martes, 1 de enero de 2019

ENERO 2019


“EJERCICIOS DE VIDA PARA EL NUEVO AÑO”

Iniciamos un nuevo año, con mucha expectativa, ilusión y esperanza; pero ojalá con una mente y sentimiento de mucha gratitud al Buen Dios por todas las bendiciones derramadas a lo largo del año anterior. Recordemos que hemos estado reflexionando en torno a la importancia del Kerigma como primer anuncio de evangelización en la iglesia primitiva. Que tenía su gran objetivo en llevar al creyente a una experiencia de fe o de encuentro personal con el Cristo resucitado, de la misma manera una renovación de los sacramentos de iniciación. Este año después de mirar un poquito el último bloque de estos sacramentos que son la comunidad centrada en la Eucaristía, continuaremos ya no con la iniciación cristiana sino con el “Crecimiento, desarrollo y madurez de la persona que sigue a Jesús”. Comenzando este nuevo año, quisiéramos invitarlos a reflexionar sobre unos propósitos o ejercicios de vida para el año que iniciamos:

1.      Mucho ejercicio y más ejercicio: Ejercitaré mis brazos brindando abrazos con más fuerza, intentando dejar a la otra persona impregnada del valor y el afecto que Dios le tiene. Ejercitaré los músculos de mi rostro brindando más sonrisas, más besos y más palabras de motivación y aliento.
2.      Lucharé por bajar de peso: Trabajaré para bajar el peso de mi ego, de mi orgullo, de mis sentimientos de culpabilidad, de complejos, miedos y de otros defectos que no me permitan crecer y evolucionar como persona. Bajaré el peso de mis cargas, poniendo en manos de Dios todo aquello que me ata y que me es difícil resolver y me ocuparé de lo que sí puedo solucionar.
3.      Liberarme de algunos vicios: Dejaré de lado el vicio de la ingratitud, el vicio de quejarme por todo, el vicio del chisme, de la crítica y calumnia, en cambio valoraré más a las personas y las cosas que tengo y me esforzaré por aprender a vivir sin todo aquello que no tengo y que a veces siento que necesito para ser feliz.
4.      Mejoraré la alimentación: Mejoraré los nutrientes que le doy a mi espíritu, me enfocaré en rodearme en personas de fe, positivas, generosas, solidarias; que aporten vida, paz, amor, esperanza, fortaleza, crecimiento y bendición a mi vida. Pondré barreras para lo que las quejas y comentarios negativos y la amargura de otras personas no se implanten en mi corazón y lo dañen.
5.      Terminaré algún proyecto: Haré de cada día del nuevo año un proyecto a realizar, el cual tendrá el objetivo más grande “Ser feliz”, viviré los 365 proyectos de este año con alegría, fe, esperanza y optimismo. No me impondré más metas ingenuas e inalcanzables, pero lucharé con todas mis fuerzas con la bendición del Señor por conseguir lo necesario para tener una vida con sentido y propósito.
6.      Viajaré: Viajaré cada día hacia mi propio interior, me lanzaré en busca de un tour o crucero a lo más profundo de mi ser, meditaré cada momento de mi vida y sacaré la mejor enseñanza de lo vivido. Desde mis adentros me atreveré a ser un turista que se deja deslumbrar y maravillar por toda la belleza y bendición que es la vida. Viajaré por el espacio virtual y llevaré pensamientos, sentimientos y palabras de amor, perdón, aliento, tranquilidad, solidaridad, comprensión y paz a quien lo necesite.
7.      Buscaré ahorrar: Ahorraré palabras que no debo decir. Ahorraré acciones que no debo hacer, ahorraré dificultades, conflictos y problemas que no debo buscar.
8.      Cada día aprenderé algo nuevo: Buscaré cada día aprender a conocer, amar y servir más a Dios, aprenderé a valorar más mi ser, mi propia vida, aprenderé a saber alejarme a tiempo, aprenderé a ser signo de edificación, bendición para los demás. Aprenderé a callar cuando es necesario, aprenderé a hablar cuando me lo requieran, aprenderé a otorgar silencio a quien tiene oídos sordos, aprenderé a aceptar mis errores sin querer justificarme.
9.      Buscaré leer más: Aprenderé a leer entre líneas los mensajes que Dios y la vida me manden, aprenderé a leer en las miradas de la gente lo que hay en su alma. Y leeré cosas que enriquezcan mi vida, y leeré solo cosas motivadoras que me dejen un mensaje y una enseñanza. Haré de la Palabra de Dios una mirada sabia que nace desde el texto, pasa por la vida y se convierte en letra viva de bendición para los demás
10.  Cambiaré mi look: Maquillaré mi rostro con más sonrisas, pondré en mis pupilas chispas de alegría, no me pondré máscaras de amargura y tristeza a pesar de que los momentos sean difíciles, por la vida del Espíritu Santo sacaré fuerzas de mi interior para no provocar frases de lamento sobre mí, como: “pobrecito, que mal se ve como esta de flaquito, como sufre. Jamás bajaré mi cabeza a pesar de todo, en el nombre del Señor Jesús siempre levantaré mis ojos hacia el cielo y mi rostro caminará seguro con postura de valiente guerrero, listo para la lucha de cada día.
Seguro y confiado en la promesa del tiempo de Navidad, que el Señor a través de Isabel le dio a la joven campesina de Nazaret María, creyendo que también se cumplirá en este nuevo año en mi vida y en los míos: “Serás feliz y dichosa por haber creído y se cumplirán en ti las promesas del Señor” (Lucas 1,45).

