Viernes 29 de Septiembre de 2023
Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
“MENSAJEROS DE DIOS”
PRIMERA LECTURA
DANIEL 7,9-10.13-14
Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó;
su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono,
llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba
delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes.
Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión
nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó
al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los
pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su
reino no tendrá fin. Palabra de Dios.
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REFLEXIÓN
Esta lectura nos habla de una época de enfrentamiento cultural y
religioso entre la cultura helenística (Griega) y la cultura tradicional
bíblica. El libro de Daniel quiere animar a sus contemporáneos a mantenerse
firmes en la vivencia de la fe y a confiar en el Señor de la historia. Una
época muy parecida a la nuestra, en la que intentamos vivir nuestra fe en un
ambiente que no la considera significativa.
El autor nos presenta al “pueblo de los santos” bajo una figura humana
(un hijo de hombre), que es elevada hasta la presencia de Dios. Esta comunidad
fiel a la alianza en medio de las pruebas y de la cultura helenística que
invitaba a la incredulidad, al rechazo a la fe, representada en ese Hijo de
hombre, está llamada a participar de la trascendencia de Dios y a ser su
testigo a lo largo de la historia humana. De la misma forma, nosotros somos
llamados a ser testigos de Cristo, el verdadero Hijo del hombre, en medio de la
sociedad que invita a dejar de lado a la fe.
SALMO RESPONSORIAL: 137
R./ Delante de los ángeles tañeré para ti.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
Delante de los ángeles tañere para ti,
Me postraré hacia tu santuario. R.
Daré gracias a tu nombre:
Por tu misericordia y tu lealtad,
Porque tu promesa supera a tu fama;
Cuando te invoque, me escuhaste,
Acreciste el valor en mi alma. R.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
Al escuchar el oráculo de tu boca;
Canten los caminos del Señor,
Porque la gloria del Señor es
grande. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es un canto de acción de gracias a Dios y expresión de
confianza en la protección divina. La invitación es a tener la certeza de que
sabiéndose amados por Él aunque haya muchas dificultades, El escucha y da la
valentía para salir adelante, porque somos hechura de sus manos. Esa acción de
gracias es universal; el mundo entero debe expresarle gratitud.
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LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,47-51
“Verán a los ángeles de dios subir y bajar sobre el hijo del hombre”
Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo: --Aquí
viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño. Natanael le preguntó:
--¿Cómo es que me conoces? Jesús le respondió: --Te vi antes
que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera. Natanael le
dijo: --Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!
Jesús le contestó: --¿Me crees solamente porque te he dicho que te vi
debajo de la higuera? Pues vas a ver cosas más grandes que estas.
También dijo Jesús: --Les aseguro que ustedes verán el cielo abierto, y
a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre. Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
Los encuentros personales de Jesús con personas particulares, como es el
caso de Natanael, llaman la atención desde varias dimensiones y por tanto nos
ayudan a reforzar la idea central que desarrolla Jesús, la formación de sus
discípulos para el Reino. La presencia de Natanael ante Jesús trae como
resultado un gran elogio por parte del maestro: “Ahí tienen un israelita de
verdad, sin falsedad”, Natanael, un tanto sorprendido, le pregunta a Jesús de
qué le conoce. Y la repuesta de Jesús: “Antes de que Felipe te llamara, te vi”.
Natanael reconoce en Jesús al Hijo de Dios y éste, a su vez, reconoce en
Natanael a un hombre apto para el Reino de Dios. Israelitas de verdad y sin
falsedad, ellos serán la tierra fecunda donde los frutos del Reino crecerán.
Juan nos presenta este pasaje evangélico en forma de diálogo directo. Jesús
habla para Natanael y para todos los que han venido a escucharle. La confianza
de Jesús en el discípulo y la profesión de fe del discípulo en Jesús son como
dos caras de una misma moneda. Jesús propone este dinamismo nuevo antes del
ingreso a la ciudad, donde ocurrirá su muerte.
ORACIÓN
Dios y Padre, no te pedimos brillo ni triunfo, ni fama, ni gloria ni
poder. Haz que acojamos en lo limitado de cada día, tu brisa, tu gracia, tu
palabra, tu voluntad como un regalo maravilloso para poder vivir. Abre nuestros
ojos y haznos sensibles a las necesidades de los hermanos que caminan junto a
nosotros cansados, tristes y enfermos. Amén.
“Descubriendo la presencia de Dios en tu vida serás portador de alegría,
paz y armonía para los que te rodean”
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