre de Jesús su Hijo, por tanto aceptemos el gran regalo, vistámonos con estas prendas diseñadas por el gran diseñador o sastre Dios Nuestro Señor, y así tendremos un Año Nuevo 2020 muy bendecido y sin duda alguna seremos bendición para otros también. No nos desesperemos, ni perdamos la fe, la confianza y la esperanza cuando aparezcan las adversidades. Creamos que con el Señor en nuestras vidas saldremos adelante y encontraremos la victoria. Doy gracias al Señor por tu vida y pido que pronuncie sobre tí, tu familia y tu pequeña comunidad su bendición para este nuevo año.
Para vivir bien, hay que vestirse bien:

 “AÑO NUEVO, VESTIDO NUEVO”  

PROMESA BÍBLICA DEL MES
2DA CORINTIOS 4,16º

“Ante las adversidades no nos desanimamos. Aunque por fuera nos vamos deteriorando, por dentro nos renovamos día a día.”
ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Un día, mes y año nuevo, por el cual te damos gracias, te alabamos y te bendecimos, Buen Padre Dios, aquí estamos  delante de Ti Señor. De nuevo dándote gracias por el año anterior que acaba de terminar; por cada vivencia y bendición; y de antemano con un corazón agradecido y lleno de esperanza, acogiendo tu bendición para este nuevo año. Te entregamos Señor nuestras limitaciones,  dolores y sufrimientos con todo lo que hay de herida guardado todavía en nuestro corazón; te presentamos cualquier adversidad por la que estemos  pasando en este momento. Te pedimos que nos  fortalezcas  en este día y este nuevo año. Te suplicamos que de nuevo envíes tu Santo Espíritu sobre nuestra  vida, arrópanos con tu bendito amor misericordioso. Déjanos descubrirte en medio de la realidad que estamos  viviendo, ven  socórrenos y auxilianos en nuestra  necesidad. Pronuncia de nuevo hoy nuestro nombre y llénanos de ti. Extiende hoy tu mano poderosa y misericordiosa para bendecirnos, sanarnos  y liberarnos en este momento; extiende hoy tu mano que en el amor sanó a Bartimeo, el ciego, la mano que resucitó a Lázaro; la mano que se dejó traspasar con dolor para mostrarnos que el amor es más fuerte que el odio y que cualquier dificultad o problema que estemos atravesando. Señor Jesús, al comienzo de este nuevo año extiende tu mano misericordiosa para mostrarnos una vez más que estas a nuestro lado. Hoy nuestros labios unidos a nuestra  mente y corazón confiesan que Tú eres nuestro  Dios, nuestro Creador, Señor y Salvador,  sanador, liberador y proveedor, que con tu mano poderosa derramas lluvia de bendición sobre nuestra vida y la de nuestra familia en este nuevo año. Danos hoy para un nuevo año, un vestido nuevo, tu vestido, en  tu nombre Cristo Jesús,   nos  declaramos en bendición y victoria. Gracias por escuchar nuestra oración.   De nuevo te entregamos nuestros  sueños, propósitos, proyectos, anhelos y esperanzas para este nuevo año. Has llover sobre nosotros, tu amor para que puedas hacernos de nuevo, como el gran alfarero que eres. Amén.

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Al llegar la noche y saber que este día va quedando atrás, venimos a Ti con un corazón agradecido, valorando esta nueva oportunidad que nos  has dado en Ti de seguir  construyendo nuestra vida, por mantenernos vivos con la posibilidad de esperar  un año o futuro mejor. Te damos gracias por el nuevo traje o vestido (Vida Nueva) que Tú nos das para este año porque a lo largo de esta jornada hemos  experimentado tu bendición y amor misericordioso,  tú que caminas con nosotros; gracias porque tu amor bondadoso nos motiva y  empuja a seguir adelante. Señor Jesús Tú eres nuestra  fuerza, la razón y sentido de nuestra vida. Nos queremos ir al descanso en esta noche, con la certeza que no dejarás nuestra vida a mitad de camino, sino que nos seguirás guiando y llevando en este nuevo año a buen puerto. Te entregamos todo nuestro ser con nuestras  cargas y dificultades en este descanso. Te pedimos que mientras dormimos, nos sigas preparando en la fuerza de tu amor para enfrentar los retos que el mañana nos deparara. Amén.      

