domingo, 1 de abril de 2012

PASCUA: UN CAMINO DE LA MUERTE A LA VIDA-PASO DE LA OSCURIDAD A LA LUZ


La pascua es un ritual que marcaba el cambio. El paso de Dios por su pueblo. Originalmente era una fiesta campesina (agrícola y pastoril) de la vida y la esperanza, que marcaba la diferencia entre el invierno y la primavera. En las fiestas agrícolas señalaba el inicio de la primavera y el momento de la siembra en los cultivos. Se consume pan sin levadura porque ya no es necesario multiplicar el pan, ya que se confía en que Dios proveerá abundantemente en la nueva cosecha. En las fiestas pastoriles se ofrece un corderito o un cabrito para una cena de familia, porque se confía en la bondad de Dios que proveerá una gran ganadería. La finalidad de los rituales es la de marcar la terminación de una etapa y el inicio de una nueva realidad. La imposición del nombre a un nuevo hijo, el bautismo, la fiesta de cumpleaños y otros rituales resaltan transformaciones drásticas en la vida personal, familiar, a nivel social, político y religioso.


La primera pascua de los hebreos es un ritual que señala el inicio de una nueva vida, se celebra todavía en Egipto, en una situación de precariedad, a la sombra de la gran pirámide del poder faraónico. La segunda fiesta de la Pascua marca la nueva situación de los hebreos que, partir de este momento, se transforman en el pueblo de Israel; que es esclavo en Egipto y sale en busca de la liberación hacia la tierra prometida. La siguiente Pascua de especial recordación es la celebrada en la tierra prometida, justo al comenzar la lucha por un lugar en un territorio tan poblado, y al organizar instituciones, que no repitan las injusticias del Faraón en Egipto. La Pascua de Jesús marca el final de su presencia física en medio de la comunidad de discípulos y el inicio de un nuevo pueblo, transformado por la fuerza de su palabra, de su acción y de su sacrificio. Esta Pascua es regularmente recordada en la Eucaristía, que sumada al poder de la Palabra, leída en comunidad y al poder del pan compartido también en comunidad. La Pascua Cristiana marca un camino pero no es cualquier camino; sino es el camino del Proyecto del Dios liberador en medio de su pueblo. La Pascua es un cambio que se da en medio de la oscuridad y de la muerte, un paso de la esclavitud, el desplazamiento forzado, la violencia y el exilio a veces promovido por la injusticia institucionalizada. El punto de partida es la muerte y la oscuridad, pero la meta es la vida y la luz, que no sólo sirve para saber qué pasó, sino sobre todo para comprender que algo nuevo vendrá. Al final de la dura experiencia de la pasión y muerte de Jesús les aguarda la efusiva intervención del Espíritu Santo, el día de Pentecostés. La nueva ley instaurada por Jesús abre la posibilidad para que las personas no sólo cambien su situación personal o comunitaria, también es una ocasión para que los pobres, los marginados y excluidos reciban una voz de esperanza.



PASCUA= PALABRA, VIDA Y COMUNIDAD

En medio de tu dificultad hay un camino de esperanza porque Él vive y te ama. Felices pascuas de resurrección.

Oro por ti. Bendiciones

Roberto Zamudio
ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA


Buenos días Señor. En el nuevo amanecer de cada día de este mes de abril siento tu presencia y tu calor. Eso que nos dejó tu paso por esta tierra, cuando por tu infinito amor permitiste, al morir en la cruz y volver a la vida en victoria, liberarnos de la esclavitud de nuestras opresiones personales, familiares y sociales.

Coloco las vivencias que trae tu Palabra para descubrir las claves que llevan a la comunión con tu Padre, nuestro Padre, y a la luz que irradian para llegar a entender y a practicar el verdadero mensaje de paz interior, amor y entrega aún en medio del dolor y el desconcierto por el que estemos atravesando en estos tiempos.

Gracias porque con tu corta permanencia en este mundo como ser humano, nos enseñaste el verdadero sentido del paso de la muerte a la vida desde el valor más grande que Tú, Buen Jesús, y nuestro Padre Creador, poseen, el AMOR. Que para llegar a vivirlo desde las entrañas, como lo viviste, necesitamos morir a nosotros mismos, nacer de nuevo y estar en plena comunión contigo las 24 horas del día, los 360 días del año. Por eso por favor Señor hoy te pido que el Espíritu Santo sea la luz en el caminar de cada día en mi existencia y en la de todos(as) los(as) que tenemos la gran comisión de transmitir la Buena Nueva para vivir en el Reino de Dios desde la cotidianidad.

De la mano camino contigo mirando la Cruz y el esplendor de tu Resurrección. Amén

Domingo 1 de abril de 2012

DOMINGO DE RAMOS


EL QUE VIENE VERDADERAMENTE ES HIJO DE DIOS

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 50,4-7

“No me tapé el rostro ante los ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado


Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabilaba el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.


