“GUARDA
TU LENGUA”
Ponemos
cerrojo a nuestra casa, echamos llave al cajón de nuestro escritorio, le
ponemos clave secreta a nuestro computador, celular, cuenta de correo
electrónico, instalamos alarma en nuestro carro, a nuestra casa, pero acaso
¿Hemos reparado en cuidar la seguridad de nuestros labios?…. Pensemos cuantas
veces pecamos de imprudentes al hablar. Un sabio consejo bíblico dice: “Señor,
ponme en la boca un centinela; un guardia a la puerta de mis labios” Salmo
141,3. El sabio siempre piensa lo que dice, el necio en cambio siempre dice lo
piensa. Hay una muy corta distancia entre lo que pensamos y en lo que decimos,
una brecha muy pequeña. Si no cultivamos la disciplina de pensar antes de
hablar, correremos serios riesgos y nos podremos ver envueltos en situaciones
en que tendremos que pedir perdón a diario. ¿Será nuestro caso?. Si nuestra
lengua nos mete en problemas muy a menudo, necesitamos contratar un servicio
urgente de guardia y cerrojo para
nuestros labios. Muchas veces asociamos a alguien que levanta la voz en actitud
exigente, como alguien de carácter fuerte, cuando en realidad es totalmente lo
contrario, ya que una persona iracunda, tiene realmente una gran debilidad para
controlarse. Pierde fácilmente las riendas de su temperamento y se rompe como
una represa dejando una multitud de damnificados a su paso (Proverbios 25,28).
Por eso la Palabra nos dice hoy: “controlemos nuestra lengua” (Salmo 34,13), ya
que el que espera antes de responder, el que cuenta hasta diez, o hasta cien,
muchas veces, ese es un hombre sabio que
evitará causar muchas heridas, peleas, muchos problemas y se evitará
muchos males.
En
el mundo, hay tantas víctimas de maltrato verbal tendidas a la vera del camino,
por una palabra mal dada, con heridas profundas, difíciles de sanar. El abuso
verbal es mucho peor que el físico y hay personas, nos lo dice la Biblia, que
sus palabras son como golpes de espada. Reflexionemos: ¿Cómo podemos
asegurarnos que con nuestras palabras no ofenderemos a nadie?, reflexionemos en clave de justicia, ¿Cuántas
veces juzgamos injustamente y hablamos de otros
sin medir el daño que causamos?. ¿Cuántos comentarios dañinos, críticas
destructivas, ofensas salen de nuestra boca a diario?, ¿Cuántas palabras de
maldición y no de bendición salen de nuestros labios?
Deberíamos
tener una alarma instalada que se activa en nuestro interior antes de hablar,
que nos lleve a tener un control
interior efectivo; Dios nos ofrece su Espíritu Santo, para que actúe en
nosotros y nos controle. Como hombres y mujeres en Dios, confesémosle nuestra
debilidad y pidámosle que su Espíritu
Santo nos ayude y opere en nuestro
interior para actuar, vivir y hablar sabiamente.
“ES MEJOR SER REY DE TU SILENCIO
QUE ESCLAVO DE TUS PALABRAS”
Dios
los bendiga.
SEXTO FRUTO: LA JUSTICIA
En
la historia de las diferentes culturas, se ha mencionado la Justicia, desde un
orden filosófico, (pensamiento) y
jurídico (Ley) . En las Sagradas
Escrituras el término justicia indica como un estado de armonía y paz interior
fruto de una buena acción en torno a un buena relación con los demás y con el
mismo Dios. En el Antiguo Testamento se habla de justicia, entendiendo darle a
cada cual lo que se merece; esto muchas veces
se media con la ley del talión y casi siempre en una clave de castigo.
Desde el mismo comienzo se hablaba del hombre justo que es aquel que se adhiere
por completo a la voluntad de Dios (Génesis 15,6) que es fiel a la alianza en
sus derechos y deberes ( Ezequiel 20, 21-24, Deuteronomio 9,16) y que se
proyecta luego a vivir en unas sanas relaciones con los otros miembros de la
comunidad con que se vive ( Isaías 5,1 – siguientes; Ezequiel 18,1- siguientes ) y también en particular
con los que más están necesitados ( Amós 2,1-siguientes; 5,1- siguientes; Salmo
103,6). Así visto de esta manera la justicia en la Biblia especialmente en el
Antiguo Testamento se puede ver en dos dimensiones: Una vertical, es decir de relación con Dios y
otra horizontal, de referencia a la vida
común con los otros.