Miércoles 1 de Enero de 2020

“LA BENDICIÓN BAJO EL SIGNO DE LA MATERNIDAD”

Litúrgicamente, hoy es la fiesta de «Santa María Madre de Dios»; es también la «octava, o los ocho días de Navidad» y por tanto el recuerdo de «la circuncisión de Jesús», celebración judía que se celebraba al octavo día del nacimiento del niño, y en la que se le imponía el nombre. Pero hoy es también el primer día de nuestro año civil, celebración de «¡Año Nuevo!», y de la Jornada Mundial por la Paz.

PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 6, 22-27

“Invocarán mi Nombre sobre los israelitas, Y yo los bendeciré”

El Señor habló a Moisés: "Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas: "El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz". Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré. Palabra de Dios.


REFLEXIÓN
En Números encontramos la llamada bendición aaronítica (de Aarón), porque se afirma que Dios la reveló a Moisés para que éste a su vez la enseñara a Aarón y a sus hijos, los sacerdotes de Israel, para que con ella bendijeran al pueblo. Seguramente fue usada ampliamente en el antiguo Israel. Incluso se ha encontrado grabada en plaquetas metálicas para llevar al cuello, o atada de algún modo al cuerpo. Bien nos viene una bendición de parte de Dios al comenzar el año: que su rostro amoroso brille sobre todos nosotros como prenda de paz. La paz tan anhelada por la humanidad entera, y lamentablemente tan esquiva. Pero es que no basta con que Dios nos bendiga por medio de sus sacerdotes. No basta que él nos muestre su rostro. Aquí no se trata de bendiciones mágicas sino de un llamado a empeñarnos también nosotros en la consecución y construcción de la paz: con nosotros mismos, en nuestro entorno, con los cercanos y los lejanos, con la naturaleza tan maltratada por nosotros y nuestras codicias; un llamado a buscar paz con Dios y la Paz de Dios.

Buen comienzo del año en bendición y recibiendo la bendición de Dios. Los refranes populares han consagrado ese deseo de "volver a comenzar" que sentimos todos al llegar esta fecha: "Año nuevo, vida nueva". Se quisieran olvidar los errores, borrar toda culpa que moleste nuestra conciencia, estrenar una página nueva del libro de nuestra vida, y empezarla dando un buen paso, dando rienda suelta a los mejores deseos de nuestro corazón... Por eso es bueno comenzar el año con una bendición en los labios, después de escuchar la bendición de Dios en su Palabra.

Bendigamos al Señor por todo lo que hemos vivido hasta ahora, y por el nuevo año que aparece ante nuestros ojos: nuevos días por delante, nuevas oportunidades, tiempo a nuestra disposición... Alabemos al Señor por la misericordia que ha tenido con nosotros hasta ahora. Y también porque nos va a permitir ser también nosotros una bendición en este nuevo año que comienza: bendición para los hermanos, para todos los que nos rodean y bendición para Dios mismo. Año nuevo, vida nueva, bendición de Dios.


SALMO RESPONSORIAL: 66
R: El Señor tenga piedad y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.

SEGUNDA LECTURA
GÁLATAS 4,4-7

“Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer”

Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: "¡Abbá! (Padre)." Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
En Gálatas encontramos una apretada síntesis de lo que Pablo nos enseña en tantos otros pasajes de sus cartas. En primer lugar, nos dice que el tiempo que vivimos es de plenitud, porque en él Dios ha enviado a su Hijo, no de cualquier manera, sino «nacido de mujer y nacido bajo la ley», es decir, semejante en todo a nosotros y en nuestra humanidad. Pero este abajamiento del Hijo de Dios, nos ha alcanzado la más grande de las gracias: la de llegar a ser, todos nosotros los seres humanos, sin exclusión alguna, hijos de Dios, capaces de llamarlo «Abba», es decir, Padre. Nuestra condición filial fundamenta una nueva dignidad de seres humanos libres, herederos del amor de Dios. Parecerían hermosas palabras, nada más, frente a tantos sufrimientos y miserias que todavía experimentamos, pero se trata de que pongamos de nuestra parte para que la obra de Jesucristo se haga realidad. Se trata de que nos apropiemos de nuestra dignidad de hijos libres, rechazando los males personales y sociales que nos agobian, luchando juntos contra ellos. Esto implica una tarea y una misión: la de hacernos verdaderos hijos de Dios, y a nuestros hermanos que conozcan esta dignidad.