Bendiciones para este nuevo año, en tu vida personal, familiar, vocacional y comunitaria.

“CON VOLUNTAD, PROPÓSITO Y COMUNIÓN CONSTANTE CON EL ESPÍRITU SANTO, LOGRARÉMOS DESARROLLAR ESTE DECÁLOGO DE VIDA PARA EL NUEVO AÑO 2019”

Roberto Zamudio

PROMESA BÍBLICA DEL MES

“No te dejare ni te abandonare”

HEBREOS 13,5



ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

El primer sentimiento, pensamiento y palabra comenzando este nuevo año es: “GRACIAS BENDITO ALABADO Y ADORADO SEAS POR SIEMPRE, PADRE DIOS”. Gracias por el renovar tú venida en mi vida, en la Navidad que acabo de celebrar. Gracias por este nuevo año 2019 que estoy iniciando, que de antemano quiero que sea para ti, y desde tu nombre y presencia para nuestros hermanos como bendición. Reconozco que te necesito más que ayer, más que el año anterior, por eso Buen Dios no te canses de seguir viniendo y naciendo a través de esta cartillita y diferentes circunstancias a mi vida y la de los que me rodean. Ayúdame a seguir creciendo en fe, en esperanza, en misericordia, perdón y solidaridad con nuestros hermanos. Llévame a hacer cada mes y cada día de este año una oportunidad de encuentro contigo, con tu creación, con nuestros hermanos y con nosotros mismos. Colócame personal y comunitariamente en sintonía con los diferentes temas, reflexiones y propuestas que a través de esta cartillita seguiré lanzando en tu nombre a mis hermanos(as). Ayúdame a seguir avanzando en el proceso de cambio y transformación. Que pueda hacer del encuentro diario contigo una oportunidad para experimentar buenas noticias, y ser instrumento o motivo de una “Buena Noticia para los demás”. En tu Buen Nombre Señor Jesús, Dios de la vida, quiero iniciar este nuevo día y este nuevo año, seguro(a) que tu bendición siempre va a estar conmigo. Amén 


ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Amado Dios, de igual manera como inicié el día en la mañana, ahora al llegar la noche me dispongo a ir al descanso no sin antes: Reconocer, valorar, agradecer y bendecir todas las muestras y signos de tu bondad que a lo largo de este día me han acompañado. Gracias por todo lo vivido, aprendido y compartido a lo largo de este día. He experimentado tu amor en cada oportunidad y circunstancia que hoy he tenido que enfrentar. Gracias por regalarme nuevas fuerzas, cuando mi cuerpo por el trabajo físico se sintió desfallecer, gracias por tu Espíritu de vida que me animó para seguir adelante cuando tuve que enfrentar momentos difíciles en este día. Inúndame a esta hora de la guía y animación de tu Espíritu Santo para que a través de Él pueda prepararme para un buen descanso; ayúdame a controlar y dominar esa nuestra naturaleza humana que tanto se equivoca en los momentos de relacionarme y convivir con mi prójimo. Me abandono a esta hora en ti, en tus manos tiernas de Madre y Padre,  someto mi sueño y el reposo que me provees para recuperar  fuerzas y así estar preparado para el día de mañana que con ilusión y esperanza quiero desde ya empezar a vivir. Gracias y Bendito seas por siempre. Amén   


CUMPLEAÑOS  ENERO

1 Diana Carolina Franco e Irma Garzón
4. Janet Romero
5. Daniel Camilo Hernández, Nazly Hurtado y Francisco Zamudio
6. Marina Prada
7. Beatriz Hernández y Rosalba Avendaño
8. Juan David Hernández
9. Jenifer Rodríguez
11. Katherine León
14. Aniversario Silvia y Servando González
15. Rosa Reina e Iván Rodríguez
20. Magda Táutiva
24. Luz Marina Triana
28. Carlos Torres


DIAS ESPECIALES
1.      Año Nuevo y Día Mundial de la Paz
5.   Día del Fotógrafo(a)
6.   Día de Reyes


“VIVIR Y CELEBRAR FESTIVAMENTE LA CENA DEL SEÑOR

(EUCARISTÍA)”

 

“La Eucaristía es la culminación de la Iniciación Cristiana, celebración ungida y vivida plenamente sin prisas o afanes”.

La Eucaristía es la fiesta de los creyentes que reunidos en torno a Jesús, vivo y resucitado celebran su vida cristiana. Debe oficiarse en la participación plena, personal, viva y festiva de cada creyente que, experimenta motivado por el Espíritu a formar en ella y a través de ella, verdaderas comunidades fraternas en el gozo del Señor.

Esta celebración comunitaria como culmen del Seminario de Vida o evangelización fundamental (Kerigma o iniciación cristiana), debe vivirse como una invitación a revitalizar y renovar las celebraciones, en este caso la Eucaristía, de ahora en adelante. Esta evangelización que busca la renovación de la iniciación no es propia de ningún movimiento o corriente, sino un llamado a toda la comunidad espiritual a renovar y revivir en la fuerza del Espíritu todos sus cultos y celebraciones.

No se trata de renovar o cambiar la liturgia o las celebraciones porque sí, de querer inventar nuevos métodos o hacer cosas raras para que la gente no se aburra y participe activamente. Se trata de dar testimonio de la fe profunda que se está viviendo; de ser testigos del nacimiento nuevo en el Espíritu, que ha transformado nuestra vida y que produce este gozo y dinamismo en la celebración.

La comunidad que desemboca en la Eucaristía debe ser un verdadero modelo del llamado que tenemos a ser personas discípulos, testigos y con apostolado. La Eucaristía, en sus diferentes momentos, debe ser aprovechada, entendida y vivida plenamente con la vida y la alegría del Espíritu.

La Eucaristía debe ser entendida y vivida de acuerdo con las siguientes características:

·         Rito penitencial (reconocer pecados y arrepentirse de corazón) activamente compartido.

·         Palabra de Dios escuchada de una manera nueva.

·         Oración de intercesión solidaría con todas las necesidades del mundo, de la Iglesia y los participantes.

·         Oración comunitaria (Eucarística) que manifiesta efectivamente que el misterio pascual del Señor se está haciendo presente para nosotros hoy.

·         Oración diaria y dominical en la que el abrazo de paz se expresa con gozo festivo por el hecho de ser hermanos entre si e hijos de un mismo Padre.

·         Silencio y abrazamiento de intima comunicación con el Señor que se nos ha dado como alimento.

·         Alabanza larga y espontánea en acción de gracias por la presencia del Señor.

