martes, 1 de enero de 2013

INTRODUCCIÓN AÑO 2013



“2013…..CONTINÚA LA BENDICIÓN”

Un mes nuevo, un año nuevo. Una gran alegría seguir compartiendo con muchos de ustedes este, el mejor regalo que podemos dar, que es el Señor Jesucristo y su Palabra de vida.  Una bendición muy grande poder seguir compartiendo la aventura de la Palabra de Dios. Estamos iniciando un año nuevo y que mejor manera de hacerlo que teniendo este instrumento de  “Día a día con la Palabra” para seguir creciendo afectiva y espiritualmente.

Quisiera comenzar este nuevo mes y año, a manera de un “Retiro”, con una pregunta o interrogante que el Señor hoy te lanza a ti, a mí, y a través nuestro a nuestras familias y pequeñas comunidades: Comenzando el año ¿Qué estás buscando? ( Juan 1,37). La gran y eterna pregunta que el Señor Jesús les hace a los discípulos de Juan y que hoy nos hace a todos nosotros, ¿Qué están buscando?. El ser humano por naturaleza es un buscador. Un buscador de felicidad, de sueños, de conquistas, de nuevas realidades, de mejores maneras y más placenteras de vivir, etc.   
Para este nuevo año ¿qué buscas o que metas o propósitos tienes para tu vida….? ¿Para tu salud, para tu vida familiar, tu vida laboral, tu área económica, tu área afectiva, de servicio al Señor, ministerial y a la sociedad, qué buscas?.
Comenzado el año, todavía tenemos mucho ánimo, propósitos e ilusiones, que si no las cuidamos, las consolidamos y ejecutamos pueden correr el riesgo de diluirse o perderse. Por eso quisiera invitarte a través de este encuentro diario con la Palabra a no desanimarte cuando aparezcan los obstáculos, déjate motivar e impulsar por la fuerza creadora de la palabra y continua lo que empezaste; no dejes a mitad de camino obra gris o negra tus proyectos. Pídele al Señor la audacia de tu Espíritu para que lo que has de iniciar lo lleves a feliz término o sea a la meta.
Damos gracias al Buen Señor, por todo su amor, misericordia y bendición derramados en el año que acaba de terminar; y acogeos con gratitud, optimismo e ilusión la nueva y gran bendición, que él tiene para todos nosotros sus hijos en este nuevo año.
“Recuerda que este nuevo año lo hemos declarado el año de la abundancia de la harina y del aceite. Tu tinaja y la de tu familia no se verá vacía” (1ra Reyes 17,16)
Oro por ti y tu familia en este nuevo mes y año, te animo a continuar en el camino de vida que es la Bendición en el Señor Jesús.          

PROMESA DEL MES



 “ESTOY SEGURO QUE DIOS QUE COMENZÓ EN USTEDES LA BUENA OBRA, NO LA DEJARÁ A MITAD DE CAMINO, SINO QUE LA LLEVARÁ A FELIZ TÉRMINO”
FILIPENSES 1, 6

ORACIONES



AL COMENZAR EL DÍA

Gracias Señor, Dios de la vida  y el amor, por esta nueva Navidad y el año que acaba de terminar. Gracias por este año 2013 que iniciamos. Necesitamos consagrar cada mañana a Ti y tener la certeza que nos ayudarás a pasar por los Jericó que seguramente tendremos que vivir y porque cumplirás la promesa regalada por ti para este año, que a nuestra tinaja (vida) no le faltará harina, eso material que necesitamos para vivir dignamente, sin falsas prosperidades; ni  aceite, lo espiritual que nos alimenta y forma el interior del ser para caminar en la paz de los hijos e hijas tuyos(as).

Y gracias también Señor por la bendita Palabra que como espada penetra y nos continúa guiando para avanzar en el proceso de conversión que nos permite relacionarnos contigo y con nuestro entorno de manera armónica y sabia.  Alegre la mañana que nos habla de ti, de tu poder Creador que nos anima para comenzar nuestra actividad cotidiana. Gracias Buen Dios. Amén.
  
                              AL FINALIZAR EL DÍA

Precioso Señor, nos recogemos ante tu presencia en cada noche de este primer mes del año, para darte gracias por todo lo vivido durante este día. Percibimos tu amor en el alimento del cuerpo que dio fuerzas para el trabajo físico, y el del espíritu que dio ánimo para seguir viviendo y disposición para hacer las cosas con amor. Ayúdanos para que a través de la luz de tu Espíritu Santo, logremos dominar esta naturaleza humana que tanto se equivoca en los momentos de  relacionarnos e intercambiar con el prójimo.