Nacido de mujer, nacido bajo la ley, nos recuerda Pablo en Gálatas 4,4. Nació en la debilidad, en la pobreza, fuera de la ciudad, en la cueva, porque no hubo para ellos lugar en la posada... Nace en la misma situación que el conjunto del pueblo, los sencillos, los humildes, los sin poder. Este nacimiento real y concreto es asumido por Dios para abrazar en el amor a todos los que la tradición había dejado fuera. Es la visita real de aquel que, por simple misericordia, nos da la gracia de poder llamar a Dios con la familiaridad de Abba -"papito"- y la posibilidad de considerar a todos los hombres y mujeres hermanos muy amados.

En Jesús, nacido de María -la mujer que aceptó ser instrumento en las manos de Dios para iniciar la nueva historia- todos los seres humanos hemos sido declarados hijos y no esclavos, hemos sido declarados coherederos, por voluntad del Padre. La bendición o benevolencia de Dios para los seres humanos da un gran paso: Dios ya no bendice con palabras, ahora bendice a todos los seres humanos y aún a toda la creación, con la misma persona de su Hijo, que se hace hermano de todos. Y nadie queda marginado de su amor. "Ha aparecido la bondad de Dios" en Jesús, y es hora de una inmensa alegría, para hacer saber al mundo, que Dios ha florecido en nuestra tierra y todos somos depositarios de esa herencia de felicidad.


LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 2, 16-21

“Y le pusieron por nombre Jesús”

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.
Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN:
Lucas nos muestra a un Jesús sencillo, un Jesús que no nace entre los grandes y poderosos del mundo sino entre los pequeños y humildes; como los pastores de Belén, que no son sólo figuras decorativas de nuestros «belenes», pesebres o nacimientos, sino que eran, en los tiempos de Jesús, personas mal vistas, con fama de ladrones, de ignorantes y de incapaces de cumplir la ley religiosa judía. A ellos en primer lugar llaman los «ángeles» a saludar y a adorar al Salvador recién nacido. Ellos se convierten en pregoneros de las maravillas de Dios que habían podido ver y oír por sí mismos. Algo similar pasa con María y José: no eran una pareja de nobles ni de potentados, eran apenas un humilde matrimonio de artesanos, sin poder ni prestigio alguno. Con María, la madre, que «guardaba y meditaba estos acontecimientos en su corazón», y seguramente se alegraba y daba gracias a Dios por ellos, y estaba dispuesta a testimoniarlo delante de los demás, como lo hizo delante de Isabel, entonando el Magníficat.


La «maternidad divina de María», motivo oficial de la celebración litúrgica de hoy, pero con la imagen conciliar que la Iglesia tiene de María, «la madre de Jesús», una imagen desmitificada, María una mujer sencilla, dispuesta a servir, María como discípula, siempre dispuesta a seguirle y permanecer en el camino hasta el final. Contemplemos a María como nos la describe Lucas, María, Madre de Dios, Madre que recibe a Cristo y que a la vez ofrece a Cristo. Que Ella atraiga para nosotros, y para todos los que amamos, abundantes bendiciones, y que como ella nosotros permanezcamos por la fuerza de su amor en el camino de Jesús y en la construcción de su Reino.

Festejemos este Año Nuevo, como un nuevo regalo que el Señor hace a nuestra vida, agradezcámosle con todo el corazón la alegría de vivir, la oportunidad maravillosa que nos da de seguir amando y seguir siendo amados, y la capacidad que nos ha dado para cambiar, rectificar, recapacitar y continuar en su camino.