·         Celebración Kerygmática (anuncio del mensaje de Cristo) y carismática (de gozo gratitud y alabanza), animada por el Espíritu, que proclama efectivamente que el Señor está vivo. Por eso lo expresamos diciendo: “anunciamos tu muerte, y proclamamos tu resurrección, ¡Ven Señor Jesús!.

 

En la Didaqué, obra escrita a fines del siglo I, se escribe: “Reunidos cada día del Señor, partid el pan y dad gracias, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro”. Así podemos comprender el sentido de la Eucaristía, pero va más allá, pues trasciende hacia el sentido de la comunidad discipular (no casual), que se conoce y comparte la vida bajo el mover del Espíritu de Dios; comunidad de vida que se junta, celebra, conmemora y se prepara para salir a vivir el Evangelio.

INTERROGANTES PARA ESTE MES

1.    ¿Qué habías entendido hasta ahora por misa, Cena del Señor y Eucaristía?

2.    ¿Cómo la habías vivido y celebrado?

3.    ¿Qué sentido tiene el ser y vivir en comunidad dentro de la Eucaristía?

4.    ¿Qué ideas o comentarios te quedan después de esta reflexión?

5.    ¿Cuál es tu sueño o propuesta para celebrar cada día mejor la Eucaristia?


“UNA INICIACION CRISTIANA QUE ME LLEVE A UN COMPROMISO CON EL SER HUMANO”

El sexto encuentro Católico Carismático Latinoamericano (ECCLA) reunido en Lima en mayo de 1979, estableció entre las prioridades que se imponían a la Renovación del continente las siguientes:

v  “Incluir en los seminarios de iniciación y crecimiento una mayor actitud de fidelidad a la Iglesia y atención al compromiso con la sociedad”.

v  Quien haya sentido la experiencia de amor de Dios en el Seminario de vida en el Espíritu, deberá tener una actitud renovadora respecto al compromiso con el ser humano. Recordemos que el Señor nos invita a una conversión integral: Personal, comunitaria y social.

     La Doctrina Social de la Iglesia en la experiencia latinoamericana de Medellín y Puebla reflexiona sobre lo imperioso de no olvidar nuestra conducta social, “Pues ella es parte integrante de nuestro seguimiento a Cristo” (Puebla 476)

“No hay límites para el reto al amor. Los pobres, los afligidos y los que sufren en el mundo a nuestro lado, todos ellos, como hermanos y en Cristo, nos dirigen un gran clamor: la prueba de nuestra fe y amor en Dios, pidiéndonos al mismo tiempo la Palabra de Dios con el pan de vida” (Juan Pablo II). 


Martes, 1 de Enero de 2019


RECONOCER EL ROSTRO DIVINO DE DIOS EN EL ROSTRO HUMANO DEL NIÑO”

PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 6-22-27

“Invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré”

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
"Diles a Aarón y a sus hijos que cuando bendigan a los israelitas lo hagan de esta manera: 'Que el Señor te bendiga y te proteja; que el Señor te mire con agrado y te muestre su bondad; que el Señor te mire con amor y te conceda la paz.'
"Así ellos pronunciarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré."  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

La primera lectura de hoy nos trae una bendición, pero sobre todo nos enseña a bendecir. No es un acto trivial ni una simple costumbre social; es nuestro modo de acoger en cada aspecto de la vida al Dios de la alianza. Nuestras bendiciones mutuas son prenda de la bendición del Señor.
Podemos sintetizar los buenos deseos de esta hermosa bendición del libro de los Números en tres aspectos, que son también los mejores deseos para el año que empieza: protección, amistad con Dios y paz. Defendidos del mal y fortalecidos en el bien: este es rostro de la raza bendecida.

La bendición bíblica, que han popularizado especialmente los frailes franciscanos, no habla directamente de la amistad con Dios, sino del resplandor de su rostro, la cercanía de su favor y benevolencia. Una vida bendecida va acompañada del brillo del rostro de Dios y de una cálida proximidad a su amor y su bondad. Corresponde, pues, a lo que solemos llamar "permanecer en la gracia de Dios".