Entregamos en tus manos de Padre y Madre misericordioso el sueño y el descanso que nos provees para recuperar fuerzas y comenzar un nuevo día con ilusión y compromiso. Ayúdanos a tener presente tu compañía que nos guía y da seguridad en los momentos de dificultad. Hasta mañana Precioso Señor. Amén   

Martes, 1 de enero de 2013


“RECONOCER EL ROSTRO DIVINO DE DIOS EN EL ROSTRO HUMANO DEL NIÑO”

PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 6-22-27

“Invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré”

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
"Diles a Aarón y a sus hijos que cuando bendigan a los israelitas lo hagan de esta manera: 'Que el Señor te bendiga y te proteja; que el Señor te mire con agrado y te muestre su bondad; que el Señor te mire con amor y te conceda la paz.'
"Así ellos pronunciarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré."  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

La primera lectura de hoy nos trae una bendición, pero sobre todo nos enseña a bendecir. No es un acto trivial ni una simple costumbre social; es nuestro modo de acoger en cada aspecto de la vida al Dios de la alianza. Nuestras bendiciones mutuas son prenda de la bendición del Señor.
Podemos sintetizar los buenos deseos de esta hermosa bendición del libro de los Números en tres aspectos, que son también los mejores deseos para el año que empieza: protección, amistad con Dios y paz. Defendidos del mal y fortalecidos en el bien: este es rostro de la raza bendecida.

La bendición bíblica, que han popularizado especialmente los frailes franciscanos, no habla directamente de la amistad con Dios, sino del resplandor de su rostro, la cercanía de su favor y benevolencia. Una vida bendecida va acompañada del brillo del rostro de Dios y de una cálida proximidad a su amor y su bondad. Corresponde, pues, a lo que solemos llamar "permanecer en la gracia de Dios".

Buen comienzo del año éste de la bendición. El refrán popular ha consagrado ese deseo de "volver a comenzar" que sentimos todos al llegar esta fecha: "Año nuevo, vida nueva". Uno quisiera olvidar los errores, limpiarse de las culpas que molestan en la propia conciencia, estrenar una página nueva del libro de su vida, y empezarla con buen pie, dando rienda suelta a los mejores deseos de nuestro corazón... Por eso es bueno comenzar el año con una bendición en los labios, después de escuchar la bendición de Dios en su Palabra.

Bendigamos al Señor por todo lo que hemos vivido hasta ahora, y por el nuevo año que pone ante nuestros ojos: nuevos días por delante, nuevas oportunidades, tiempo a nuestra disposición... Alabemos al Señor por la misericordia que ha tenido con nosotros hasta ahora. Y también porque nos va a permitir ser también nosotros una bendición en este nuevo año que comienza: bendición para los hermanos y bendición para Dios mismo. Año nuevo, vida nueva, bendición de Dios.

SALMO RESPONSORIAL: 66
R: El Señor tenga piedad y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.


SEGUNDA LECTURA
GÁLATAS 4,4-7

“Envió Dios a su Hijo nacido de una mujer”

Pero cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés, para rescatarnos a los que estábamos bajo esa ley y concedernos gozar de los derechos de hijos de Dios. Y porque ya somos sus hijos, Dios mandó el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones; y el Espíritu clama: "¡Abbá! ¡Padre! Así pues, tú ya no eres esclavo, sino hijo de Dios; y por ser hijo suyo, es voluntad de Dios que seas también su heredero. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El tema de que trata esta carta es la relación entre la filiación divina y la de la libertad del hombre (v.7). Pablo hace un discurso pedagógico en el que nos muestra esa liberación en la plenitud de los tiempos por medio de la persona de Cristo. El nacido de mujer y bajo la ley nos da la plenitud de la libertad y nos da la condición de hijos, el hombre se encuentra ahora frente a una persona: Cristo el cual, siendo como es Hijo de Dios, no podría ser esclavo. Quien quiera que se adhiere a Él por los lazos del Espíritu se convierte en hijo adoptivo y, por tanto, heredero de un mundo nuevo en el que todo es don y libertad.
Ha aparecido la bondad de Dios en Jesús, y es hora de gran alegría, para hacer saber al mundo -y a la creación misma- que Dios ha florecido en nuestra tierra y todos somos depositarios de esa herencia de felicidad.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 2,16-21