ORACIÓN

Con un sentimiento de alabanza y gratitud, a Ti Buen Padre Dios, venimos en este primer día y comienzo del año nuevo; colocando en confianza nuestras vidas en tus benditas manos. Queremos Señor, que a partir de hoy y durante todo este 2014 tu Palabra siga iluminando nuestro camino, queremos creer y guardar esa palabra en nuestro corazón, que ella siga creando en nosotros en todo momento y situación una persona nueva, renuévame por dentro, Señor y sana mis heridas que en ti este sea un año lleno de bendiciones al lado de las personas que amamos, construyendo juntos tu proyecto de vida y felicidad.  Bendícenos y haznos signo de bendición para los demás. Amén      

Jueves 2 de Enero de 2020


PRIMERA LECTURA
1 JUAN 2,22-28


Instruidos en la sólida doctrina de la comunidad apostólica

Queridos hermanos: ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre; y ésta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna.
Os he escrito esto respecto a los que tratan de engañaros.
Y en cuanto a vosotros, la unción que de él habéis
recibido permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas -y es verdadera y no mentirosa- según os enseñó, permanecéis en él. Y ahora, hijos, permaneced en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados lejos de él en su venida. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
Desde la óptica de Juan hay una verdad que es la más grande del mundo. Esa verdad está en la encarnación de Cristo, en Jesús hecho hombre, en esta revelación que hemos visto, oído y palpado, revelación en la que Dios nos ha dado de su amor y su salvación.
La gran mentira es negar esa revelación que tiene precio y valor de sangre del Hijo de Dios. Y eso es lo propio del anticristo; o sea de aquel o aquellos que se oponen a Jesús y a su proyecto.
Por eso es fuerte la exhortación de hoy: "permanezcan en lo que han oído" (1 Juan 2,24). Es una advertencia severa, que podríamos poner en paralelo con las palabras, también graves, del apóstol Pablo: Estoy muy sorprendido de que ustedes se hayan alejado tan pronto de Dios, que los llamó mostrando en Cristo su bondad, y se hayan pasado a otro evangelio. En realidad no es que haya otro evangelio. Lo que pasa es que hay algunos que los perturban a ustedes, y que quieren trastornar el evangelio de Cristo. Pero si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara un evangelio distinto del que ya les hemos anunciado, que caiga sobre él la maldición de Dios.

SALMO RESPONSORIAL: 97
R. /  Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.


El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,19-28

“En medio de vosotros hay uno que no conocéis”

Este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: "¿Tú quién eres?" Él confesó sin reservas: "Yo no soy el Mesías." Le preguntaron: "¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?" Él dijo: "No lo soy." "¿Eres tú el Profeta?" Respondió: "No." Y le dijeron: "¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?" Él contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías."
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: "Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia." Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:
La misión de Juan Bautista es sensibilizar al pueblo para reconocer al ungido de Dios. Pero esta misión choca con una dificultad enorme: la incredulidad. Y el problema no es sólo que no crean en él, sino que tampoco creen en el testimonio de la Escritura. La voz de los profetas, que desde Moisés resuena con toda claridad a través del Antiguo Testamento, parece atenuarse ante la cortina de conveniencias que las autoridades del Templo levantan para proteger sus privilegios. Por esta razón Juan se dirige al desierto. Allí nació el pueblo de Dios. Allí se prepara la venida del Señor. El desierto es la periferia donde nace la alternativa frente a Jerusalén, centro autoritario y opresor.
En nuestro tiempo ocurre algo semejante. Muchos profetas desde la periferia nos llaman a la cordura frente a las locuras del poder; a la sobriedad frente a la embriaguez de consumo en nuestras sociedades. Nosotros debemos elegir. El centro es seguro, pero destructor; la periferia es insegura, pero creativa.
Podemos ir al encuentro del Señor allí donde él nos espera con riesgo, o amarrarnos a nuestras seguridades y esperarlo donde no lo dejan llegar. ¿Tomamos el camino de Juan o el de sus inquisidores? ¿Estamos tomando el camino correcto?

ORACIÓN

Señor Jesús, te abrimos nuestro corazón con todo lo que llevamos dentro, con todo lo que somos, tenemos y podemos; queremos presentarnos delante de ti con transparencia, sin temor a que descubras nuestros  secretos más profundos, lo que tenemos guardado en secreto, tal vez  no son cosas buenas, pero hoy queremos ponerlas en tus manos con infinita confianza en tu misericordia. Síguenos  formando en la sólida doctrina de tu Palabra por medio de la Iglesia. Amén.

Viernes 03 de Enero de 2020

Día del Santísimo Nombre de Jesús


“PERMANECER EN DIOS PARA SER IRREPRENSIBLES”


PRIMERA LECTURA
1ª de JUAN 2,29-3,6

“Quien permanece con Él no peca”

Queridos hermanos: Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de él. Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.