REFLEXIÓN
El Padre Dios le ha dado al profeta, oído de discípulo para saber escuchar, en su propio dolor, el grito angustioso de tantos hombres y mujeres que sufren en el mundo y mueren injustamente como él. Y le ha dado lengua de discípulo para saber decir una palabra de aliento a los cansados, a los tristes, los marginados y los crucificados de la historia. Porque él mismo ha sufrido hasta lo indecible, puede ahora hablar, acompañar, consolar, animar y transformar el dolor humano para volverlo canto de vida y de victoria con su resurrección.

SALMO RESPONSORIAL: 21
R./ Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
"Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre, si tanto le quiere." R.

Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos. R.

Se reparten mi ropa,
echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R.

Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel. R.

SEGUNDA LECTURA
FILIPENSES 2,6-11

“Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo”


Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios


REFLEXIÓN
Es el total abajamiento de su vida, de su persona, de su servicio para ofrecer un estilo nuevo y diferente de autoridad y reinado. Con esto nos dice que servir es reinar, gastarse por los demás, es amar, morir por todos, es conquistar. Por eso, el Padre Dios lo ha encumbrado sobre todo y le ha dado un Nombre sobre todo nombre, una misión, una realidad nueva: Jesucristo es el Señor, Él es nuestro Rey verdadero, Jesús sabía bien su condición divina y su identidad mesiánica.


LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 14,1-15,47

“Pretendían prender a JesÚs a traición y darle muerte”


Faltaban dos días para la Pascua y los Ázimos. Los sumos sacerdotes y los escribas pretendían prender a Jesús a traición y darle muerte. Pero decían:

"No durante las fiestas; podría amotinarse el pueblo."
Se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura

Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y lo derramó en la cabeza de Jesús. Algunos comentaban indignados:

"¿A qué viene este derroche de perfume? Se podía haber vendido por más de trescientos denarios para dárselo a los pobres."

Y regañaban a la mujer. Pero Jesús replicó:
"Dejadla, ¿por qué la molestáis? Lo que ha hecho conmigo está bien. Porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros y podéis socorrerlos cuando queráis; pero a mí no me tenéis siempre. Ella ha hecho lo que podía: se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Os aseguro que, en cualquier parte del mundo donde se proclame el Evangelio, se recordará también lo que ha hecho ésta."
Prometieron dinero a Judas Iscariote

Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron y le prometieron dinero. Él andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?

El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:

"¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?"

Él envió a dos discípulos, diciéndoles:
"Id a la cuidad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena."

Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.
Uno de vosotros me va a entregar: uno que está comiendo conmigo

Al atardecer fue él con los Doce. Estando a la mesa comiendo, dijo Jesús:

"Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar: uno que está comiendo conmigo."

Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:

"¿Seré yo?"

Respondió:
"Uno de los Doce, el que está mojando en la misma fuente que yo. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; ¡más le valdría no haber nacido!"
Esto es mi cuerpo. Ésta es mi sangre, sangre de la alianza

Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo:
"Tomad, esto es mi cuerpo."

Cogiendo la copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo:
"Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios."
Antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres

Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos. Jesús les dijo:
Todos vais a caer, como está escrito: "Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas." Pero, cuando resucite, iré antes que vosotros a Galilea."

Pedro replicó:

"Aunque todos caigan, yo no."

Jesús le contestó:
"Te aseguro que tú hoy, esta noche, antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres."

Pero él insistía:

"Aunque tenga que morir contigo, no te negaré."

Y los demás decían lo mismo.
Empezó a sentir terror y angustia

Fueron a un huerto, que llaman Getsemaní, y dijo a sus discípulos:
"Sentaos aquí mientras voy a orar."

Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir terror y angustia, y les dijo:
"Me muero de tristeza; quedaos aquí velando."

Y, adelantándose un poco, se postró en tierra pidiendo que, si era posible, se alejase de él aquella hora; y dijo:
"¡Abba! (Padre), tú lo puedes todo; aparta de mí este cáliz. Pero no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres."

Volvió y, al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro:
"Simón, ¿duermes?; ¿no has podido velar ni una hora? Velad y orad, para no caer en la tentación; el espíritu es decidido, pero la carne es débil."

De nuevo se apartó y oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió, y los encontró otra vez dormidos, porque tenían los ojos cargados. Y no sabían qué contestarle. Volvió por tercera vez y les dijo:
"Ya podéis dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora; mirad que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega."
Prendedlo y conducidlo bien sujeto

Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, y con él gente con espadas y palos, mandada por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles:

"Al que yo bese, ése es; prendedlo y conducidlo bien sujeto."


Y en cuanto llegó, se acercó y le dijo:

"¡Maestro!"

Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo prendieron. Pero uno de los presentes, desenvainando la espada, de un golpe le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:
"¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos, como a un bandido? A diario os estaba enseñando en el templo, y no me detuvisteis. Pero, que se cumplan las Escrituras."

Y todos lo abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto sólo en una sábana, y le echaron mano; pero él, soltando la sábana, se les escapó desnudo.
¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?

Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote, y se reunieron todos los sumo sacerdotes y los ancianos y los escribas. Pedro lo fue siguiendo de lejos, hasta el interior del palacio del sumo sacerdote; y se sentó con los criados a la lumbre para calentarse. Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra Jesús, para condenarlo a muerte; y no lo encontraban. Pues, aunque muchos daban falso testimonio contra él, los testimonios no concordaban. Y algunos, poniéndose en pie, daban testimonio contra él, diciendo:

"Nosotros le hemos oído decir: "Yo destruiré este templo, edificado por hombres, y en tres días construiré otro no edificado por hombres."

Pero ni en esto concordaban los testimonios. El sumo sacerdote se puso en pie en medio e interrogó a Jesús:

"¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?"

Pero él callaba, sin dar respuesta. El sumo sacerdote lo interrogó de nuevo, preguntándole:

"¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?..."

Jesús contestó:
"Sí lo soy. Y veréis que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene entre las nubes del cielo."

El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras, diciendo:

"¿Qué falta hacen más testigos? Habéis oído la blasfemia. ¿Qué decís?"

Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle y, tapándole la cara, lo abofeteaban y le decían:

"Haz de profeta.

Y los criados le daban bofetadas.
No conozco a este hombre que decís

Mientras Pedro estaba abajo en el patio, llegó una criada del sumo sacerdote y, al ver a Pedro calentándose, lo miró y dijo:

"También tú andabas con Jesús, el Nazareno."

Él lo negó, diciendo:

"Ni sé ni entiendo lo que quieres decir."

Salió fuera al zaguán, y un gallo cantó. La criada, al verlo, volvió a decir a los presentes:

"Éste es uno de ellos."

Y él lo volvió a negar. Al poco rato, también los presentes dijeron a Pedro:

"Seguro que eres uno de ellos, pues eres galileo."

Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:

"No conozco a ese hombre que decís."

Y en seguida, por segunda vez, cantó un gallo. Pedro se acordó de las palabras que le había dicho Jesús: "Antes de que cante el gallo dos veces, me habrás negado tres", y rompió a llorar.
¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?

Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le pregunto:

"¿Eres tú el rey de los judíos?"

Él respondió:
"Tú lo dices."

Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato preguntó de nuevo:

"¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti."

Jesús no contesto más; de modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les contestó:

"¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?"

Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:

"¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?"

Ellos gritaron de nuevo:
"¡Crucifícalo!"

Pilato les dijo:

"Pues, ¿qué mal ha hecho?"

Ellos gritaron más fuerte:

"¡Crucifícalo!"

Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
Le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado

Los soldados se lo llevaron al interior del palacio -al pretorio- y reunieron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:

"¡Salve, rey de los judíos!

Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo.

Llevaron a Jesús al Gólgota y los crucificaron

Y a uno que pasaba, de vuelta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz. Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de "la Calavera"), y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: "El rey de los judíos". Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.

A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar

Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:

"¡Anda!, tú que destruías el templo y lo construías en tres días sálvate a ti mismo bajando de la cruz."

Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo:

"A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos."

También los que estaban crucificados con él lo insultaban.

Jesús, dando un fuerte grito, expiró

Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y, a la media tarde, Jesús clamó con voz potente:

"Eloí, Eloí, lamá sabktaní."

Que significa:

"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"

Algunos de los presentes, al oírlo, decían:

"Mira, está llamando a Elías."

Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber, diciendo:

"Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo."
Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.

El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:

"Realmente este hombre era Hijo de Dios."

Había también unas mujeres que miraban desde lejos; entre ellas, María Magdalena, María, la madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé, que, cuando él estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.

José rodó una piedra a la entrada del sepulcro

Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, noble senador, que también aguardaba el reino de Dios; armándose de valor, se presentó ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto. Informado por el centurión, concedió el cadáver a José. Éste compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra en la entrada del sepulcro. María Magdalena y María la de José observaban dónde lo ponían. Palabra de Dios

REFLEXIÓN

Con los cantos alegres, las palmas y las flores, acogemos al Señor que llega hoy como Rey, para establecer su reinado de justicia y de paz. Por eso cantamos ¡Hosanna!, una palabra hebrea primitiva que significaba: “¡Salva, pues!”, y acabó siendo una expresión de alegría por la presencia salvadora de Dios.
Pero ¿cómo aparece hoy nuestro Rey? Humilde y sencillo, montado en un burrito, ingresa a la ciudad santa, aclamado por los mismos discípulos que, después lo van a abandonar y traicionar.

Es un Rey profundamente humano, que siente terror y angustia ante el trago amargo por el que tiene que pasar a favor nuestro, pero que está abierto a realizar la voluntad salvadora del Padre. Es un Rey coronado de espinas, vestido con un trapo rojo y sucio, burlado por los soldados, azotado y colgado en una cruz como maldito y con un letrero indicativo: ¡El Rey de los judíos!
Toda esta realidad dolorosa y hasta vergonzosa se da en la vida de Jesús para realizar en Él la figura del Siervo de Yahvé.

Es bueno leer así de una sola vez la Pasión para entender que fue Uno solo el que todo sufrió y Uno solo el que todo venció. Fue Uno solo el que cargó con nuestras culpas y Uno solo el que las arrojó a lo hondo del mar. Uno solo venció a nuestro enemigo, Uno solo triunfó sobre la muerte, Uno solo nos amó hasta el extremo, Uno solo nos dio el perdón, la paz, la gracia y la vida que no acaba. Uno solo: Jesucristo, el Hijo del Dios vivo.

Celebrar esta fiesta con Él es aprender a vivir como Él. Somos discípulos en su escuela y de Él aprendemos a vivir, a servir, a ser generosos, a gastarnos y desgastarnos por el bien de los hermanos, a entregar la vida por construir familias y comunidades que vivan los valores del evangelio. Nuestra identificación con Jesús, Rey y Servidor, es la que nos dará la alegría y la felicidad de la Pascua verdadera.

La primera pregunta que surge para nosotros viene de la lectura de la Pasión. El Maestro quiere celebrar la Pascua con sus discípulos: ¿estás listo para acogerlo, para dejarte salvar por Él, para dejar que lave tus miserias en la sangre de su Cruz?

ORACIÓN
Señor Jesús, entraste a la gran ciudad como el Rey sencillo, humilde, sabio, misericordioso, sanador y lleno de amor, dispuesto a pasar el trago amargo de la injusticia, la traición, infidelidad y la violencia. Como el pueblo de los más necesitados te damos gracias por todas las vivencias que nos permitan tomarte como el modelo de amistad y entrega esta humanidad, que tanta veces se olvida de agradecer el amor del Padre-madre a través tuyo. Amén.

Lunes 2 de abril de 2012

LUNES SANTO


"UN PERFUME QUE UNGE PARA LA SEPULTURA"


PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 42, 1-7

“No gritará, no voceará por las calles”

Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamara, no voceará por las calle.

La caña cascada no la quebrará., el pabilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas.

Así dice el Señor Dios, que creo y desplegó los cielos, consolidó la tierra con su vegetación, dio el respiro al pueblo que lo habita y el aliento a los que se mueven en ella.

Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.

REFLEXIÓN
Durante estos días santos vamos a encontrarnos con los Cantos del Siervo de Yahvé del profeta Isaías. Son cantos que nos van anunciando la figura de este Siervo, que podría referirse al mismo pueblo de Israel, pero que poco a poco se va interpretando con el Mesías enviado por Dios con una misión muy concreta en medio de las naciones. El primer canto que escuchamos hoy presenta al Siervo como el elegido de Dios, lleno de su Espíritu, enviado a llevar el derecho a las naciones y abrir los ojos de los ciegos y liberar a los cautivos. Se describe el estilo con el que actuará, como la misión de ese Siervo no se prevé que sea fácil y así aparecerá en los siguientes cantos.

SALMO RESPONSORIAL: 26
R. / El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado

El Señor es mi ley y mi salvación,
¿a quien temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿Quién Me hará temblar?. R.

Si un ejercito acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo. R.

Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.

Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca. R



LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 12, 1-11

“María ungió con el perfume los pies a Jesús y se los enjugó con los cabellos”

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él en la mesa.

María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres? (Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando)

Entonces Jesús dijo: Déjala: lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis con vosotros, pero a mi no siempre me tenéis.

Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

Jesús comparte en Betania una cena con sus amigos más cercanos. Cada uno de los tres hermanos atiende a Jesús de una manera particular. Lázaro como interlocutor, Martha en el servicio y María brindándole el gesto de acogida común en aquel entonces, lavar y secar los pies como gesto de hospitalidad y de acogida. María, al utilizar un perfume muy fino y costoso, está poniendo de manifiesto el inmenso amor que siente por Jesús. Contrasta con la actitud de Judas, que no comprende el gesto de la mujer y la cuestiona bajo el pretexto de ser solidario con los pobres. Jesús defiende el gesto de la mujer y le da un nuevo significado: le está preparando para la sepultura; ya que, según la costumbre de la época, a los muertos se les embalsamaba con perfumes. Tres aspectos sobresalen en el texto: el amor incondicional a Jesús que implica darle lo mejor de sí, darle lo más valioso; pretender utilizar la solidaridad con los pobres para alcanzar propósitos egoístas y mezquinos; e intentar eliminar a todo el que favorezca la conversión a Jesús. Nuestra solidaridad con los excluidos debe surgir de un auténtico amor compasivo y un fuerte deseo por la justicia y no como simple asistencialismo.

ORACIÓN
Gracias Señor porque en el transcurso del nuevo milenio podemos celebrar una vez más la Pascua contigo y con nuestra comunidad discipular. Ayúdanos a vivir ese auténtico amor sobreabundante y sin medida que se entrega en agradable olor, como signo de gratitud y reconocimiento a quien nos cambió la vida y merece toda alabanza. Amén.

Martes 03 de Abril de 2012

Martes Santo


“UNA ENTREGA QUE DA GLORIA AL PADRE”


PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 49, 1-6


“TE HAGO LUZ DE LAS NACIONES”


Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tu eres mi esclavo (Israel), de quien estoy orgulloso".
Mientras yo pensaba: "En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas", en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios.
Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel, tanto me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza. Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel: te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
El segundo canto del Siervo, gira alrededor de una verdad simple: Dios elige y bendice más allá de toda lógica. Cuando se agotan las pequeñas certezas humanas, cuando nuestra manera de organizar la realidad no alcanza, entonces, aparece la certeza más fecunda de todas: Dios guía la historia y nos ha elegido para hacernos felices. Comprender como el profeta que el salario lo tiene Dios, nos lleva a alejarnos de las simplezas del presentismo, en él todo vale únicamente por el aquí y el ahora, por la renta que puedo sacar de lo que haga en el momento en el que lo hago. Este texto nos abre hacia el infinito, nos pone frente a la claridad de que no existe realidad alguna que escape de las manos de Dios y que cuando vivimos confiando en su amor, sabemos que hay para nosotros una promesa que se cumplirá aunque estemos atravesando por un desierto complicado.

SALMO RESPONSORIAL: 70
R./ Mi boca contará tu auxilio

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, / líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame. R.

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú
Dios mío, líbrame de la mano perversa R.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
Y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno, tú me sostenías. R

Mi boca contará tu auxilio,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 13, 21-33. 36-38




“LES ASEGURO QUE UNO DE USTEDES ME ENTREGARÁ”



En aquel tiempo, Jesús, profundamente conmovido, dijo: Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, estaba a la mesa a su derecho. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces el, apoyándose en el pecho de Jesús, le pregunto Señor: ¿quién es?
Le contestó Jesús: Aquél a quien yo le dé este trozo de pan untado. Y untando el pan se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: Lo que tienes que hacer hazlo en seguida.
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.
Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él (Si Dios es glorificado en el, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará).
Simón Pedro le dijo: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde. Pedro replicó: Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti. Jesús le contesto: ¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces. Palabra del Señor.



REFLEXIÓN
Jesús anuncia la traición de Judas y la negación de Pedro. Y también podríamos añadir el abandono de sus discípulos. Estos acontecimientos se dan en el contexto de una cena pascual, fraternal, conmemorativa de la liberación de Israel. Pero más allá de la historia de los hechos, vamos a mirar el significado existencial de los mismos. La actitud de Judas revela una actitud de ambición de riqueza y de poder. Algunos estudiosos dicen que Judas estaría buscando la toma del poder y estaría convencido de que, entregando a Jesús, las masas se iban a alzar en rebelión, y los romanos y sus cómplices serían expulsados. Pero nada de eso pasó, pues las fuerzas ideológicas y represivas actuaron con mayor sagacidad. La actitud de Pedro revela el entusiasmo inicial del seguidor de Jesús que está dispuesto a todo, pero que, a la hora de afrontar las duras consecuencias del seguimiento, se confunde y retrocede. Todos, de alguna manera, nos sentimos retratados en Judas o en Pedro. A veces somos capaces como Judas de vender hasta las personas, por alcanzar objetivos particulares; o, como Pedro, retroceder ante las dificultades cuando habíamos decidido llegar hasta las últimas consecuencias. Lo cierto es que la fidelidad y la radicalidad son valores muy costosos en el seguimiento de Jesús.



ORACIÓN
Me siento bendecido(a) por tu gracia Señor al encontrarme de nuevo, a través de tu Palabra, cuestionado(a) ante la fragilidad humana que no nos hace santos sino en camino a ser mejores discípulos(as) tuyos(as). Haz amado Padre que siempre este atento(a) a las enseñanzas de tu Hijo para no caer en la traición y negación de tu proyecto de amor. Amén.

Miércoles 04 de Abril de 2012

Miércoles Santo



“MIENTRAS UNO LE VENDE, OTROS LE PREPARAN LA CENA”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 50, 4-9


“NO OCULTÉ EL ROSTRO A INSULTOS Y SALIVAZOS”

En aquellos días dijo Isaías: Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados.

El Señor Dios me ha abierto el oído y yo no me he rebelado ni me he echado atrás. Ofrecí la espalda a los que golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. No oculté el rostro a insultos y salivazos.

Mi Señor me ayudaba, por eso no me quedaba confundido, por eso ofrecí el rostro como pedernal, y sé que no quedaré avergonzado. Tengo cerca a mi abogado, ¿quién pleiteará contra mí? Vamos a enfrentarnos: ¿Quién es mi rival? Que se acerque. Mirad, mi Señor me ayuda: ¿quién probará que soy culpable? Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Nos toca el tercer canto del Siervo. Observemos en el texto que sigue la descripción poética de la misión del Siervo, y eso sí, cada vez más cargada de oposición y contradicciones. La misión que le encomienda Dios es saber decir una palabra de aliento al abatido. Pero antes de hablar, antes de usar esa lengua de iniciado, Dios le “espabila el oído para que escuche”. También en este tercer canto triunfa la confianza en la ayuda de Dios.
El Siervo de Dios ha sido formado por Dios. Tiene lengua de experto (o de "iniciado"). Sabe oír. Percibe el murmullo divino debajo del ruido y las maniobras del mundo. Es valiente y perseverante, no se acobarda, no se amilana, sabe quién es su Señor porque sabe de quién es siervo.

SALMO RESPONSORIAL: 68
R. / Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor.

Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R

La afrenta me destroza el corazón,
y desfallezco.
Espero compasión, y no la hay,
consoladores, y no los encuentro.
En mi comida me echaron hiel,
para mi sed me dieron vinagre. R
.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias.
Miradlo, los humildes, y alegráos,
buscad al Señor, y vivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 26, 14-25



“LES ASEGURO QUE UNO DE USTEDES ME ENTREGARÁ”



En aquel tiempo, uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego? Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.

El primer día de los ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua? El contesto: Id a casa de Fulano y decidle: "El Maestro dice: mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos".

Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los doce. Mientras comían, dijo: Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar. Ellos consternados se pusieron a preguntarle uno tras otro: ¿Soy yo acaso, Señor? El respondió: El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo el Hombre se va como está escrito de él; pero ¡ay del que va a entregar al Hijo del Hombre!, más le valdría no haber nacido. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: ¡Soy yo acaso, Maestro? El respondió: Así es. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Continúa la narración de la traición y la entrega de Jesús por parte de Judas. El poder religioso y político se vale de la fragilidad y la ambición humana para alcanzar sus objetivos. La codicia y el deseo de poder encienden el corazón humano y los valores y principios ético-morales más profundos quedan vulnerados. Más allá de la visión fatalista que se le ha dado a la traición de Judas, tenemos que mirarnos en ese espejo para confrontar nuestra vida. ¡Cuántas veces vendemos nuestros principios por un puesto, una prebenda, un ascenso o una condecoración! ¡Cuántas personas, hermanas y hermanos nuestros, han abandonado sus compromisos con los empobrecidos y excluidos, para evitarse conflictos, persecuciones o pérdida de prestigio! Ser coherentes, llegar, de verdad, hasta las últimas consecuencias, no es fácil. Se necesita la gracia de Dios y la fuerza fraterna de la comunidad para no claudicar o desfallecer y no vender los principios a cualquier postor. También al interior de la iglesia se da este fenómeno de ambición de poder y de prestigio. Incluso se llega a sacrificar personas con tal de salvaguardar intereses particulares. Se sacrifica la justicia y la verdad por la conveniencia y la seguridad.

ORACIÓN
Amado Dios cuando se cae en la ambición se pierde el norte y no se puede ver con lo ojos del amor y la amistad que comparte la vida. Toma por favor nuestras debilidades y flaquezas y en ese amor que tú nos tienes sanas las heridas de mi fragilidad y hazme un discípulo(a) libre, fiel y que busque siempre enmendar sus errores para ser verdadero(a) seguidor de tu Evangelio. Amén.