“Encontraron  a María, a José y al niño. A los ocho días, le pusieron por nombre Jesús”

Fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el establo. Cuando lo vieron, se pusieron a contar lo que el ángel les había dicho acerca del niño, y todos los que lo oyeron se admiraban de lo que decían los pastores. María guardaba todo esto en su corazón, y lo tenía muy presente. Los pastores, por su parte, regresaron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían visto y oído, pues todo sucedió como se les había dicho.
A los ocho días circuncidaron al niño, y le pusieron por nombre Jesús, el mismo nombre que el ángel le había dicho a María antes que ella estuviera encinta.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:

Jesús no nace entre los grandes y poderosos del mundo sino, muy en la línea de Lucas, entre los pequeños y los humildes; como los pastores de Belén, que no son meras figuras decorativas de nuestros pesebres sino que eran, en los tiempos de Jesús, personas mal vistas, con fama de ignorantes y de incapaces de cumplir la ley religiosa judía. A ellos en primer lugar llaman los «ángeles» a saludar y a adorar al Salvador recién nacido. Ellos se convierten en pregoneros de las maravillas de Dios que habían podido ver y oír por sí mismos. Algo similar pasa con María y José: no eran una pareja de nobles ni de potentados, eran apenas un humilde matrimonio de artesanos, sin poder ni prestigio alguno. Pero María, la madre, «guardaba y meditaba estos acontecimientos en su corazón», y seguramente se alegraba y daba gracias a Dios por ellos, y estaba dispuesta a testimoniarlo delante de los demás, como lo hizo delante de Isabel, entonando el Magníficat.

La invitación es que sigamos viviendo en tiempo de Navidad, tiempo en el que la ternura, el amor, la fraternidad, el cariño familiar... se nos hacen más palpables que nunca. La ternura de Dios hacia nosotros, que se expresó en el niño de Belén, inunde nuestra vida. Dejemos recalar estos sentimientos en nuestro corazón, para que perduren a lo largo de todo el año.

Al comenzar el año, al poner el pie por primera vez en este nuevo regalo que el Señor nos hace en nuestra vida, vamos a agradecerle con todo el corazón la alegría de vivir, la oportunidad maravillosa que nos da de seguir amando y siendo amados, y la capacidad que nos ha dado para cambiar y rectificar.

ORACIÓN

Gracias Señor por la oportunidad de vida que nos concedes hoy al iniciar un nuevo año, Gracias por tu bendición para con nosotros, que podamos con nuestra vida, con nuestros labios, con nuestra presencia y nuestro actuar ser bendición también para todo aquel que encontremos en el camino. Te entregamos Señor nuestra vida, nuestra familia todos nuestros sueños nuestro planes y queremos antes que nada sujetarlos a tu voluntad. Amén.

Miércoles 02 de Enero de 2013


“INVITADOS A PERMANECER EN EL QUE ES DESDE SIEMPRE”

PRIMERA LECTURA
1JUAN 2,22-28

“Lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros”

Queridos hermanos: ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre; y ésta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna.
Os he escrito esto respecto a los que tratan de engañaros. Y en cuanto a vosotros, la unción que de él habéis recibido permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas -y es verdadera y no mentirosa- según os enseñó, permanecéis en él. Y ahora, hijos, permaneced en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados lejos de él en su venida.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Desde la óptica de Juan hay una verdad que es la más grande del mundo. Esa verdad está en la carne de Cristo, en cuanto, en esa carne hemos visto, oído y palpado la revelación que Dios nos ha dado de su amor y su salvación.

Según esto, la gran mentira es negar esa revelación que tiene precio y valor de sangre del Hijo de Dios. Y eso es lo propio del anticristo; eso es lo propio de aquel o aquellos que se oponen al Señor Jesús.

Por eso es fuerte la exhortación: "permanezcan en lo que han oído" (1 Jn 2,24). Es una advertencia severa, que podríamos poner en paralelo con las palabras, también graves, del apóstol Pablo: " Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema" (Gál 1,6-8).

Este tipo de advertencias  nos previenen contra las "novedades", un tema que aparece muchas veces en el Nuevo Testamento. El Evangelio es simple, contundente, eficaz; las novedades, que no son profundizaciones sino traiciones al Evangelio, son retorcidas, tratan más de seducir que de salvar; acarician nuestra conducta, no la cambian.