Buen comienzo del año éste de la bendición. El refrán popular ha consagrado ese deseo de "volver a comenzar" que sentimos todos al llegar esta fecha: "Año nuevo, vida nueva". Uno quisiera olvidar los errores, limpiarse de las culpas que molestan en la propia conciencia, estrenar una página nueva del libro de su vida, y empezarla con buen pie, dando rienda suelta a los mejores deseos de nuestro corazón... Por eso es bueno comenzar el año con una bendición en los labios, después de escuchar la bendición de Dios en su Palabra.

Bendigamos al Señor por todo lo que hemos vivido hasta ahora, y por el nuevo año que pone ante nuestros ojos: nuevos días por delante, nuevas oportunidades, tiempo a nuestra disposición... Alabemos al Señor por la misericordia que ha tenido con nosotros hasta ahora. Y también porque nos va a permitir ser también nosotros una bendición en este nuevo año que comienza: bendición para los hermanos y bendición para Dios mismo. Año nuevo, vida nueva, bendición de Dios.

SALMO RESPONSORIAL: 66
R: El Señor tenga piedad y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.


SEGUNDA LECTURA
GÁLATAS 4,4-7

“Envió Dios a su Hijo nacido de una mujer”

Pero cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés, para rescatarnos a los que estábamos bajo esa ley y concedernos gozar de los derechos de hijos de Dios. Y porque ya somos sus hijos, Dios mandó el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones; y el Espíritu clama: "¡Abbá! ¡Padre! Así pues, tú ya no eres esclavo, sino hijo de Dios; y por ser hijo suyo, es voluntad de Dios que seas también su heredero. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El tema de que trata esta carta es la relación entre la filiación divina y la de la libertad del hombre (v.7). Pablo hace un discurso pedagógico en el que nos muestra esa liberación en la plenitud de los tiempos por medio de la persona de Cristo. El nacido de mujer y bajo la ley nos da la plenitud de la libertad y nos da la condición de hijos, el hombre se encuentra ahora frente a una persona: Cristo el cual, siendo como es Hijo de Dios, no podría ser esclavo. Quien quiera que se adhiere a Él por los lazos del Espíritu se convierte en hijo adoptivo y, por tanto, heredero de un mundo nuevo en el que todo es don y libertad.
Ha aparecido la bondad de Dios en Jesús, y es hora de gran alegría , para hacer saber al mundo -y a la creación misma- que Dios ha florecido en nuestra tierra y todos somos depositarios de esa herencia de felicidad.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 2,16-21

“Encontraron  a María, a José y al niño. A los ocho días, le pusieron por nombre Jesús”

Fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el establo. Cuando lo vieron, se pusieron a contar lo que el ángel les había dicho acerca del niño, y todos los que lo oyeron se admiraban de lo que decían los pastores. María guardaba todo esto en su corazón, y lo tenía muy presente. Los pastores, por su parte, regresaron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían visto y oído, pues todo sucedió como se les había dicho.
A los ocho días circuncidaron al niño, y le pusieron por nombre Jesús, el mismo nombre que el ángel le había dicho a María antes que ella estuviera encinta.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:

Jesús no nace entre los grandes y poderosos del mundo sino, muy en la línea de Lucas, entre los pequeños y los humildes; como los pastores de Belén, que no son meras figuras decorativas de nuestros pesebres sino que eran, en los tiempos de Jesús, personas mal vistas, con fama de ignorantes y de incapaces de cumplir la ley religiosa judía. A ellos en primer lugar llaman los «ángeles» a saludar y a adorar al Salvador recién nacido. Ellos se convierten en pregoneros de las maravillas de Dios que habían podido ver y oír por sí mismos. Algo similar pasa con María y José: no eran una pareja de nobles ni de potentados, eran apenas un humilde matrimonio de artesanos, sin poder ni prestigio alguno. Pero María, la madre, «guardaba y meditaba estos acontecimientos en su corazón», y seguramente se alegraba y daba gracias a Dios por ellos, y estaba dispuesta a testimoniarlo delante de los demás, como lo hizo delante de Isabel, entonando el Magníficat.

