sábado, 1 de junio de 2019

Jueves 13 de Junio de 2019


“SER CONSTANTES EN LA CARIDAD”

PRIMERA LECTURA
2CORINTIOS 3,15-4,1.3-6

“Dios ha brillado en nuestros corazones, para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios”

Hermanos: Hasta hoy, cada vez que los israelitas leen los libros de Moisés, un velo cubre sus mentes; pero cuando se vuelvan hacia el Señor, se quitará el velo. El Señor del que se habla es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del Señor hay libertad. Y nosotros todos, que llevamos la cara descubierta, reflejamos la gloria del Señor y nos vamos transformando en su imagen con resplandor creciente; así es como actúa el Señor, que es Espíritu.
Por eso, encargados de este ministerio por misericordia de Dios, no nos acobardamos. Si nuestro Evangelio sigue velado, es para los que van a la perdición, o sea, para los incrédulos: el dios de este mundo ha obcecado su mente para que no distingan el fulgor del glorioso Evangelio de Cristo, imagen de Dios. Nosotros no nos predicamos a nosotros mismos, predicamos que Cristo es Señor, y nosotros siervos vuestros por Jesús. El Dios que dijo: "Brille la luz del seno de la tiniebla", ha brillado en nuestros corazones, para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios, reflejada en Cristo. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Era algo que tenía que suceder. Pablo tuvo como estrategia básica de evangelización, durante años enteros, cada vez que llegaba a un lugar comenzar su obra de predicación en las sinagogas, básicamente con un anuncio maravilloso: "las promesas hechas a nuestros padres han sido cumplidas en Jesucristo, muerto y resucitado". Esta estrategia tuvo resultados ambiguos. Junto a algunas, más bien pocas, conversiones del judaísmo, un número muy sólido y más bien creciente de hermanos de raza se resistió con dureza a la predicación del Evangelio. Esa resistencia era un reto a la inteligencia y al amor; al celo apostólico tanto como a la paciencia y a la oración. Pero el reto desbordó finalmente los esfuerzos de Pablo, Bernabé, Silvano, Juan Marcos, y toda aquella primera generación de predicadores. El balance es desilusionante entre los judíos, y por ello tuvimos que escuchar alguna vez a Pablo diciendo a los de su raza y religión: "ustedes son responsables de lo que les suceda... nosotros nos volvemos a los gentiles" (Hch. 13,46). Pablo nos habla de una especie de "velo"; es algo que no les permite reconocer la gracia que Dios otorga en virtud del sacrificio redentor de Jesucristo. ¿Y en qué consiste ese "velo"? Las palabras del gran apóstol resuenan con firmeza: se trata de "incrédulos cuyas inteligencias cegó el dios de este mundo"; y también: "sólo cuando se conviertan al Señor, desaparecerá el velo".
SALMO RESPONSORIAL: 84
R./ La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
"Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos."
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.

OREMOS CON EL SALMO
La experiencia del poder salvador de Dios en la historia de Israel, permite al salmista pedir a Dios que continúe y lleve a  término esa acción salvadora. Su acción garantiza al pueblo la paz y la libertad. Esa experiencia se hace plena en el acto salvador por excelencia realizado por Dios en la muerte y resurrección de Jesús. La Justicia liberadora de Dios ofrece la paz a toda la humanidad.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5,20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último cuarto." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Hay una relación entre estas reflexiones sobre el judaísmo y la lectura que el evangelio nos ofrece hoy. En efecto, a veces se piensa, no sin una especie de comodidad irresponsable, que la condición moral en que nos encontramos después de Cristo es más laxa o menos exigente que la que tocó al pueblo de la alianza de Moisés. La lectura de hoy viene a sacarnos de ese engaño. Cristo no viene a exigir menos sino mucho más, pero para ese "más" nos da una sobreabundancia de fuerza interior y de luz que convierte lo que sería del todo imposible en algo no sólo posible sino "normal".
Que Cristo exige más es claro en las palabras que hemos escuchado: "Si no son mejores que los maestros de la ley y los fariseos, no entrarán en el Reino de los cielos". Pero esa exigencia mayor va acompañada de algo que no está dicho en la lectura de hoy pero que es bien sabido por todo cristiano que haya recibido en forma su iniciación en la fe, que para nosotros el ser humano no tiene por sus propias fuerzas la capacidad de vivir lo que pedía Moisés. Esa ley es posible a nuestro entendimiento, que se goza en ella, pero imposible a nuestra voluntad, que termina atascándose en otros intereses, gustos y vanaglorias. Una vez que entendemos esto, entendemos también que nuestro Divino Maestro, más que exigir imposibles, está dejando bien establecida en nuestra mente una enseñanza: es grande sobre toda grandeza lo que Dios trae a quienes son en Cristo y con su fuerza nos llevara a realizarlo conforme a su voluntad, si nos dejamos guiar y moldear por Él.

ORACIÓN
     Gracias Señor, porque has hecho brillar tu luz en nuestros corazones para que recibiendo mensajes como el de hoy, nos dispongamos a tener una verdadera reconciliación con quienes hemos tenido contiendas y sobre todo, Señor, a cuidar nuestras actitudes para no ofender ni hacer daño a nadie. Por favor mantennos alerta, para que sepamos auto dominarnos y no fallar. Amén 

“Nuestra misión como hijas e hijos de Dios es hacer su  voluntad  y hacerle presente y real  en este mundo”


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