Todo el que comete pecado quebranta también la ley, pues el pecado es quebrantamiento de la ley. Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, y en él no hay pecado. Todo el que permanece en él no peca. Todo el que peca no le ha visto ni conocido. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Escribe el apóstol: "consideren el amor tan grande que nos ha demostrado el Padre" (1 Juan 3,1); ello corresponde al pasado; luego dice: "ahora somos ya hijos de Dios" (1 Juan 3,2); eso alude al presente; por último añade: "seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es" (1 Juan 3,2).

El amor manifiesto se convierte en una promesa. Es un cheque a nuestro favor; es el anuncio de algo maravilloso que no esperábamos, que no merecíamos, que no podíamos describir siquiera. Ese amor se traduce en un presente cargado de noble dignidad: somos hijos de Dios. De allí brotan todos nuestros derechos y deberes. Pero no es ello todo, sino solo la primicia de algo mayor aún: seremos semejantes a él. Es la plenitud. El tiempo tiene una dirección y esa dirección apunta hacia la plenitud.

SALMO RESPONSORIAL: 97
R: / Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

Tañed la citara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,29-34:

“Ahí está el Cordero de Dios”

Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: "Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel."

Y Juan dio testimonio diciendo: "He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios." Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
Así como una radiografía revela la estructura de un ser humano, del mismo modo, según el Evangelio de Juan, el bautizo que Juan Bautista ofrece a la gente revela su verdadera naturaleza. Los que buscan perdón y conversión acuden al desierto; los que están seguros de sí mismos no se mueven. Pero, en medio de esa procesión que pone de manifiesto las verdades ocultas en el corazón humano, aparece Jesús de Nazaret como el ser humano definitivo. Por esto en el Evangelio Juan llama a Jesús ‘cordero’, la ‘persona que viene después, pero está adelante’, ‘el portador del Espíritu’, ‘el Hijo de Dios’. Esa función reveladora del bautismo de Juan, la ejerce en el cristianismo el ‘seguimiento de Cristo’. Compartir con Jesús su Palabra, vida y misión nos permite hacernos la radiografía y preguntarnos si tenemos la estructura motivacional y emotiva para anunciar el evangelio.

Nosotros ya no somos como Juan Bautista profetas precursores, sino, como el evangelista Juan, profetas evangelizadores.

ORACIÓN

Señor de la Vida Nueva, queremos pedirte que hoy sigas naciendo en nosotros, te pedimos que en este tiempo de Navidad acontezcas en nuestra historia y vida, y te muestres con el amor infinito que nos tienes, que podamos darte como  la nueva casa de Belén nuestro propio corazón, que tengamos preparada nuestra vida, para que tu presencia se glorifique en nosotros. Ayúdanos a permanecer en este nuevo año  siempre responsables, dispuestos y comprometidos en ti. Niño Jesús del pesebre que en tu nacimiento nos muestras como ser hombres y mujeres según la voluntad del Padre Dios encárnate en nosotros. Amén.  

Sábado 04 de Enero de 2020


“DECIDIDOS A VIVIR EN LA LIBERTAD QUE NOS DA LA SANTIDAD”


PRIMERA LECTURA
1ª JUAN 3,7-10

“NACIDOS DE DIOS”

Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo. Quien comete el pecado es del diablo, pues el diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo. Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado, porque su germen permanece en él, y no puede pecar, porque ha nacido de Dios. En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
Ya el Evangelio de Juan nos había hecho el maravilloso anuncio: los que acogen la Palabra reciben poder llegar a ser hijos de Dios (Juan 1,12). Es muy importante para este apóstol que descubramos nuestra vocación: hemos nacido de Dios.
El propósito del pasaje de hoy es que descubramos cómo el ser y el obrar necesariamente van de la mano. El obrar sigue al ser. Si nuestro ser tiene su fuente en Dios, porque de él hemos nacido, nuestro obrar sigue al obrar de Dios, a la forma en que Él lo hace. Juan nos escribe: "que nadie los engañe; el que hace la voluntad de Dios es justo, como él es justo".
Cuando Juan dice: "que nadie los engañe" es porque sabe de buena fuente que hay quien engaña. Y el engaño también lo podemos conocer: en aquel tiempo se trataba de una especie de secta, tal vez en proceso de formación, y a si mismo lo vemos en muchas corrientes ahora, que enseñan entre otras cosas que nuestra conducta no importa realmente, mientras mantengamos una especie de luz o de conocimiento sublime y celeste en nuestra mente. Nos dice que la conducta es asunto de cosa humana o carnal y lo carnal no importa. Por consiguiente, lo que hagamos con nuestra conducta tampoco importa.
Pero claro que importa, importa la conducta en la vida de cada día. Si te olvidas de la conducta no sólo niega el misterio de Aquel que "se hizo carne", sino que niegas su precepto principal: el amor.