La invitación es que sigamos viviendo en tiempo de Navidad, tiempo en el que la ternura, el amor, la fraternidad, el cariño familiar... se nos hacen más palpables que nunca. La ternura de Dios hacia nosotros, que se expresó en el niño de Belén, inunde nuestra vida. Dejemos recalar estos sentimientos en nuestro corazón, para que perduren a lo largo de todo el año.

Al comenzar el año, al poner el pie por primera vez en este nuevo regalo que el Señor nos hace en nuestra vida, vamos a agradecerle con todo el corazón la alegría de vivir, la oportunidad maravillosa que nos da de seguir amando y siendo amados, y la capacidad que nos ha dado para cambiar y rectificar.

ORACIÓN

Gracias Señor por la oportunidad de vida que nos concedes hoy al iniciar un nuevo año, Gracias por tu bendición para con nosotros, que podamos con nuestra vida, con nuestros labios, con nuestra presencia y nuestro actuar ser bendición también para todo aquel que encontremos en el camino. Te entregamos Señor nuestra vida, nuestra familia todos nuestros sueños nuestro planes y queremos antes que nada sujetarlos a tu voluntad. Amén.

Miércoles 02 de Enero de 2019


“INVITADOS A PERMANECER EN EL QUE ES DESDE SIEMPRE”

PRIMERA LECTURA
1JUAN 2,22-28

“Lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros”

Queridos hermanos: ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre; y ésta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna.
Os he escrito esto respecto a los que tratan de engañaros. Y en cuanto a vosotros, la unción que de él habéis recibido permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas -y es verdadera y no mentirosa- según os enseñó, permanecéis en él. Y ahora, hijos, permaneced en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados lejos de él en su venida.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Desde la óptica de Juan hay una verdad que es la más grande del mundo. Esa verdad está en la carne de Cristo, en cuanto, en esa carne hemos visto, oído y palpado la revelación que Dios nos ha dado de su amor y su salvación.

Según esto, la gran mentira es negar esa revelación que tiene precio y valor de sangre del Hijo de Dios. Y eso es lo propio del anticristo; eso es lo propio de aquel o aquellos que se oponen al Señor Jesús.

Por eso es fuerte la exhortación: "permanezcan en lo que han oído" (1 Jn 2,24). Es una advertencia severa, que podríamos poner en paralelo con las palabras, también graves, del apóstol Pablo: " Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema" (Gál 1,6-8).

Este tipo de advertencias  nos previenen contra las "novedades", un tema que aparece muchas veces en el Nuevo Testamento. El Evangelio es simple, contundente, eficaz; las novedades, que no son profundizaciones sino traiciones al Evangelio, son retorcidas, tratan más de seducir que de salvar; acarician nuestra conducta, no la cambian.


SALMO RESPONSORIAL: 97
R. / Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,19-28

“En medio de vosotros hay uno que no conocéis”

Éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: "¿Tú quién eres?" Él confesó sin reservas: "Yo no soy el Mesías." Le preguntaron: "¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?" Él dijo: "No lo soy." "¿Eres tú el Profeta?" Respondió: "No." Y le dijeron: "¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?" Él contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías."

Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: "Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia." Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando. Palabra del Señor.

REFLEXION
Los jefes judíos conocen bien la misión que realiza Juan el Bautista en la orilla del río Jordán. Están preocupados y deciden interrogarlo. La respuesta de Juan es clara y contundente: no es el Mesías, ni Elías, ni el profeta; es simplemente una voz que grita en el desierto, que invita a la conversión; administra un bautismo con agua como anticipación del nuevo bautismo que implantará el Mesías. Su misión es la de anunciar y preparar el camino.