SALMO RESPONSORIAL: 97
R. / Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,19-28

“En medio de vosotros hay uno que no conocéis”

Éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: "¿Tú quién eres?" Él confesó sin reservas: "Yo no soy el Mesías." Le preguntaron: "¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?" Él dijo: "No lo soy." "¿Eres tú el Profeta?" Respondió: "No." Y le dijeron: "¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?" Él contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías."

Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: "Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia." Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando. Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN


Los jefes judíos conocen bien la misión que realiza Juan el Bautista en la orilla del río Jordán. Están preocupados y deciden interrogarlo. La respuesta de Juan es clara y contundente: no es el Mesías, ni Elías, ni el profeta; es simplemente una voz que grita en el desierto, que invita a la conversión; administra un bautismo con agua como anticipación del nuevo bautismo que implantará el Mesías. Su misión es la de anunciar y preparar el camino.

Juan con su misión nos muestra cuál ha de ser nuestra propia misión: ser anunciadores y mensajeros de Buenas Noticias que hagan visible el amor, la justicia y la paz de Dios en medio de los hermanos. Los cristianos tenemos la responsabilidad primera de preparar el corazón del mundo para que pueda escuchar la voz de Dios. Si los cristianos no ofrecemos nuestra vida, nuestras comunidades y nuestras Iglesias para hacer un mundo nuevo, ¿cómo podrá entonces conocer el mundo el proyecto de Jesús? Esto lo hacemos como servidores, excluyendo toda arrogancia del poder o de creernos los únicos responsables en la construcción de un mundo mejor.

ORACIÓN

 Precioso Yahvé, Maestro, amigo, ayúdanos a permanecer en Ti en cada circunstancia de la vida, para no desfallecer, darte a conocer y propiciar la civilización que a través de los tiempos has propuesto, la del Amor. Por favor no nos dejes desfallecer. Amén.

Jueves 03 de Enero de 2013



“DIOS NOS HA ACEPTADO COMO SUS HIJOS”

PRIMERA LECTURA
1JUAN 2,29-3,6

“Todo el que permanece en Él no peca”

Queridos hermanos: Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de él. Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.

Todo el que comete pecado quebranta también la ley, pues el pecado es quebrantamiento de la ley. Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, y en él no hay pecado. Todo el que permanece en él no peca. Todo el que peca no le ha visto ni conocido. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Si hay algo característico de nuestra fe cristiana, ya desde su profunda raíz en el pueblo de Israel, es esa conciencia del tiempo como una flecha que apunta a la realización de un designio. Para nosotros el tiempo tiene una dirección. Nuestra vida no es una brizna en medio de la tormenta. Pasado significa promesa; presente significa primicia; futuro significa plenitud.
En la primera lectura de hoy es clara esta secuencia. Escribe el apóstol: "consideren el amor tan grande que nos ha demostrado el Padre" (1 Jn 3,1); ello corresponde al pasado; luego dice: "ahora somos ya hijos de Dios" (1 Jn 3,2); eso alude al presente; por último añade: "seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es" (1 Jn 3,2).
El amor manifiesto se convierte en una promesa. Es un cheque a nuestro favor; es el anuncio de algo maravilloso que no esperábamos, que no merecíamos, que no podíamos describir siquiera. Ese amor se traduce en un presente cargado de noble dignidad: somos hijos de Dios. De allí brotan todos nuestros derechos y deberes. Pero no es ello todo, sino solo la primicia de algo mayor aún: seremos semejantes a él. Es la plenitud. El tiempo tiene una dirección y esa dirección apunta hacia la plenitud.

SALMO RESPONSORIAL: 97
R. / Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

Tañed la citara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,29-34

“Éste es el Cordero de Dios”

Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: "Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel."

Y Juan dio testimonio diciendo: "He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Al ver que Jesús se acerca, Juan el Bautista dice: “He aquí el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo”. Esta frase abre un mar de preguntas: ¿Por qué se llama a Cristo el Cordero de Dios? ¿En qué sentido quita el pecado del mundo; por su inocencia, por su sacrificio? El Bautista se refiere al cordero pascual como símbolo de liberación del pueblo de Israel. El cordero era la víctima común en todo sacrificio oficial o particular. De ahí que Juan considera al cordero como un símbolo de redención y sacrificio por los pecados. También puede hacer referencia al Siervo de Yahvé de Isaías, que va como cordero llevado al matadero cargando sobre sí los pecados de la humanidad. En la celebración eucarística escuchamos: “Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, haciendo memoria perenne de la opción de Jesús de ofrecer su vida, como Cordero “degollado”, en sacrificio solidario para alcanzar una vida plena para la humanidad.

