domingo, 1 de abril de 2018

ABRIL 2018



“PASCUA: LA HISTORIA DEL VERDADERO AMOR QUE SE ENTREGA POR EL OTRO”

La Pascua es un ritual que marcaba el cambio. El paso de Dios por su pueblo. Originalmente era una fiesta campesina (agrícola y pastoril)  de la vida y la esperanza, que marcaba la diferencia entre el invierno y la primavera. En las fiestas agrícolas señalaba el inicio de la primavera y el momento de la siembra en los cultivos.  Se consume pan sin levadura porque ya no es necesario multiplicar el pan, ya que se confía en que Dios proveerá abundantemente en la nueva cosecha. En las fiestas pastoriles se ofrece un corderito o un cabrito para una cena de familia, porque se confía en la bondad de Dios que proveerá una gran ganadería. La finalidad de los rituales es la de marcar la terminación de una etapa  y el inicio de una nueva realidad. La imposición del nombre a un nuevo hijo, el bautismo, la fiesta de cumpleaños y otros rituales resaltan transformaciones drásticas en la vida personal, familiar, a nivel social, político y religioso.

La primera Pascua de los hebreos es un ritual que señala el inicio de una nueva vida, se celebra todavía en Egipto, en  una situación de precariedad, a la sombra de la gran pirámide del poder faraónico. La segunda fiesta de la Pascua marca la nueva situación de los hebreos que, partir de este momento, se transforman en el pueblo de Israel; que es esclavo en Egipto y sale en busca de la liberación hacia la tierra prometida. La siguiente Pascua   de especial recordación es la celebrada en la tierra prometida, justo al comenzar la lucha por un lugar en un territorio tan poblado, y al organizar instituciones, que no repitan las injusticias del Faraón en Egipto. La Pascua de Jesús marca el final de su presencia física en medio de la comunidad de discípulos y el inicio de un nuevo pueblo, transformado por la fuerza de su palabra, de su acción y de su sacrificio. Esta Pascua es regularmente recordada en la Eucaristía, con el poder de la Palabra,  leída en comunidad y sumada al poder del pan compartido también en comunidad nos la representan. La Pascua Cristiana marca un camino pero no es cualquier camino; sino es el camino del Proyecto del Dios liberador en medio de su pueblo. La Pascua es un cambio que se da en medio de la oscuridad y de la muerte, un paso de la esclavitud, el desplazamiento forzado, la violencia y el exilio a veces promovido por la injusticia institucionalizada. El punto de partida es la muerte y la oscuridad, pero la meta es la vida y la luz, que no sólo sirve para saber qué pasó, sino sobre todo para comprender que algo nuevo vendrá. Al final de la dura experiencia de la pasión y muerte de Jesús les aguarda la efusiva intervención del Espíritu Santo, el día de Pentecostés. La nueva ley instaurada por Jesús abre la posibilidad para que las personas no sólo cambien su situación personal o comunitaria, también es una ocasión para que los pobres, los marginados y excluidos reciban una voz de esperanza.

PASCUA= PALABRA, VIDA Y COMUNIDAD

En medio de tu dificultad hay un camino de  esperanza porque Él vive y te ama. Felices Pascuas de resurrección.

Oro por ti.  Bendiciones

Roberto Zamudio 
ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Buenos días Señor. Gracias porque una y otra vez nos dices que nos amas, nos lo has revelado a través del kerigma. Nos mostraste con tus manos extendidas en la cruz, el cumplimiento de la promesa de salvación, con tu resurrección que hoy nos permite vivir una nueva Pascua, en alegría y gozo al revivir este hermoso misterio, donde lo que más querías era hacer visible, tangible y posible tu amor, para que todos los seres humanos fuéramos liberados y llegáramos al conocimiento de la verdad. Oh Señor cuánto necesitamos en el mundo entero vivir contigo, se acabaría tanta maldad, desunión, egoísmo y destrucción.
Ayúdanos por favor en este día a comprender y estar más pegaditos a ti, sentir tu abrazo y cubrimiento porque nos amas más que una madre a sus hijos, a tal punto que entregaste a tu Hijo para demostrarlo. Que nuestro corazón se entregue a ti por completo a tal punto que se note hoy con nuestros sentimientos, pensamientos, palabras y acciones, que caminamos contigo.
Necesitamos estar orantes por todas las situaciones que vivimos y por las que los que están apartados de ti, viven. Gracias Señor por amarnos, enseñarnos a amarte y a ser verdaderamente libres caminando y actuando bajo tu ejemplo y tus preceptos, cada día de nuestra existencia. Amén