SALMO RESPONSORIAL: 97
R: / Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes. R.

Al Señor, que llega para regir la tierra.
 Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.


LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,35-42

“HEMOS ENCONTRADO AL MESIAS”

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: "Éste es el Cordero de Dios." Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: "¿Qué buscáis?" Ellos le contestaron: "Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?" Él les dijo: "Venid y lo veréis." Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: "Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)." Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)." Palabra del Señor.


REFLEXIÓN:
Cada persona y cada grupo reaccionan de manera distinta ante el llamado profético de Juan Bautista y de Jesús de Nazaret. Así como el llamado de Juan Bautista había puesto en evidencia las verdaderas intenciones del pueblo sencillo y la oposición de las autoridades religiosas, así el encuentro con Jesús revela las intenciones de sus discípulos. Por el testimonio de Juan los dos primeros discípulos reconocen a Jesús como Maestro, y luego lo proclaman como Mesías; Pedro tendrá que hacer un recorrido más largo.

Los que reconocen a Jesús, tanto pronto como tarde, deberán preguntarse constantemente: ¿qué significa este encuentro para mí?, ¿cómo afecta mi vida?, ¿qué debo hacer para responder al llamado de Jesús que me dice “ven y verás”? Encontrar a Jesús significa reconocerle como ‘maestro de vida’ o Rabí; interpretar su mensaje en términos de seguimiento; aceptar que compartimos su misión. Respondemos a su llamado acudiendo a los lugares donde Él vive y actúa. Nos transformamos en mensajeros suyos cuando aceptamos nuestra condición de ‘ungidos para la vida’, que es lo que realmente significa nuestro nombre de cristianos.
ORACIÓN

Buen Dios, hoy queremos que tú seas  la luz que brilla en las tinieblas de mis problemas,  de mis sufrimientos, te pido que me des vida con tu Palabra, para levantarme y ayudar a los que amo a salir también de las tinieblas en que se encuentran  que tu Palabra sea hoy para mi medicina integral contra todo signo de enfermedad; que a través de ella por la fuerza de tu Espíritu yo me decida a buscar la santidad que me hace libre;  dame fuerza y valentía para enfrentar la batalla de este nuevo día. Amén.Sábado 04 de Enero de 2020
“DECIDIDOS A VIVIR EN LA LIBERTAD QUE NOS DA LA SENTIDAD”
PRIMERA LECTURA
1ª JUAN 3,7-10

“NACIDOS DE DIOS”

Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo. Quien comete el pecado es del diablo, pues el diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo. Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado, porque su germen permanece en él, y no puede pecar, porque ha nacido de Dios. En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
Ya el Evangelio de Juan nos había hecho el maravilloso anuncio: los que acogen la Palabra reciben poder llegar a ser hijos de Dios (Juan 1,12). Es muy importante para este apóstol que descubramos nuestra vocación: hemos nacido de Dios.
El propósito del pasaje de hoy es que descubramos cómo el ser y el obrar necesariamente van de la mano. El obrar sigue al ser. Si nuestro ser tiene su fuente en Dios, porque de él hemos nacido, nuestro obrar sigue al obrar de Dios, a la forma en que Él lo hace. Juan nos escribe: "que nadie los engañe; el que hace la voluntad de Dios es justo, como él es justo".
Cuando Juan dice: "que nadie los engañe" es porque sabe de buena fuente que hay quien engaña. Y el engaño también lo podemos conocer: en aquel tiempo se trataba de una especie de secta, tal vez en proceso de formación, y a si mismo lo vemos en muchas corrientes ahora, que enseñan entre otras cosas que nuestra conducta no importa realmente, mientras mantengamos una especie de luz o de conocimiento sublime y celeste en nuestra mente. Nos dice que la conducta es asunto de cosa humana o carnal y lo carnal no importa. Por consiguiente, lo que hagamos con nuestra conducta tampoco importa.
Pero claro que importa, importa la conducta en la vida de cada día. Si te olvidas de la conducta no sólo niega el misterio de Aquel que "se hizo carne", sino que niegas su precepto principal: el amor.

SALMO RESPONSORIAL: 97
R: / Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes. R.

Al Señor, que llega para regir la tierra.
 Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.


LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,35-42

“HEMOS ENCONTRADO AL MESIAS”

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: "Éste es el Cordero de Dios." Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: "¿Qué buscáis?" Ellos le contestaron: "Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?" Él les dijo: "Venid y lo veréis." Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: "Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)." Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)." Palabra del Señor.


REFLEXIÓN:
Cada persona y cada grupo reaccionan de manera distinta ante el llamado profético de Juan Bautista y de Jesús de Nazaret. Así como el llamado de Juan Bautista había puesto en evidencia las verdaderas intenciones del pueblo sencillo y la oposición de las autoridades religiosas, así el encuentro con Jesús revela las intenciones de sus discípulos. Por el testimonio de Juan los dos primeros discípulos reconocen a Jesús como Maestro, y luego lo proclaman como Mesías; Pedro tendrá que hacer un recorrido más largo.

Los que reconocen a Jesús, tanto pronto como tarde, deberán preguntarse constantemente: ¿qué significa este encuentro para mí?, ¿cómo afecta mi vida?, ¿qué debo hacer para responder al llamado de Jesús que me dice “ven y verás”? Encontrar a Jesús significa reconocerle como ‘maestro de vida’ o Rabí; interpretar su mensaje en términos de seguimiento; aceptar que compartimos su misión. Respondemos a su llamado acudiendo a los lugares donde Él vive y actúa. Nos transformamos en mensajeros suyos cuando aceptamos nuestra condición de ‘ungidos para la vida’, que es lo que realmente significa nuestro nombre de cristianos.

ORACIÓN
Buen Dios, hoy queremos que tú seas  la luz que brilla en las tinieblas de mis problemas,  de mis sufrimientos, te pido que me des vida con tu Palabra, para levantarme y ayudar a los que amo a salir también de las tinieblas en que se encuentran  que tu Palabra sea hoy para mi medicina integral contra todo signo de enfermedad; que a través de ella por la fuerza de tu Espíritu yo me decida a buscar la santidad que me hace libre;  dame fuerza y valentía para enfrentar la batalla de este nuevo día. Amén.

Domingo 05 de Enero de 2014


Epifanía del Señor

“LA SALVACIÓN SE ABRE A TODOS POR LA FE”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 60, 1-6

“La gloria del Señor amanece sobre ti”

¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; y caminarán los pueblos a tu luz; los reyes al resplandor de tu aurora. Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti: tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos, los dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La época en que se escribe esta parte del libro del profeta Isaías (Tercer Isaías) corresponde a la restauración, es decir, al regreso a Jerusalén de los exiliados en Babilonia, regreso a la gran ciudad de Dios. Cuando este grupo de exiliados llegó a Israel encontró sus ciudades destruidas, sus campos abandonados o apropiados por otras familias, las murallas derruidas y el templo, el lugar donde Yahvé habitaba, incendiado. Esta dramática realidad los desanimó completamente, centrando sus esperanzas y sus motivaciones únicamente en la reconstrucción de sus viviendas y sus campos, dejando de lado la restauración del templo y, con ello, la confianza en la venida gloriosa de Yahvé, quien traería para Israel la salvación plena en la misma historia. Isaías anima la fe de su pueblo, los invita a poner nuevamente su fe y su corazón en la fuerza salvífica de Yahvé, quien traerá la paz y la justicia a su pueblo, por ello Jerusalén será una ciudad radiante, llena de luz, en donde la presencia de Dios como rey hará de ella una nación grande, ante cuya presencia se postrarán todos los pueblos de la tierra. El profeta manifiesta con esta gran revelación que Dios es quien dará inicio a una nueva época para Israel, una época donde reinará la luz de Dios y serán destruidas todas las fuerzas del mal, pues Dios se hace presente en Israel y ya más nadie podrá hacerle daño.