Juan con su misión nos muestra cuál ha de ser nuestra propia misión: ser anunciadores y mensajeros de Buenas Noticias que hagan visible el amor, la justicia y la paz de Dios en medio de los hermanos. Los cristianos tenemos la responsabilidad primera de preparar el corazón del mundo para que pueda escuchar la voz de Dios. Si los cristianos no ofrecemos nuestra vida, nuestras comunidades y nuestras Iglesias para hacer un mundo nuevo, ¿cómo podrá entonces conocer el mundo el proyecto de Jesús? Esto lo hacemos como servidores, excluyendo toda arrogancia del poder o de creernos los únicos responsables en la construcción de un mundo mejor.

ORACIÓN
Precioso Yahve, Maestro, amigo, ayúdanos a permanecer en Ti en cada circunstancia de la vida, para no desfallecer, darte a conocer y propiciar la civilización que a través de los tiempos has propuesto, la del Amor. Por favor no nos dejes desfallecer. Amén.

Jueves 03 de Enero de 2019


“DIOS NOS HA ACEPTADO COMO SUS HIJOS”

PRIMERA LECTURA
1JUAN 2,29-3,6

“Todo el que permanece en él no peca”

Queridos hermanos: Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de él. Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.

Todo el que comete pecado quebranta también la ley, pues el pecado es quebrantamiento de la ley. Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, y en él no hay pecado. Todo el que permanece en él no peca. Todo el que peca no le ha visto ni conocido. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Si hay algo característico de nuestra fe cristiana, ya desde su profunda raíz en el pueblo de Israel, es esa conciencia del tiempo como una flecha que apunta a la realización de un designio. Para nosotros el tiempo tiene una dirección. Nuestra vida no es una brizna en medio de la tormenta. Pasado significa promesa; presente significa primicia; futuro significa plenitud.
En la primera lectura de hoy es clara esta secuencia. Escribe el apóstol: "consideren el amor tan grande que nos ha demostrado el Padre" (1 Jn 3,1); ello corresponde al pasado; luego dice: "ahora somos ya hijos de Dios" (1 Jn 3,2); eso alude al presente; por último añade: "seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es" (1 Jn 3,2).
El amor manifiesto se convierte en una promesa. Es un cheque a nuestro favor; es el anuncio de algo maravilloso que no esperábamos, que no merecíamos, que no podíamos describir siquiera. Ese amor se traduce en un presente cargado de noble dignidad: somos hijos de Dios. De allí brotan todos nuestros derechos y deberes. Pero no es ello todo, sino solo la primicia de algo mayor aún: seremos semejantes a él. Es la plenitud. El tiempo tiene una dirección y esa dirección apunta hacia la plenitud.

SALMO RESPONSORIAL: 97
R. / Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

Tañed la citara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,29-34

“Éste es el Cordero de Dios”

Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: "Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel."

Y Juan dio testimonio diciendo: "He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Al ver que Jesús se acerca, Juan el Bautista dice: “He aquí el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo”. Esta frase abre un mar de preguntas: ¿Por qué se llama a Cristo el Cordero de Dios? ¿En qué sentido quita el pecado del mundo; por su inocencia, por su sacrificio? El Bautista se refiere al cordero pascual como símbolo de liberación del pueblo de Israel. El cordero era la víctima común en todo sacrificio oficial o particular. De ahí que Juan considera al cordero como un símbolo de redención y sacrificio por los pecados. También puede hacer referencia al Siervo de Yahvé de Isaías, que va como cordero llevado al matadero cargando sobre sí los pecados de la humanidad. En la celebración eucarística escuchamos: “Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, haciendo memoria perenne de la opción de Jesús de ofrecer su vida, como Cordero “degollado”, en sacrificio solidario para alcanzar una vida plena para la humanidad.

Realizar acciones que proporcionen vida a los más necesitados es nuestra manera de agradecer a Jesús su sacrificio por la humanidad.

ORACIÓN
Jesús, benditos los ojos que te vieron y los oídos que te escucharon. Benditos los labios que te proclaman y los pies que caminan por tus sendas. ¡Qué privilegio ser parte de los tuyos(as), tus cercanos(as), tus amados(as) y recibir tu Espíritu Santo que transforma y libera. Aquí estoy yo, como Juan a ser la voz que proclama tu grandeza. Amén


Viernes 04 de Enero de 2019


“EL ENCUENTRO CON EL MESÍAS TRANSFORMA NUESTRA REALIDAD”

PRIMERA LECTURA
1JUAN 3,7-10

“No puede pecar, porque ha nacido de Dios”

Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo. Quien comete el pecado es del diablo, pues el diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo. Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado, porque su germen permanece en él, y no puede pecar, porque ha nacido de Dios. En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.  Palabra del Señor.