El
fin de la justicia es provocar en los seres humanos una forma de integridad de
vida que sea una imagen de la justicia divina. En el judaísmo del Antiguo
Testamento justicia es la respuesta, por la fe que se da al amor de Dios,
especialmente en los momentos de prueba, persecución y tribulación (1Macabeos 1,7). En el Nuevo Testamento la
justicia en relación con Jesús, siempre aparece en clave o con rostro de
“misericordia” (2da Corintios 5,21). La
justicia es rectitud y honestidad en la vida diaria, es una responsabilidad de
integralidad personal. Desde la antigüedad solamente se llego a pensar o a
interpretar la justicia relacionada con las leyes, reglamentos o mandamientos, aplicándola,
felicitando o bendiciendo a quien se la merecen pero castigando a quienes la
violen. En Jesús y en nuestro proyecto de vida, la justicia está relacionada
profundamente con la reconciliación, la paz y la equidad de la que hablaremos
el próximo mes. Como tal es un tema muy complejo, difícil de agotar. Por eso
quisiera dejarles algunas situaciones donde podríamos reflexionar, profundizar
y cuestionae el tema de la justicia:
¿Son justos los impuestos que estamos pagando? ¿Es justo el trato
recibido en algunas instituciones del sistema de salud como clínicas y
hospitales?, ¿Son justos los salarios de
los pobres? , ¿Es justo el salario mínimo?, ¿Es justo el trato con las mujeres,
las oportunidades y el salario con respecto al de los hombres?, ¿ Es justo en
nuestra sociedad actual el trato a los niños, a los ancianos y a nuestros campesinos e indígenas?. Es difícil que haya alguien que nunca haya
escuchado ni expresado la famosa frase: “Es que esto no es justo”. Esto nos hace pensar y a veces sentir deseos
de clamar justicia, y porque no en algunos casos al ver tanta injusticia
quisiéramos como un desquite o venganza. Es muy humano encontrarnos con estos
sentimientos ante la injusticia, sentir tristeza, frustración y mal genio, ante
tanta injusticia pero en esos momentos nosotros como creyentes es que más
debemos recordar que “Dios es el único justo y la fuente de toda
justicia”.
Para profundizar más sobre este
tema quisiera invitarlos a reflexionar y compartir en las pequeñas comunidades
con otros, ubicando la justicia en algunas realidades concretas como:
-
La
pareja, la familia, en la amistad, justicia de género, en las leyes, en la
economía, en el trabajo, en la raza, en la cultura, religión, iglesia,
etc.
Algunos textos bíblicos sobre la
justicia:
-
Proverbios
21,21
-
Romanos
2,6
-
1ra
de Timoteo 6,11
-
Salmo
37,28
-
Salmo
112, 6
-
Gálatas
6,7-9
-
Mateo
6,33
-
1ra Pedro 3,14
-
Santiago
3,18
-
Proverbios
11,18
“EL
NUEVO ROSTRO DEL AMOR DEL AMOR MISERICORDIOSO SE LLAMA LA JUSTICIA”
ORACIÓN
AL COMENZAR EL DÍA
Qué
alegría, comenzar tomados de tu mano este nuevo mes. Gracias Buen Dios de la
misericordia, por todo lo vivido y celebrado en el mes anterior. Gracias y
alabado seas por este nuevo mes y por este nuevo día que en tu Bendito y Poderoso
Nombre vamos a iniciar. Te pedimos de nuevo la dirección y control de tu Espíritu Santo
sobre nuestra vida. Reconocemos en este momento nuestra necesidad y dependencia
solo de ti, Buen Dios. Sin el fuego de tu amor dentro de nosotros, experimentamos
un gran vacío y una gran tristeza, nadie ni nada lo puede llenar. Sigue
teniendo misericordia de nuestra vida, danos de tu luz, de tu sabiduría y
valentía para enfrentar cada una de las tareas que en este nuevo día tenemos
que realizar. Que tu Espíritu Santo nos coloque muy en sintonía con la justicia
como fruto de la misericordia que en
este mes estaremos reflexionando. Gracias por llegar ya a la mitad de este año,
y experimentar en los diferentes momentos y circunstancias, que tú has estado
con nosotros y con los nuestros. Gracias por tanta generosidad con la cual nos
bendices a manos llenas. En ti quisiéramos unirnos para agradecer e interceder
por muchos que también lo hacen en este mes, por los padres en su mes, por los
diferentes aniversarios y celebraciones.
En esta oración comunitaria te pedimos, tu bendición para todos los bebes que nacerán
en este mes, las personas que también partirán al encuentro contigo, por todos
los diferentes necesitados, bendícelos en la bondad de tu amor. Te amamos Señor,
creemos en ti, confiamos y seguimos esperando en ti. En tu dulce nombre, salimos
a conquistar tu bendición y felicidad en este día. Amén
ORACIÓN
AL FINALIZAR EL DÍA
Te
damos gracias, Padre Bueno, porque al finalizar el día podemos observar el hermoso
firmamento que tú has creado, gracias
por la vida, la esperanza, gracias por
todo lo que nos das día a día. Gracias porque es maravilloso saber que somos
privilegiados, porque tenemos una familia, un hogar, una gran vida por vivir, y
lo más importante, un ser supremo que guía nuestro existir. Te damos gracias, porque
nos enseñaste a amar sin herir, sin engañar. Y si nos hieren nos enseñaste a
perdonar. Te damos gracias, Jesús, porque nos enseñaste a no apegarnos a lo
terreno y mundano, nos mostraste la verdadera riqueza y el
camino que nos conduce a Dios. Durante estas treinta noches retomaremos, el fruto de la misericordia que corresponde a
la justicia y equidad, gracias por que nos ayudas a interiorizar sobre nuestras
acciones respecto a estos valores tan importantes para desarrollar una
verdadera Misericordia. Vamos al descanso seguros(as)de tu acompañamiento, y
protección. Amén