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Buenas noches Señor, en este momento nos cubrimos con tu presencia, dándote gracias por lo vivido hoy y destinando un espacio para retomar tu Palabra y reflexionar. Ayúdanos a hacer una evaluación de lo que aconteció hoy en nuestra vida, en el país y en el mundo. Ayúdanos a desatar todo aquello que no nos deja recibir integralmente la liberación por la que moriste en la cruz y resucitaste. Sí Señor, tenemos un camino de esperanza en medio de la oscuridad en que parece estar sumida la existencia humana, porque somos privilegiados al tenerte a ti, porque aunque no se terminen los problemas, nos sabemos cubiertos y guiados por ti y depende de nuestra comunión contigo y tu Palabra si queremos afrontarlos con paz y sabiduría, seguros(as) que actuarás en el momento en que tú lo dispongas.
Que esta oscuridad sea signo de tu luz que irrumpe en quienes, enceguecidos(as), permanecen encadenados(as) en estilos de vida que en nada tienen que ver con la que nos indicas para vivir como tú quieres  en orden, justicia y amor, sino que dañan y destruyen lo más sagrado que has creado, al ser humano y la madre naturaleza.
La bendición de Dios nos acompañará esta noche y nos regalará un bello amanecer. Amén
        
       
CUMPLEAÑOS DE ABRIL

1. Martha Cecilia Ochoa
8. Claudia Torres
9. Santiago Castaño
28. Ana Rita Reina y Claudia Patricia Herrera
30. Julia Leyva

DIAS ESPECIALES
7. Día Mundial de la Salud
22. Día Mundial de la Tierra
23. Día del Idioma
26. Día de la Secretaria(o) 
27. Día del Diseñador Gráfico
28. Día del(a)  Bacteriólogo(a)

 PROMESA BÍBLICA DEL MES

“Jesús el Resucitado ha resucitado”  Marcos 16,6 

Domingo 01 de Abril de 2018


“SER TESTIGOS DE  UNA VIDA NUEVA”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 10,34a.37-43

“Hemos comido y bebido con Él después de su resurrección

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados." Palabra del Señor. Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Pedro, a un grupo de paganos (el centurión Cornelio y su familia)  les anuncia el evangelio que transforma: Jesús de Nazaret, ungido por el Espíritu y el poder de Dios, pasó haciendo el bien y curando a los que estaban bajo el dominio del diablo. Los judíos lo mataron colgándolo de un madero, pero Dios lo resucitó y le dio el poder manifestarse a testigos escogidos. Nosotros somos esos testigos, porque comimos y bebimos con él. Les anunciamos que Él está vivo y que todo el que “cree en Él recibe el perdón de los pecados”. Tal es la misión recibida: contar la experiencia e invitar a otros a abrir su vida y su corazón al Amor que salva, al Señor que vive, al Redentor que libera y nos ofrece la Vida en plenitud. ¡Cristo no está muerto. Él vive! ¡Aleluya! Él vive en nosotros y en todo aquel que cree en Él. ¡Él quiere vivir y reinar en el corazón de todo aquel que se abre a su acción, escucha su Palabra y cree que Él es el Mesías de Dios!

SALMO RESPONSORIAL: 117
R./ Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R.