Realizar acciones que proporcionen vida a los más necesitados es nuestra manera de agradecer a Jesús su sacrificio por la humanidad.

ORACIÓN
 Jesús, benditos los ojos que te vieron y los oídos que te escucharon. Benditos los labios que te proclaman y los pies que caminan por tus sendas. ¡Qué privilegio ser parte de los tuyos(as), tus cercanos(as), tus amados(as) y recibir tu Espíritu Santo que transforma y libera. Aquí estoy yo, como Juan a ser la voz que proclama tu grandeza. Amén

Viernes 04 de Enero de 2013



“EL ENCUENTRO CON EL MESÍAS TRANSFORMA NUESTRA REALIDAD”

PRIMERA LECTURA
1JUAN 3,7-10

“No puede pecar, porque ha nacido de Dios”
Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo. Quien comete el pecado es del diablo, pues el diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo. Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado, porque su germen permanece en él, y no puede pecar, porque ha nacido de Dios. En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.  Palabra del Señor.

REFLEXION
Ya el Evangelio de Juan nos había hecho el maravilloso anuncio: los que acogen la Palabra reciben poder llegar a ser hijos de Dios (Jn 1,12). Es muy importante para este apóstol que descubramos nuestra vocación: hemos nacido de Dios.

El propósito del pasaje de hoy es que descubramos cómo el ser y el obrar necesariamente van de la mano. “Operari sequitur esse”, decían los escolásticos: el obrar sigue al ser. Si nuestro ser tiene su fuente en Dios, porque de él hemos nacido, nuestro obrar sigue al obrar de Dios, según escribe Juan: “que nadie los engañe; el que hace la voluntad de Dios es justo, como él es justo”.

Ese modo de escribir nos deja entrever el carácter polémico de una carta que parecería tal vez sólo una colección de poesía mística. Cuando Juan dice: “que nadie los engañe” es porque sabe de buena fuente que hay quien engaña. Y el engaño también lo podemos conocer: se trataba de una especie de secta, tal vez en proceso de formación, que enseñaba entre otras cosas que nuestra conducta no importaba realmente, mientras mantuviéramos una especie de luz o de conocimiento sublime y celeste en nuestra mente. 

La conducta es asunto de la carne, según ellos, y lo carnal no importa. Por consiguiente, lo que hagamos con nuestra carne tampoco importa.
Frente a estas semillas heréticas se alza el apóstol Juan: ¡Claro que importa la carne! ¡El Verbo se hizo carne! Y, ¡por supuesto que importa la conducta, la vida de cada día! Si te olvidas de la conducta no sólo niegas el misterio de Aquel que “se hizo carne”, sino que niegas su precepto principal: el amor. 

SALMO RESPONSORIAL: 97
R. / Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo, 
porque ha hecho maravillas: 
su diestra le ha dado la victoria, / su santo brazo. R.

Retumbe el mar y cuanto contiene, 
la tierra y cuantos la habitan; 
aplaudan los ríos, aclamen los montes. R.

Al Señor, que llega para regir la tierra. 
Regirá el orbe con justicia 
y los pueblos con rectitud. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,35-42

“Hemos encontrado al Mesías”

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: “Éste es el Cordero de Dios.” Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: “¿Qué buscáis?” Ellos le contestaron: “Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?” Él les dijo: “Venid y lo veréis.” Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: “Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).” Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).”  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El relato del evangelio es claramente vocacional. La vocación no es un llamamiento deshumanizado; adquiere consistencia en las relaciones humanas más naturales. El evangelio deja claro que la vocación cristiana es un llamamiento explícito de Dios en el que él toma siempre la iniciativa, tal como se manifiesta en la autoridad con la que Jesús cambia el nombre de Simón, en la mirada que Jesús fija en Pedro y, sobre todo, en el misterioso atractivo que ejerce Jesús sobre los dos discípulos de Juan. El relato gira en torno a una serie de palabras clave que se desprenden de las dos actitudes del discípulo: buscar y seguir, más una triple recompensa: encontrar, ver y permanecer. El binomio buscar-encontrar, es muy significativo, si lo relacionamos con la Sabiduría bíblica (Sab 6,12-16). La Sabiduría, al igual que Jesús, se deja encontrar por quienes la buscan. La Sabiduría se deja encontrar “desde por la mañana”, a la hora en la que Pedro encuentra a Jesús y se pone en camino para salir al encuentro de quienes la buscan.