REFLEXION
Ya el Evangelio de Juan nos había hecho el maravilloso anuncio: los que acogen la Palabra reciben poder llegar a ser hijos de Dios (Jn 1,12). Es muy importante para este apóstol que descubramos nuestra vocación: hemos nacido de Dios.
 El propósito del pasaje de hoy es que descubramos cómo el ser y el obrar necesariamente van de la mano. "Operari sequitur esse", decían los escolásticos: el obrar sigue al ser. Si nuestro ser tiene su fuente en Dios, porque de él hemos nacido, nuestro obrar sigue al obrar de Dios, según escribe Juan: "que nadie los engañe; el que hace la voluntad de Dios es justo, como él es justo".
Ese modo de escribir nos deja entrever el carácter polémico de una carta que parecería tal vez sólo una colección de poesía mística. Cuando Juan dice: "que nadie los engañe" es porque sabe de buena fuente que hay quien engaña. Y el engaño también lo podemos conocer: se trataba de una especie de secta, tal vez en proceso de formación, que enseñaba entre otras cosas que nuestra conducta no importaba realmente, mientras mantuviéramos una especie de luz o de conocimiento sublime y celeste en nuestra mente. La conducta es asunto de la carne, según ellos, y lo carnal no importa. Por consiguiente, lo que hagamos con nuestra carne tampoco importa.
Frente a estas semillas heréticas se alza el apóstol Juan: ¡Claro que importa la carne! ¡El Verbo se hizo carne! Y, ¡por supuesto que importa la conducta, la vida de cada día! Si te olvidas de la conducta no sólo niegas el misterio de Aquel que "se hizo carne", sino que niegas su precepto principal: el amor.
SALMO RESPONSORIAL: 97
R. / Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria, / su santo brazo. R.

Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes. R.

Al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,35-42

“Hemos encontrado al Mesías”

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: "Éste es el Cordero de Dios." Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: "¿Qué buscáis?" Ellos le contestaron: "Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?" Él les dijo: "Venid y lo veréis." Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: "Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)." Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El relato del evangelio es claramente vocacional. La vocación no es un llamamiento deshumanizado; adquiere consistencia en las relaciones humanas más naturales. El evangelio deja claro que la vocación cristiana es un llamamiento explícito de Dios en el que él toma siempre la iniciativa, tal como se manifiesta en la autoridad con la que Jesús cambia el nombre de Simón, en la mirada que Jesús fija en Pedro y, sobre todo, en el misterioso atractivo que ejerce Jesús sobre los dos discípulos de Juan. El relato gira en torno a una serie de palabras clave que se desprenden de las dos actitudes del discípulo: buscar y seguir, más una triple recompensa: encontrar, ver y permanecer. El binomio buscar-encontrar, es muy significativo, si lo relacionamos con la Sabiduría bíblica (Sab 6,12-16). La Sabiduría, al igual que Jesús, se deja encontrar por quienes la buscan. La Sabiduría se deja encontrar “desde por la mañana”, a la hora en la que Pedro encuentra a Jesús y se pone en camino para salir al encuentro de quienes la buscan.

Entre nosotros los cristianos, sabio es quien busca a Jesús y puede encontrarlo en los hermanos.

ORACIÓN
Señor Jesús, enséñanos el camino que lleva hasta ti; queremos ser testigos(as) de tu amor. Rompe la vida de cada uno(a) de nosotros(as) y reconstrúyela de nuevo, para que todo lo que hagamos, pensemos y sintamos, sea fiel reflejo de tu presencia renovadora. Míranos con tu misericordia y haz de nosotros(as) discípulos(as) que saben creen y saben esperar. Amén