La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor. R.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es un himno triunfal, el salmista entona un himno de acción de gracias por una victoria recientemente obtenida contra los enemigos de Israel, resume un profundo sentido eucarístico. El Señor ha liberado milagrosamente a su pueblo de un gran peligro y el poeta, recogiendo el sentir colectivo, expresa, los sentimientos de gratitud hacia Dios. El Nuevo Testamento aplica partes de este salmo a Cristo y la celebración cristiana lo refiere a la gran victoria de Jesucristo sobre la muerte al resucitar, demostrando su poder y trayendo alegría al mundo entero.
SEGUNDA LECTURA
COLOSENSES 3,1-4

“Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo
Hermanos: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con Él, en la gloria. Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Pablo a su vez saca las consecuencias de la experiencia pascual para nosotros. “Tú dices  que Cristo es tu vida, que has resucitado con él: busca entonces, los bienes del cielo, anhela las cosas que expresan la Vida verdadera, porque has muerto y tu vida está con Cristo junto a Dios. Y cuando Cristo aparezca glorioso, tú aparecerás también revestido de gloria con él”
¿Cuáles son las cosas, las experiencias, los bienes que nos permiten sentir y vivir la Vida verdadera en nosotros?  El amor, la generosidad, el servicio, la solidaridad con los otros, la fraternidad, la oración y la intimidad con el Señor……todo esto nos llena de gozo profundo, de alegría inmensa, de vida plena.  Todo esto es experiencia pascual.  Cuando amamos y perdonamos a los demás, Cristo vive y ha resucitado. Cuando nos damos con generosidad a los hermanos y los servimos con alegría, Cristo vive y ha  resucitado, cuando compartimos solidariamente nuestros bienes y nuestro amor para construir fraternidad, Cristo vive y ha resucitado. Cuando alabamos y cantamos agradecidos al Señor, Cristo vive y ha resucitado.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 20,1-9
Él había de resucitar de entre los muertos.
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto." Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor

REFLEXIÓN
La resurrección de Jesús se comporta como un "no" rotundo a la impunidad y a la violencia. Jesús no resucita para reivindicar su muerte, sino para proclamar que la Vida plena es la voluntad de Dios. Ni los verdugos, ni los acusadores, ni los traidores tienen la última palabra. Sólo Dios lleva la voz cantante, pues sólo Él es capaz de dirigir la historia de manera imprevista e insospechada.

Y veamos  a los discípulos, los corazones de todos estaban heridos. A la hora de la verdad, todos eran dignos de reproche: nadie había entendido correctamente la propuesta del Maestro. Por eso, quien no lo había traicionado lo había abandonado a su suerte. Y si todos eran dignos de reproche, todos estaban necesitados de perdón. Volver a dar cohesión a la comunidad de seguidores, darles unidad interna en el perdón mutuo, en la solidaridad, en la fraternidad y en la igualdad, era humanamente un imposible. Sin embargo, la presencia y la fuerza interior del «Resucitado» lo iba a lograr. Cuando los discípulos de esta primera comunidad sienten interiormente esta presencia transformadora de Jesús, y cuando la comunican, es cuando realmente experimentan su resurrección. Y es entonces cuando ya les sobran todas las pruebas exteriores de la misma.
Es entonces la  fiesta cristiana de la Pascua sobretodo, una fiesta de la vida recuperada, de la vida auténtica, de la capacidad de mantener la propuesta de Dios por encima de la mezquindad y la sordidez que imponen ciertas instituciones sociales. La Pascua no es una fiesta que nace del deseo de celebrar algún sentimiento, sino del deseo de reivindicar una esperanza sostenida. La comunidad se reúne para proclamar que la existencia de ese sencillo hombre de Nazaret ilumina y cambia toda la historia humana. Una historia hecha de violencias interminables, sobre una tierra sedienta de esperanza en la que despuntan las flores de la solidaridad. La resurrección nos invita hoy a no sofocarnos con la amargura de los interminables afanes cotidianos. La Pascua de Jesús nos muestra otro mundo, un mundo que comienza justo en los límites de las dificultados de nuestra existencia; un mundo que  abre nuestros ojos a una vida nueva. Una vida que no nace del deseo de querer imponer una opinión o un punto de vista. Todo lo contrario. La resurrección es primicia de una vida que nace del perdón, de la misericordia y la reconciliación. Porque sólo quienes sean capaces de reconocer el inicio de una nueva  vida futura en medio de este valle de lágrimas, serán capaces de recoger la cosecha del Reino.