Entre nosotros los cristianos, sabio es quien busca a Jesús y puede encontrarlo en los hermanos. 

ORACIÓN
Señor Jesús, enséñanos el camino que lleva hasta ti; queremos ser testigos(as) de tu amor. Rompe la vida de cada uno(a) de nosotros(as) y reconstrúyela de nuevo, para que todo lo que hagamos, pensemos y sintamos, sea fiel reflejo de tu presencia renovadora. Míranos con tu misericordia y haz de nosotros(as) discípulos(as) que saben creen y saben esperar. 

Sábado 05 de Enero de 2013


“CAPACITADOS PARA AMAR A LOS OTROS 
EN EL HIJO DE DIOS”


PRIMERA LECTURA
1 JUAN 3,11-21

“Hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos”

Queridos hermanos: Éste es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros. No seamos como Caín, que procedía del Maligno y asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo asesinó? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran buenas. No os sorprenda, hermanos, que el mundo os odie; nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.

Pero si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
En la Primera Carta de Juan, que venimos meditando en Navidad, hay una analogía profunda y muy fecunda entre la verdad de Cristo y la verdad de la vida cristiana.
Una imagen de Cristo como una especie de idea, o de luz inmaterial, o de portador de un conocimiento,  era lo que predicaban los herejes a los que combate el apóstol Juan en esta carta.

Porque no debemos pensar que este apóstol escribió este mensaje sólo como una meditación sabrosa sobre el amor,  aunque tanto se mencione el amar en sus capítulos. Esta carta proviene de un contexto de polémica, y la polémica es con aquellos que querían mirar la revelación cristiana como una especie de precioso relato o de brillantísima teoría. Frente a ellos, Juan presenta lo que ha “tocado.” No arguye desde una solidez de razones ni desde una explosión de emociones sino desde la fe que brota un Jesús crucificado y realmente glorioso.

 La verdad de la  Encarnación es de tal modo central en esta Carta, que probablemente sea esa la razón fundamental para que la Iglesia nos invite a meditarla en la Navidad, cuando Jesús hecho  hombre, el Hijo de Dios, está ante nuestros ojos y nuestro corazón. 

SALMO RESPONSORIAL: 99
R. / Aclama al Señor, tierra entera.

Aclama al Señor, tierra entera, 
servid al Señor con alegría, 
entrad en su presencia con vítores. R.

Sabed que el Señor es Dios: 
que él nos hizo y somos suyos, 
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.

Entrad por sus puertas con acción de gracias, 
por sus atrios con himnos, 
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R.

“El Señor es bueno, 
su misericordia es eterna, 
su fidelidad por todas las edades.” R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,43-51

“Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel”

En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le dice: “Sígueme.” Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice: “Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.” Natanael le replicó: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?” Felipe le contestó: “Ven y verás.”

Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: “Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.” Natanael le contesta: “¿De qué me conoces?” Jesús le responde: “Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.” Natanael respondió: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.” Jesús le contestó: “¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.” Y le añadió: “Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.”  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Natanael conocía bastante bien las escrituras, hasta el punto de ser conocido como doctor de la ley. Por esta razón Felipe le habla de “aquel de quien se ha hablado en la ley y los profetas”. Natanael estaba sentado debajo de una higuera, costumbre propia de los sabios de la época. Al sabio rabínico Natanael Felipe le propone la conversión a una nueva sabiduría, la de Jesús; por eso le invita a “venir y ver”. La palabra “VER” designa para Juan no sólo una mirada material sobre la humanidad de Jesús, sino una contemplación de su gloria y de su divinidad. La conversión de Natanael se lleva a cabo gradualmente.

En un primer momento “ve” a Jesús hijo de José. En otro momento, lo acepta como Mesías y finalmente reconoce su divinidad (cielo abierto, ángeles, etc.).

Estamos invitados a dar un salto cualitativo en nuestro seguimiento a Jesús, que consiste en fortalecer nuestra fe, para ver con los ojos de Jesús la parte del mundo que se pierde en la injusticia y el egoísmo, y, conociendo la realidad, unirnos con la parte del mundo solidario para luchar por su total transformación. 

ORACIÓN
Señor, Tú que en este día  revelaste a tu Hijo Unigénito por medio de una estrella a los pueblos gentiles; concede a los que ya te conocemos por la fe, poder gozar un día, cara a cara, la hermosura infinita de tu gloria. Amén.   

