domingo, 1 de abril de 2018

Domingo 15 de Abril de 2018

“¿SOMOS SUS TESTIGOS?”


PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APOSTOLES 3,13-15.17-19

Matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos

En aquellos días, Pedro dijo a la gente: "El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilatos, cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En la lectura de los Hechos encontramos de nuevo a Pedro, que se dirige a todo Israel y lo sigue   invitando a la conversión. Pedro tranquiliza a sus oyentes haciéndoles ver que todo ha sido fruto de la ignorancia, pero al mismo tiempo los anima a acoger al Resucitado como al último y definitivo don otorgado por Dios. La muerte de Jesús se convierte para el creyente en sacrificio expiatorio. No hay asomo de resentimiento ni de venganza, sino llamado al arrepentimiento para recibir la plenitud del amor y de la misericordia del Padre, que se concreta en la confianza y en la seguridad de haber recuperado aquella filiación rota por la desobediencia. El creyente, expuesto a las tentaciones, rupturas y caídas no tiene por qué sentirse condenado eternamente al fracaso o a la separación de Dios.

Salmo responsorial: 4
R. / Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor.

Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración. R.

Hay muchos que dicen: "¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?" R.

En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo. R.

OREMOS CON EL SALMO
En este Salmo se refleja la confianza en Dios, quien da la paz y el descanso al dormir. Hoy en día muchos viven estresados, no tienen tiempo ni para su familia, ni para ellos mismos y por supuesto ni para su Dios, el Creador, pero es en ese momento de ir a dormir, cuando podemos meditar y reconocer la acción de Dios en nuestras vidas, su justicia y protección.



SEGUNDA LECTURA
1JUAN 2,1-5

Él es víctima de propiciación por nuestros pecados y también por los del mundo entero
Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: "Yo lo conozco", y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Juan nos da hoy en su Primera Carta el anuncio gozoso del perdón y de la reconciliación consigo mismo y con Dios. El cristiano está invitado por vocación a vivir la santidad; sin embargo, las infidelidades a esta vocación no son motivo de rechazo definitivo por parte de Dios, más bien son motivo de su amor y su misericordia, al tiempo que son un motivo esperanzador para el cristiano, para mantener una actitud de sincera conversión.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 24,35-48

Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día

En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: "Paz a vosotros." Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo." Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: "¿Tenéis ahí algo de comer?" Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse." Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto."  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En el evangelio nos encontramos una vez más con una escena pospascual que ya nos es común: los Apóstoles reunidos comentado los sucesos de los últimos días. Recordemos que en esta reunión,  están también los discípulos de Emaús que habían regresado a Jerusalén luego de haber reconocido a Jesús en el peregrino que los ilustraba y que luego compartió con ellos el pan.  En este ambiente de reunión se presenta Jesús y, a pesar de que estaban hablando de él, se asustan y hasta llegan a sentir miedo, porque creen que se trata de un fantasma. Los eventos de la Pasión no han podido ser asimilados suficientemente por los seguidores de Jesús. Todavía no logran establecer la relación entre el Jesús con quien ellos convivieron y el Jesús glorioso, y no logran tampoco abrir su conciencia a la misión que les espera.
Aclarar la imagen de Jesús es una exigencia para el discípulo de todos los tiempos, para la misma Iglesia y para cada uno de nosotros hoy. En nuestro contexto actual hay tantas y tan diversas imágenes de Jesús, que no deja de estar siempre latente el riesgo de confundirlo con un fantasma. He ahí el desafío para el evangelizador de hoy: clarificar su propia imagen de Jesús a fuerza de dejarse penetrar cada vez más por su palabra; por otra parte está el compromiso de ayudar a los hermanos a aclarar esas imágenes de Jesús.  Es un hecho, entonces, que aún después de resucitado, Jesús tiene que continuar con sus discípulos su proceso pedagógico y formativo. Ahora el Maestro tiene que instruir a sus discípulos sobre el impacto o el efecto que sobre ellos también ejerce la Resurrección.  Poco a poco los discípulos tendrán que asumir que a ellos les toca ser testigos de esta obra del Padre, pero a partir de la transformación de su propia existencia.  Las expectativas mesiánicas de los Apóstoles reducidas sólo al ámbito nacional, militar y político, siempre con característica triunfalistas, tienen que desaparecer de la mentalidad del grupo. No será fácil para estos rudos hombres re-hacer sus esquemas mentales, pero  no queda otro camino. El evento de la resurrección es antes que nada el evento de la renovación, comenzando por las convicciones personales. Este pasaje debe ser leído a la luz de la primera parte: la experiencia de los discípulos de Emaús.
Las instrucciones de Jesús basadas en la Escritura infunden confianza en el grupo; no se trata de un invento o de una interpretación caprichosa. Se trata de confirmar el cumplimiento de las promesas de Dios, pero al estilo de Dios, no al estilo de los humanos.  De alguna forma conviene insistir que el evento de la resurrección no afecta sólo al Resucitado, nos afecta como discípulos en la medida en que nos dejamos transformar para ponernos  en el camino de la misión. Nuestras comunidades cristianas están convencidas de la resurrección, sin embargo, nuestras actitudes prácticas todavía no logran ser traspasadas por ese acontecimiento.   Vivamos, renovémonos, dejémonos transformar por la Resurrección de Jesús.

ORACIÓN
Nos debatimos en una sociedad marcada por la injusticia social, la negación de la vida y la dignidad humana, Por favor que en este tiempo pascual, con la ayuda del Espíritu del Señor, quienes te seguimos podamos mostrar al mundo a Jesús resucitado y de qué  manera nos sigue transformando y resucitando con Él. Amén.


“Para dar testimonio del Resucitado, no hay que enseñar doctrinas sino contagiar de su experiencia”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: