"VIVIENDO
LA GRACIA DE PENTECOSTÉS"
Después de haber iniciado un
tiempo fuerte en la liturgia de la iglesia a partir del Miércoles de Ceniza,
nos aproximamos al final con la fiesta de Pentecostés; en total noventa días de preparación y
celebración de Jesús como centro, artífice, Señor y triunfador sobre la muerte.
La fiesta de Pentecostés celebra la llegada del Espíritu Santo sobre la pequeña
comunidad de mujeres y de hombres en ambiente de oración para ser enviados a la
misión. Aquí se desprende una clave o trípode muy importante en la Iglesia
naciente. Acción del resucitado, que es lo mismo que acción del Espíritu Santo,
equivaldría a decir: ORACIÓN- COMUNIDAD
Y MISIÓN. El mismo Espíritu va
haciendo tomar conciencia a la comunidad de la presencia del Resucitado. En
medio de ellos y ellas, de tal manera se ha despertado el sentido de gratitud y
alabanza de ésta hacia Él, que lo experimentan vivo, que está con ellos(as) y
su bendición les acompaña.
La vida del Espíritu que empieza
a embargar el seno de la vida comunitaria hace que comience a nacer la mujer y
el hombre nuevo; nuevos en la manera de pensar, sentir, hablar, ver el mundo,
es decir nueva visión, nuevos proyectos, al estilo o con los ojos del
Resucitado, que llevan al creyente o discípulo(a) a desarrollar o construir un
estilo de vida diferente. Como hemos conversado en otras oportunidades, hablar
de Pentecostés, es hablar de dinámica o fuerza que produce el Espíritu en la
vida del creyente. El Espíritu pone a la mujer y al hombre en una continua
actividad y revolución en:
Ø Amor, Fraternidad y
solidaridad
Ø Necesidad de perdón y
reconciliación
Ø Sentimientos de
generosidad y compartir
Ø Enamoramiento de la
Palabra y la oración
Ø Seguimiento o
discipulado de Jesús resucitado
Ø Servicio o vida
misionera de la comunidad
Ø Vida fraterna y
solidaria con los demás miembros de la comunidad
Ø Relaciones fraternas y
abiertas a los diferentes pensamientos, culturas y espiritualidades, es decir
abiertos a la inclusión (Casa Abierta)
En un tiempo
difícil por el que atravesamos; marcado por tanta inseguridad, violencia,
injusticia, desempleo, miseria, corrupción, polarización, todas estas situaciones a veces nos paralizan
y nos llena de miedo, desaliento y desesperanza. Pero el Crucificado que es el
mismo Resucitado, sigue irrumpiendo en nuestro interior, traspasa las puertas
de nuestro corazón y con su Espíritu ilumina nuestro entendimiento para que
comprendamos que no nos ha abandonado; que está aquí presente con nosotros.
Jesús lo ha prometido, Él lo ha asegurado que no nos dejaría solos (as); que el
Espíritu Santo de Dios nos asistiría para que se cumpla todo lo anunciado, que
ese mismo Espíritu todo lo crea y lo hace nuevo. Que sopló sobre los discípulos
(as) y hoy lo hace sobre nosotros (as) para renovar la creación por su entrega
amorosa en la cruz.
“SIGAMOS VIVIENDO EN PENTECOSTÉS
LA DINÁMICA DEL PRIMER AMOR “
PROMESA
BIBLICA DEL MES
“Y
todos quedaron llenos del Espíritu Santo”
Hechos
2,4
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