SALMO RESPONSORIAL: 71
R. / Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes:
para que rija a tu pueblo con justicia,
 a tus humildes con rectitud. R.

Que en sus días florezca la justicia y la paz
hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.

Que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributos;
que los reyes de Sabá y de Arabia
le ofrezcan sus dones, que se postren
ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan. R.

Porque él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.

SEGUNDA LECTURA
EFESIOS 3, 2-6

“Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos”

Hermanos: Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro. Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La visión profética descrita en la primera lectura, posee una comprensión muy reducida de la acción salvífica de Dios, ya que es asumida como una promesa que se cumplirá en beneficio única y exclusivamente del pueblo de Israel y no de toda la tierra. Pablo, a través de la carta a los Efesios, ampliará esa comprensión, afirmando que la salvación venida por Dios, a través de Jesús, es para “todos”, judíos y paganos. El plan de Dios, según Pablo, consiste en formar un solo pueblo, una sola comunidad creyente, un solo cuerpo, una sola Iglesia, un organismo vivo capaz de comunicar a toda la creación la vida y la salvación otorgada por Dios. La carta a los Efesios expresa que el misterio recibido por Pablo consiste en que la Buena Nueva de Cristo se hace efectiva también en los paganos, ellos son coherederos y miembros de ese mismo Cuerpo; esto significa que Dios se ha querido revelar a toda la humanidad, actúa en todos, salva a todos, reconcilia a todos sin excepción.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 2, 1-12

“Venimos de oriente para adorar al Rey”

Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: "¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo". Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel"".
Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: "Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo". Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN:
El evangelio que leemos hoy, en la Fiesta de la «Epi-fanía», confirma este carácter universal de la salvación de Dios. Mateo expresa, por medio de este relato simbólico, el origen divino de Jesús y su tarea salvífica como Mesías, como rey de Israel, heredero del trono de David; para ello el evangelista insiste en nombrar con exactitud el lugar donde nació Jesús y en confirmar, a través del Antiguo Testamento, que con su presencia en la historia se da cumplimiento a las palabras de los profetas. Por otro lado, el rechazo de este nacimiento por parte de las autoridades políticas (Herodes) y religiosas (sumos sacerdotes y escribas) del pueblo judío y el gozo infinito de los magos, venidos de Oriente, anuncian desde ya ese carácter universal de la misión de Jesús, la apertura del evangelio a los paganos y su vinculación a la comunidad cristiana. La Epifanía del Señor es la celebración precisa para confesar nuestra fe en un Dios que se manifiesta a toda la humanidad, que se hace presente en todas las culturas, que actúa en todos, y que invita a la comunidad creyente a abrir sus puertas a las necesidades y diversidad del mundo actual. Es decir, Cristo es la epifanía de la misericordia divina para nosotros y para todos los pueblos.
Es la epifanía, la manifestación de Dios en su Hijo Jesucristo, que ha venido a nuestra tierra y que ha revelado la gloria del Padre, vemos a los " los Magos de Oriente", que nos menciona el evangelio, venidos de Oriente contemplan a Jesucristo y le dan sus regalos. Es de destacar, que más que un encuentro cualquiera, sin importancia, estos personajes descubrieron en Cristo la satisfacción más profunda de su búsqueda y de su anhelo. Porque ellos eran gente que observaba los cielos, que exploraba el horizonte en la noche buscando una luz, buscando una gracia, buscando una verdad, una sabiduría, y la encontraron en Cristo. De modo que en Cristo vinieron a satisfacerse todas sus necesidades y anhelos.

Pidamos al Señor, que Cristo sea nuestra epifanía, que en Él encontremos la respuesta a nuestros interrogantes más profundos, a nuestras búsquedas, a nuestra búsqueda de alegría y de paz, y que nosotros mismos seamos epifanía de Dios para todos los que nos rodean.

ORACIÓN

Señor Jesús hoy te buscamos, te necesitamos, te anhelamos, queremos alimentarnos con el Pan de Vida de tu Palabra, con la fuerza renovadora y creadora de tu Santo Espíritu que le da verdadero sentido a la vida, que nos impulsa a buscarte cada día con insistencia, danos hambre y sed de Ti,  muevemos  para salir a tu encuentro desde nuestra enfermedad, limitación, falta de fe, de ánimo y esperanza. Amén.