Domingo, Enero 06 de 2013


“VENIMOS DE ORIENTE PARA ADORAR AL REY”


PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 60,1-6

“La Gloria del Señor amanece sobre  Ti”

Levántate, Jerusalén, envuelta en resplandor, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti. La oscuridad cubre la tierra, la noche envuelve a las naciones, pero el Señor brillará sobre ti y sobre ti aparecerá su gloria. Las naciones vendrán hacia tu luz, los reyes vendrán hacia el resplandor de tu amanecer. Levanta los ojos, y mira a tu alrededor: todos se reúnen y vienen hacia ti. Tus hijos vendrán desde lejos; tus hijas serán traídas en brazos. Tú, al verlos, estarás radiante de alegría, tu corazón se llenará de gozo; te traerán los tesoros de los países del mar, te entregarán las riquezas de las naciones. Te verás cubierta de caravanas de camellos que vienen de Madián y de Efá; vendrán todos los de Sabá, cargados de oro y de incienso, y proclamarán las acciones gloriosas del Señor. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La época en que se escribe esta parte del libro del profeta Isaías (Tercer Isaías) corresponde a la restauración, es decir, al regreso a Jerusalén de los exiliados en Babilonia, regreso a la gran ciudad de Dios. 

Cuando este grupo de exiliados llegó a Israel encontró sus ciudades destruidas, sus campos abandonados o apropiados por otras familias, las murallas derruidas y el templo, el lugar donde Yahvé habitaba, incendiado. Esta dramática realidad los desanimó completamente, centrando sus esperanzas y sus motivaciones únicamente en la reconstrucción de sus viviendas y sus campos, dejando de lado la restauración del templo y, con ello, la confianza en la venida gloriosa de Yahvé, quien traería para Israel la salvación plena en la misma historia. Isaías anima la fe de su pueblo, los invita a poner nuevamente su fe y su corazón en la fuerza salvífica de Yahvé, quien traerá la paz y la justicia a su pueblo, por ello Jerusalén será una ciudad radiante, llena de luz, en donde la presencia de Dios como rey hará de ella una nación grande, ante cuya presencia se postrarán todos los pueblos de la tierra. 

El profeta manifiesta con esta gran revelación que Dios es quien dará inicio a una nueva época para Israel, una época donde reinará la luz de Dios y serán destruidas todas las fuerzas del mal, pues Dios se hace presente en Israel y ya más nadie podrá hacerle daño.

SALMO RESPONSORIAL: 71
R: Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

Dios mío, confía tu juicio al rey, 
tu justicia al hijo de reyes: para que rija a tu pueblo con justicia, 
a tus humildes con rectitud. R.

Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; 
que domine de mar a mar, 
del Gran Río al confín de la tierra. R.

Que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributos; 
que los reyes de Sabá y de Arabia le ofrezcan sus dones, 
que se postren ante él todos los reyes, y que todos los pueblos le sirvan. R.

Porque él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; 
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.


SEGUNDA LECTURA
EFESIOS 3,2-6

“Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos”

Pues ya sin duda sabrán que Dios me ha encargado anunciar a ustedes lo que él, en su bondad, ha dispuesto. Por revelación he conocido el designio secreto de Dios, como ya les escribí brevemente. Al leerlo, pueden darse cuenta de que conozco este designio secreto realizado en Cristo, que no se dio a conocer a nadie en otros tiempos, pero que ahora Dios ha revelado a sus santos apóstoles y profetas por medio de su Espíritu. El designio secreto es este: que por el evangelio Dios llama a todas las naciones a participar, en Cristo Jesús, de la misma herencia, del mismo cuerpo y de la misma promesa que el pueblo de Israel. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN 
Esta visión profética posee una comprensión muy reducida de la acción salvífica de Dios, ya que es asumida como una promesa que se cumplirá en beneficio única y exclusivamente del pueblo de Israel y no de toda la tierra. Pablo, a través de la carta a los Efesios, ampliará esa comprensión, afirmando que la salvación venida por Dios, a través de Jesús, es para “todos”, judíos y paganos. El plan de Dios, según Pablo, consiste en formar un solo pueblo, una sola comunidad creyente, un solo cuerpo, una sola Iglesia, un organismo vivo capaz de comunicar a toda la creación la vida y la salvación otorgada por Dios. La carta a los Efesios expresa que el misterio recibido por Pablo consiste en que la Buena Nueva de Cristo se hace efectiva también en los paganos, ellos son coherederos y miembros de ese mismo Cuerpo; esto significa que Dios se ha querido revelar a toda la humanidad, actúa en todos, salva a todos, reconcilia a todos sin excepción.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 2,1-12