La Pascua es la fiesta de la reconciliación, de la esperanza, de la resistencia. Con la resurrección, Jesús rompe el cerco de la impunidad. Su actitud de reconciliación es un grito de justicia. Jesús perdona a sus victimarios porque sabe que ellos están fanatizados por una moral que legitima la injusticia. Las instituciones religiosas y políticas "sólo hacen lo que saben". Instauran la violencia y la intolerancia como los únicos medios para legitimar su poder. Pero, con la resurrección, Jesús apela a la justicia de Dios que es el absoluto respeto por la vida humana y la libertad de todo ser humano. El perdón, entonces, nace de una conciencia madura y tolerante y nos prepara para una reconciliación verdadera y mayor.  La capacidad del perdón; la reconciliación con nosotros mismos, con Dios y con los demás; la capacidad de reunificación; la de transformarnos en proclamadores eficientes de la presencia viva del Resucitado, puede operarse hoy también entre nosotros como en aquel puñado de hombres tristes, cobardes a quienes transformó el milagro de la Resurrección.

ORACIÓN
Amado Dios que en la búsqueda incansable del Maestro Resucitado, característica sobresaliente de las mujeres, encontremos y desarrollemos el camino de esperanza, unidad, misericordia y perdón, como una forma de testimonio ante las situaciones cotidianas  y muchas veces difíciles que vivimos dentro de esta sociedad. Señor ayúdanos a experimentar una Vida verdaderamente nueva en ti. Amén.


“La Resurrección de Jesús nos enseña a vivir un mundo más justo y una vida más dichosa para los humanos y para todo lo creado”

Lunes 02 de Abril de 2018

“A EVANGELIZAR SIN MIEDO”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APOSTOLES 2,14.22-33

Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos

El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: "Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él: "Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia."
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que "no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción", hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, de lo cual todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo."  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Algo nuevo ha pasado, eso decíamos en el comentario del evangelio en la vigilia pascual. Esta lectura nos deja frente a esta realidad. El que hacía pocos días le había negado, asustado ante los guardias y las criadas del palacio de Pilatos, jurando que ni le conocía, ahora comienza, ante el pueblo y luego ante las autoridades de Israel, una serie de testimonios a cuál más intrépidos, que iremos leyendo a lo largo de esta semana.  Entre sus negaciones y su testimonio ha habido un acontecimiento decisivo: la resurrección de Jesús y el envío  de su Espíritu en Pentecostés. Pedro y los suyos  han madurado mucho en la fe. Esta primera predicación de Pedro es una catequesis clara y contundente sobre la persona de Jesús, dirigida precisamente a los habitantes de Jerusalén, los que habían estado más directamente implicados en su muerte: “vosotros,  lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó y nosotros somos testigos”, Pedro centra con decisión su anuncio en la muerte y resurrección de Jesús.

SALMO RESPONSORIAL: 15
R./ Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: "Tú eres mi bien."
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con Él a mi derecha no vacilaré. R.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R.

OREMOS CON EL SALMO

Los levitas no recibieron una porción especial en Israel, porque Dios mismo fue la parte que les tocó en herencia. El salmista expresa su alegría por esa suerte y la certeza de que su pertenencia a Dios no será frustrada por la muerte. Esta herencia especial se extiende a todo el pueblo de Dios, pueblo sacerdotal. Cada creyente puede repetirlo personalmente, Cristo, al resucitar, nos da la certeza de que Dios no dejará en el poder de la muerte a aquellos que Él ama. 


LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 28,8-15

“Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán”
 En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: "Alegraos." Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: "No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán."
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: "Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros." Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy. Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Es Pascua. Tiempo de alegría. Los cristianos estamos invitados a vivir de manera radical el gozo de Cristo Resucitado. Pero la experiencia de la alegría, que trae la Resurrección, no puede ser encerrada y silenciada, ha de ser contada, anunciada y vivida de manera contagiosa. ¡Alégrense! ¡Avisen a mis hermanos que vayan a Galilea! Son dos mandatos clarísimos del Resucitado. Jesús, al encuentro con las mujeres, les da la clave de los que es la vida cristiana: una vida de alegría y gastada a lado de los pobres. Ir a Galilea es volver siempre a los pobres. Galilea es el lugar de los empobrecidos. Allí el Resucitado se revelará plenamente a sus hermanos. Las mujeres han recibido el mandato concreto. Ellas anuncian al mundo lo que es en esencia el Evangelio. Esta Buena Noticia que Dios da a la humanidad por medio del Crucificado-Resucitado solo se puede contar al mundo entero cuando cada discípulo de Jesús los experimente en su propia vida. Hemos de anunciar la Resurrección de Jesús no como un evento, sino como experiencia.

ORACIÓN
Ayúdanos Señor a entender que es en los lugares de dolor y necesidad donde podemos transformar  nuestra vida y de las que nos rodean, y hacernos verdaderos(as) discípulo(as). Queremos vivir la alegría y la esperanza que nos trae tu Pascua, danos la fuerza, constancia y valentía para ser  multiplicadores del Evangelio del AMOR,  ser testigos de tu resurrección, como lo hacían las mujeres del evangelio que leemos hoy, aún aunque otros no lo comprendan e  incluso nos desmientan. Amén.


“Pidamos a Dios que de manera concreta podamos ser signo y testimonio fiel de su amor”

Miércoles 04 de Abril de 2018


“RECORDAR MÁS A JESÚS”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 3,1-10

Te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo, echa a andar

En aquellos días, subían al templo Pedro y Juan, a la oración de media tarde, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada "Hermosa", para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo: "Míranos." Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar."  Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. La gente lo vio andar alabando a Dios; al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa, quedaron estupefactos ante lo sucedido. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En el texto de hoy se nos narra la curación de un paralítico por parte de Pedro y Juan que representan a la nueva comunidad de Jesús (nueva por ser renovada en la experiencia de la resurrección). El texto nos ubica diciendo que, el pobre mendigo estaba a la puerta del templo, la mirada fija del mendigo que espera algo, la mirada también fija de Pedro, el contacto de la mano, las palabras breves solemnes, “en nombre de Jesucristo Nazareno, levántate y anda” y la curación progresiva del hombre hasta seguirles dando brincos al templo, ante la admiración de la gente. La fuerza salvadora, que en vida de Jesús brotada de él, curando a los enfermos y resucitando a los muertos, es ahora energía pascual que sigue activa:  el Resucitado está presente, aunque invisible y actúa a través de su comunidad, en concreto a través de los apóstoles, a los que había enviado a “proclamar el Reino de Dios y a curar”. No  tendrán medios económicos, pero si tienen algo mucho más valioso e importante: La fuerza del Señor.

SALMO RESPONSORIAL: 104
R./ Que se alegren los que buscan al Señor.

Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R.

Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R.

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es un himno litúrgico de alabanza a Dios por las maravillas hechas en favor de su pueblo, recordando la historia desde los patriarcas hasta la entrada a la tierra prometida. La Historia de salvación de Israel hace parte de nuestra propia historia de salvación, pero ella se completa con la nueva alianza mediada por Jesucristo y con el ofrecimiento de salvación a todos los pueblos

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 24,13-35

“Lo reconocieron al partir el pan”
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo: "¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?" Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: "¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?" Él les preguntó: "¿Qué?" Ellos le contestaron: "Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron."
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?" Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída." Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?" Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: "Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón." Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.  Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La experiencia cristiana, de adhesión a Jesús y seguimiento de su causa, fue traicionada a lo largo de la historia de la Iglesia. Imponiéndose un modelo de religión que contradice la exigencia radical de lo que significa ser discípulo de Jesús. Un cristiano es un hombre de fe, de adhesión, de seguimiento. Para vivir la vida cristiana es importante reconocer a Jesús y entrar en su lógica que va en contravía de la lógica de la historia, la lógica del mundo. Los Discípulos de Emaús son un verdadero ejemplo del proceso que cada creyente debe vivir para reconocer a Jesús en su propia vida y pasar a lo más importante del seguimiento: construir y vivir la comunidad. El itinerario vivido por ellos es el camino que tiene que recorrer cada creyente para experimentar la alegría del Resucitado. Ellos son símbolo de la obstinación de todos los hombres y mujeres. Se resisten a reconocer a Jesús en su nueva presencia. Lo nuevo los asusta. Como ellos, también nosotros, esperamos un triunfo de Jesús basado en el poder. Pero Jesús tiene otra vía. Su propuesta de amor.

ORACIÓN
Gracias Jesús porque así como caminaste un día con los discípulos  de Emaús, animándolos en su aflicción, hoy caminas también con cada uno(a) de nosotros(as), motivándonos en nuestras dificultades. Que esa misma Palabra y Pan Eucaristía, sigan siendo para todos nosotros(as), desde la vida comunitaria, los espacios privilegiados de encuentro contigo: el Cristo Resucitado.  Amén.


“Si no fuera por la gracia y por el amor de Dios, tendríamos vacío en el corazón y vagaríamos sin rumbo y sin dirección. Por eso hay que estar unidos a Él”

Jueves 05 de Abril de 2018

“EL MAESTRO, VIVO Y RESUCITADO”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 3,11-26

“Matásteis al autor de la vida; pero Dios lo resucitó de entre los muertos”

En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, la gente, asombrada, acudió corriendo al pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver a la gente, les dirigió la palabra: "Israelitas, ¿por qué os extrañáis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a éste con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Como éste que veis aquí y que conocéis ha creído en su nombre, su nombre le ha dado vigor; su fe le ha restituido completamente la salud, a vista de todos vosotros.
Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; a ver si el Señor manda tiempos de consuelo, y envía a Jesús, el Mesías que os estaba destinado. Aunque tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración universal que Dios anunció por boca de los santos profetas antiguos. Moisés dijo: "El Señor Dios sacará de entre vosotros un profeta como yo: escucharéis todo lo que os diga; y quien no escuche al profeta será excluido del pueblo." Y, desde Samuel, todos los profetas anunciaron también estos días. Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: "Tu descendencia será la bendición de todas las razas de la tierra." Dios resucitó a su siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros, para que os traiga la bendición, si os apartáis de vuestros pecados."  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Seguimos en el contexto de la curación del paralítico. La gente está admirada y asombrada, por eso Pedro aprovecha la buena disposición para dirigirles una nueva catequesis sobre Jesús, en cuyo nombre ha curado al paralítico. Sus oyentes son judíos y por tanto Pedro argumenta a partir del Antiguo Testamento, de los anuncios de Moisés y los profetas, razonando la “continuidad” entre el “Dios de nuestros padres” y los acontecimientos actuales. Los discursos predicaciones de Pedro ayudan a leer la historia como Historia de la Salvación, que culmina en Cristo, y, después de la venida del Espíritu, en la constitución de la comunidad mesiánica reunida en torno al Señor. El Mesías anunciado ya ha venido, y es el mismo Jesús de Nazaret a quien Israel ha rechazado. Pedro interpela con lenguaje muy directo a los judíos, “al que vosotros entregasteis y rechazasteis… matasteis al autor de la vida” ¡Que contraste: han indultado a un asesino y han asesinado al autor de la vida! Aunque trata de disculparles: “se que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo”. Pedro, que ha madurado claramente en su fe, afirma ahora lo que nunca había entendido bien: que el Mesías tenía que pasar por la muerte y la cruz. Cuando Jesús se lo anunciaba, en vida, era Pedro quien más reacio se mostraba a aceptar ese mesianismo que predicaba Jesús, ahora, ya sabe que “el Mesías tenía que padecer”.

SALMO RESPONSORIAL: 8
R./ Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

¡Señor, dueño nuestro,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder? R.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies. R.

Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R.

OREMOS CON EL SALMO
La contemplación de las maravillas de la naturaleza, desde las más grandes hasta las más pequeñas, nos invita a reconocer la grandeza y majestad del Creador y agradecer su predilección por el ser humano, a quien puso al frente de la creación. Cada día se hace más grande nuestro asombro frente al cosmos y sensación de pequeñez del ser humano, por eso se acrecienta la gratitud a Dios que vino para ser parte de nuestra historia y su pequeñez

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 24,35-48

“Asi  estaba  escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día”
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: "Paz a vosotros." Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo."
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: "¿Tenéis ahí algo de comer?" Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse." Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto." Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Reconocer a Jesús al partir el pan es la señal más clara que sólo en la vida de comunidad es donde un creyente está llamado a reconocer y seguir al Resucitado. La vida cristiana no se puede vivir en solitario. No tiene sentido. Más aún, se ha dicho desde hace mucho tiempo que “en el cristianismo quien anda solo, anda en malas compañías”. Jesús les lleva la Paz a los discípulos encerrados por el miedo. La Paz que Jesús les ofrece es su propia experiencia de Resurrección. Y en esta lógica de Paz él les explica el sentido profundo de la Escritura. Jesús es la Palabra definitiva de Dios. Al explicarles la Escritura lo que Jesús hace es decirle al grupo de los discípulos que él es la síntesis de toda la Revelación de Dios. Quien le cree a Él, le cree a Dios y cree a la promesa que como pueblo ha recibido a lo largo de la historia. La Paz que Jesús lleva a los suyos es la que ratifica, definitivamente, que Él es. Es Jesús mismo quien les visita.

ORACIÓN
Que grande es para nuestro caminar como discípulos,  llegar a comprender que el encuentro con tu Palabra es una experiencia de fe que pasa por la mente, el corazón, nuestros oídos y  labios y se hace vida personal y comunitaria, a través de la mesa que se comparte, de  la vida que se entrega día a día  a los demás. Que experimentemos  la paz que sólo puede venir de tu cuerpo entregado, tu costado roto, de tus manos y tus pies heridos, de tu  amor extremo por nosotros, que solo puede venir de tí. Amén.

“Jesús no es un fantasma, un superhéroe o un ser humano cualquiera, sino el Maestro vivo y resucitado que quiere hacernos sus testigos”


Viernes 06 de Abril de 2018


“HACER SIEMPRE EL BIEN”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 4,1-12

Ningún otro puede salvar

En aquellos días, mientras hablaban al pueblo Pedro y Juan, se les presentaron los sacerdotes, el comisario del templo y los saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran la resurrección de los muertos por el poder de Jesús. Les echaron mano y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Muchos de los que habían oído el discurso, unos cinco mil hombres, abrazaron la fe.  Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas; entre ellos el sumo sacerdote Anás, Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a Pedro y a Juan y los interrogaron: "¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso?" Pedro, lleno de Espíritu Santo, respondió: "Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La manera como se va desarrollando la predicación de los –ahora-  apóstoles, va generando un revuelo en la gente y en la vida de los judíos. Si el milagro de la curación del paralítico tiene por una parte unas consecuencias muy buenas para la comunidad de Jesús, porque se convirtieron muchos (cinco mil), trae por otra, un alto precio, porque Pedro y Juan son detenidos y enviados a la cárcel por haber dirigido al pueblo el discurso que leíamos ayer. Pero Pedro -portavoz de los demás apóstoles también ahora, como lo había sido en vida de Jesús- no se calla; aprovecha la ocasión para dar testimonio del Mesías delante de las autoridades, como lo había hecho delante del pueblo.  Es su tercer discurso, y siempre dice lo mismo: que los judíos mataron a Jesús, pero Dios le resucitó y así le glorificó y reivindicó, y hay que creer en él, porque es el único que salva.  Si antes eran valientes los apóstoles, ahora, delante de las autoridades y experimentando ya lo que es la persecución y la cárcel, aparecen admirablemente decididos y cambiados.  El amor que Pedro había mostrado hacia Cristo en la vida, pero con debilidad y malentendidos, ahora se ha convertido en una convicción madura y en un entusiasmo valiente que le llevará a soportar todas las contradicciones y al final la muerte en Roma, para dar testimonio de aquél a quien había negado delante de la criada.