“Vimos su estrella y venimos a adorarle”

La visita de los sabios del Oriente
Jesús nació en Belén, un pueblo de la región de Judea, en el tiempo en que Herodes era rey del país. Llegaron por entonces a Jerusalén unos sabios del Oriente que se dedicaban al estudio de las estrellas, y preguntaron:

--¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos salir su estrella y hemos venido a adorarlo.
El rey Herodes se inquietó mucho al oir esto, y lo mismo les pasó a todos los habitantes de Jerusalén. Mandó el rey llamar a todos los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Mesías. Ellos le dijeron:

--En Belén de Judea; porque así lo escribió el profeta:
‘En cuanto a ti, Belén, de la tierra de Judá,    no eres la más pequeña
entre las principales ciudades de esa tierra;porque de ti saldrá un gobernante que guiará a mi pueblo Israel.’

Entonces Herodes llamó en secreto a los sabios, y se informó por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. Luego los mandó a Belén, y les dijo:

--Vayan allá, y averiguen todo lo que puedan acerca de ese niño; y cuando lo encuentren, avísenme, para que yo también vaya a rendirle homenaje.
Con estas indicaciones del rey, los sabios se fueron. Y la estrella que habían visto salir iba delante de ellos, hasta que por fin se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Cuando los sabios vieron la estrella, se alegraron mucho. Luego entraron en la casa, y vieron al niño con María, su madre; y arrodillándose le rindieron homenaje. Abrieron sus cofres y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Después, advertidos en sueños de que no debían volver a donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:
Hoy celebramos la epifanía del Señor, que significa manifestación. Con el nacimiento de Jesús se nos ofrece una manifestación maravillosa de Dios que cambia todo el sentido de nuestras vidas. Cuando Dios se nos manifiesta y lo acogemos con alegría, se transforman nuestros pensamientos, criterios, cambian nuestros caminos, se iluminan nuestros proyectos y se realizan nuestros sueños.

En este texto se muestra, el rechazo de este nacimiento por parte de las autoridades políticas representadas en el rey Herodes, quien se inquieta ante la noticia del nacimiento de un nuevo rey. Herodes simboliza la ambición, el egoísmo, la prepotencia, la envidia, la injusticia, el camino del poder.

Y en otro escenario vemos en un lugar de Belén, en un pesebre, la familia de Nazareth, que representa un proyecto de familia de puertas abiertas, de unidad, de justicia, de misericordia y de servicio.

Los magos venidos de oriente encuentran la casa de Belén, ellos son paganos, han visto una luz y una estrella y vienen a Jerusalén para buscar al Rey y Mesías. Existe un juego de contrastes: Jesús nace en medio de su pueblo elegido que se sobresalta con su presencia pero no lo acoge sino que lo va a rechazar más tarde y lo llevará a la cruz. En cambio, los paganos, los de afuera, los extraños descubren el valor de Jesús, lo reconocen como Salvador y lo adoran en su pequeñez. Los propios no tienen la capacidad de leer los signos de la historia y se desentienden; los lejanos se dejan tocar por su luz, por una presencia sencilla, y descubren que tras la presencia de un niño pequeño hay una fuerza salvadora que todo lo transforma.

Los magos venidos de Oriente se vuelven para nosotros un testimonio, ellos viajan de lejos, hacen un camino, buscan, interrogan, hasta descubrir una pequeña luz, que siguen para encontrar al Rey y Señor, una vez que lo encuentran se postran ante Él, lo adoran, se llenan de alegría, son trasformados, y regresan a su tierra por otro camino, con la seguridad de una presencia, con la fuerza de una vida y la alegría de un encuentro.

He ahí la oferta que nos hace el evangelio de hoy. En este año que iniciamos hemos de hacer nuestro propio camino con la dirección del Señor, buscar al Señor con decisión, dispuestos a seguirle y a llevar cabo su proyecto.

ORACIÓN

Señor, Tú que en este día  revelaste a tu Hijo Unigénito por medio de una estrella a los pueblos gentiles; concede a los que ya te conocemos por la fe, poder gozar un día, cara a cara, la hermosura infinita de tu gloria. Amén.