SALMO RESPONSORIAL: 117
R. / La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R.

Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R.

OREMOS CON EL SALMO
El Salmo continúa entonando himnos jubilosos de triunfo, pues se ha manifestado la mano poderosa del Señor, la mano del Señor ha hecho proezas, por eso el pueblo entra solemnemente en el templo de Jerusalén y canta las nuevas hazañas de su Dios. Israel es, en efecto, la piedra angular en el edificio de la salvación de la humanidad. Jesucristo se aplicó este texto a sí mismo, pues las clases dirigentes de Israel no le han querido reconocer como Mesías, cuando es la piedra angular del mesianismo. En efecto, Cristo es el punto de conjunción del Israel de las promesas y el de las realizaciones mesiánicas universalistas.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 21,1-14

Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: "Me voy a pescar." Ellos contestan: "Vamos también nosotros contigo." Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: "Muchachos, ¿tenéis pescado?" Ellos contestaron: "No." Él les dice: "Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis." La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: "Es el Señor." Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: "Traed de los peces que acabáis de coger." Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: "Vamos, almorzad." Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El texto bíblico que leemos hoy expresa la importancia que tiene la presencia de Jesús resucitado en medio de la comunidad de creyentes. Él es quien da verdadero rumbo y sentido a toda la acción de la Iglesia naciente. Juan, a través de la pesca milagrosa, simboliza la misión de la Iglesia, evocando así la promesa dada por Jesús a sus discípulos, de hacerlos verdaderos pescadores de hombres. Como vemos, el relato está cargado de diversos símbolos que expresan cómo la comunidad de discípulos pasa de un estado de tristeza, incredulidad y esterilidad (salieron a pescar de noche sin Jesús) a un estado de alegría, fe y abundancia (pescaron en la mañana con Jesús). Todo ello nos está indicando que Jesús es parte fundamental de la comunidad; sin él los discípulos permanecen en la oscuridad de la noche, sólo con él, junto a él y por él los discípulos pueden dar fruto en abundancia.  Actualmente se hace  difícil cumplir la misión y, por lo mismo se hace también difícil reconocer al Señor; es necesario, entonces, volver a la orilla donde está el Maestro y compartir con él el pan de su Palabra.
En esta aparición del Resucitado también convergen dos cosas claves: la palabra y la acción de Jesús. El Resucitado actualiza el gesto de la    multiplicación de los panes. Tener una experiencia de intimidad con Dios hace del ser humano un ser solidario, fraterno. Esto es lo que manifiesta Jesús Resucitado a los suyos. La memoria del compartir lo más vital, hace que la Resurrección no sea una simple teoría o una expresión sin implicación en la vida. Resucitar es entrar bajo el amor total de Dios Padre. Resucitar es entrar en la lógica de Dios y vivir según su voluntad. Eso es, precisamente, lo que hace Jesús y lo que le propone a los discípulos.  Esta experiencia de encuentro con Jesús lo tiene que hacer permanentemente la Iglesia para saberse colocar del lado de las víctimas y para que abandone toda la vertiente triunfalista que desdice del   crucificado-resucitado que se ha manifestado al grupo de los discípulos.

ORACIÓN
Gracias Señor porque nos muestras que en medio del fracaso de tus discípulos(as), de nuevo amaneces trayendo la luz en el horizonte de nuestras vidas. Gracias porque nos llevas a comprender que sin ti es imposible cualquier empresa humana y que la vida adquiere verdadero sentido cuando se cree, se sigue tu bendita Palabra  y se comparte el pan con el hermano. Amén.


“Sigamos al Resucitado, haciendo el bien, aunque haya quien se incomode y hasta nos rechace”