Jueves 05 de Abril de 2012

Jueves Santo

El Jueves Santo, primer día del triduo sacro, marca una celebración capital dentro de todo el año litúrgico, celebración solemne y grandiosa, enmarcada en el contexto dramático de la proximidad de la pasión y muerte del Señor. Es el día cumbre de la despedida y del amor extremo hecho servicio humilde y generoso.
Muchas son las dimensiones que se suman en un día como éste. Veamos las principales.
-Día del amor fraterno. Hoy resuena en la comunidad el mandamiento nuevo, mandamiento del amor, del amor "como yo los he amado". "Los amó hasta el extremo", hasta lo inimaginable, hasta hacerse siervo y esclavo en un tipo de servicio considerado humillante y propio de esclavos (lavar los pies). "Les he dado ejemplo". "Ustedes también deben lavarse los pies unos a otros". Se trata de una proclamación del mandamiento del amor hecha no con palabras sino con el signo práctico -que entra por los ojos- del servicio. Amar es servir. Ama quien sirve. “Obras son amores”.
-Institución de la Eucaristía. El lavatorio de los pies hace en el evangelio de Juan el papel que la "institución de la Eucaristía" cumple en los otros tres evangelios. Para Juan, en algún sentido, "es lo mismo". La Eucaristía expresa y constituye el sacramento del amor, también de una manera "visible" (como corresponde a todo sacramento, que es un "signo sensible"). Jesús "parte y reparte" el pan y el vino, y dice: "hagan esto en memoria mía", o sea; para recordarme (para guardar mi memoria) hagan esto; o también: partir y repartir su propia existencia será la forma de seguirme que mejor dé testimonio y haga memoria de mí. "Celebrar" la Eucaristía, la fracción del pan, será siempre mucho más que "oír misa": "cada vez que comemos de este pan... anunciamos la muerte del Señor hasta que venga".
-Institución del sacerdocio. Tradicionalmente se ubica en este día. Es claro que Jesús no instituyó "sacerdotes". De hecho el Nuevo Testamento no utiliza esa palabra más que aplicada a Jesús y al Pueblo de Dios como conjunto, nunca la aplica a cristianos individuales; sólo a partir del siglo IV se introduciría esa palabra en el vocabulario cristiano. Lo que Jesús dejó fueron discípulos y apósto

“QUIEN SE SABE AMADO, PUEDE ENTREGAR SU VIDA”


PRIMERA LECTURA
ÉXODO 12,1-8.11-14



“PRESCRIPCIONES SOBRE LA CENA PASCUAL”




En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: "Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: "El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido.

Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras amargas. Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor. Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre será vuestra señal en las casas donde estéis: cuando vea la sangre, pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora, cuando yo pase hiriendo a Egipto. Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta del Señor, ley perpetua para todas las generaciones." Palabra de Dios

REFLEXIÓN
Esta lectura es sobre las tradiciones centrales de la fe judía. Al parecer, la pascua fue originalmente una fiesta de pastores celebrada en primavera: en ella se ofrecían a Dios los primeros corderillos del rebaño. Posteriormente (fusión de las dos culturas) se añadió a ella la fiesta de los agricultores, en la que éstos también ofrecían sus primeros frutos. Pero la pascua recibe su sentido más profundo y definitivo cuando se empieza a relacionar con la salida de los hebreos de Egipto. Entonces se convierte en la fiesta de la liberación.


Esto comenzó así un año en que los egipcios no permitieron a los hebreos salir de sus dominios a celebrar la fiesta y fue cuando Dios dio instrucciones a Moisés para que la comunidad realizara el sacrificio de pascua: al atardecer se matará un cordero o un cabrito de un año, macho y sin defecto, se rociará con su sangre las jambas y el dintel de la puerta de sus casas; de noche se comerá la cena de la liberación: cordero y pan ácimo (los pies descalzos, ceñida la cintura y un bastón en la mano, en plan de marcha desde aquella tierra de esclavitud hacia otro país de libertad). Más tarde, el Señor que herirá de muerte a los primogénitos de los egipcios, pasará de largo o saltará las puertas de los hebreos marcadas con la sangre del cordero. De ahí que al menos en este contexto, pascua signifique paso, pasar de largo, saltarse. Siempre, en adelante, se celebrará la pascua, año tras año, y cuando los hebreos, israelitas y judíos sean un pueblo asentado en su propia tierra, la que Dios les había prometido, acudirán a Jerusalén a celebrar la pascua y las familias se reunirán a comer el cordero y el pan ácimo.



SALMO RESPONSORIAL: 115
R. / El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

¿Como pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R.

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas. R.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R.

SEGUNDA LECTURA
1CORINTIOS 11,23-26



“CADA VEZ QUE COMÉIS Y BEBÉIS, PROCLAMÁIS LA MUERTE DEL SEÑOR”


Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía." Lo mismo hizo con él cáliz, después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía." Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
A fin de hacer presente en la conciencia el sentido profundo de la cena del Señor, Pablo toma de nuevo las palabras que ya los corintios conocían y con las que Jesús había confiado el misterio eucarístico a su iglesia. “Del Señor las ha recibido él”. Con esto no se refiere a una palabra inmediata del Señor, es decir, recibida sin intermediarios, sino a la tradición cultural que se remonta hasta el Señor mismo y que Pablo ha recibido de la primera comunidad para seguir transmitiéndola. Y estas palabras las repite e inserta Pablo en el marco de unas exhortaciones que dirige a una comunidad dividida en bandos y cuyas reuniones debían ser continuamente fuente de fricciones por problemas de muy distinto orden e importancia, pero en cualquier caso, indignas de unos cristianos que como tales, habían recibido el encargo del Señor para celebrar su eucaristía. Los abusos que cometían con la celebración de la misma (unos separados de otros, o unos comiendo y otros no, quedando humillados) chocaban frontalmente contra el mandato de un Jesús que en esa cena se puso a lavar los pies a sus discípulos. El cuerpo “entregado” y la sangre “derramada” por vosotros, para formar un solo cuerpo con una misma vida… haciendo memorial para que, cuantas veces se recuerde, se vuelva a realizar tal cual; la entrega del Señor por todos, actualizando el pacto o alianza con Dios que libera y que salva.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 13,1-15


“LOS AMÓ HASTA EL EXTREMO”


Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: "Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?" Jesús le replicó: "Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde." Pedro le dijo: "No me lavarás los pies jamás." Jesús le contestó: "Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo." Simón Pedro le dijo: "Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza." Jesús le dijo: "Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos." Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No todos estáis limpios."
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: "¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis." Palabra del Señor.



REFLEXIÓN
Jesús realiza con gusto y convicción una actividad reservada para los sirvientes: toma los pies encallecidos de sus discípulos y los lava y limpia uno a uno. Los callos de la incertidumbre que se formaron camino a Jerusalén son objeto de su caricia. La mano que sirve, la mano que acaricia, es la misma mano que esta dispuesta a dejarse traspasar por la injusticia para reclamar justicia. Jesús no comienza su testimonio extendiendo sus brazos en la cruz. Sus brazos y sus manos ya han anticipado la autenticidad de su testimonio. Su mano ya se ha extendido hacia el enfermo para rescatarlo de la postración; su mano ha auxiliado al indigente y lo ha ayudado a reencontrar su dignidad; su mano ha rescatado de la muerte y ha otorgado nuevamente la vida.
Lavar los pies significa inclinarse delante del otro, aceptar que el servicio es la única entrega. Los discípulos se habían preparado para predicar, para enseñar, para expulsar demonios; labores arduas y complicadas que exigían mucha preparación y dedicación. Sin embargo, no estaban preparados para asumir una tarea humilde, la misma que realizan los empleados de las casas más pudientes, porque esta tarea implicaba postrarse, entrar en contacto con la tierra, el barro y la suciedad. Sobre todo, los discípulos no estaban dispuestos a dejarse servir y ayudar de los otros, especialmente en los oficios humildes. Los discípulos deberán pasar por muchas dificultades y peripecias antes de comprender lo que significa prestar un servicio generoso y desinteresado sin hacer alarde de humildad, y de dejarse servir por los demás sin menospreciar el servicio ajeno.


ORACIÓN
Señor, ayúdanos por favor a comprender el verdadero sentido del abajarse y despojarse para servir sin medida, con fraternidad, solidaridad y misericordia en todos los ámbitos donde nos encontremos, comenzando por nuestra familia para hacerlo auténticamente en el entorno. Gracias por enseñarnos el verdadero sentido de la entrega en la amistad y el servicio a los demás, que reconoce la dignidad de cada ser humano. Amén.

Viernes 06 de Abril de 2012

Viernes Santo



“CONTEMPLAR EN SILENCIO AL QUE ES LA VIDA QUE MUERE EN LA CRUZ”



PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 52,13-53,12




“ÉL FUE TRASPASADO POR NUESTRAS REBELIONES”




Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. ¿Quien creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomo el pecado de muchos e intercedió por los pecadores. Palabra de Dios

REFLEXIÓN
Nos encontramos con el cuarto Canto del Siervo. Presenta rasgos parecidos a los de los salmos de lamentaciones, da detalles sobre los sufrimientos del protagonista: desprecio, enfermedad, desfiguración, cárcel, muerte entre malhechores, abatimiento, sepultura deshonrosa, etc. El profeta afirma insistentemente que el Siervo no sufrió por sus propios pecados, sino a causa y a favor de los demás miembros de su pueblo. Él justifica a muchos, es decir, restablece las relaciones justas entre los hombres y Dios. En efecto, al inicio y al final es Dios quien habla de su Siervo, que “tendrá éxito y subirá y crecerá mucho” porque “cargó sobre él todos nuestros crímenes”, y así, “intercedió por los pecadores”. Pero en el resto del Cántico hablan unos “nosotros” que al contemplar todo lo que le ha sucedido al Siervo de Dios, confiesan el propio pecado, por el cual el propio Siervo ha padecido hasta morir.

SALMO RESPONSORIAL: 30
R. / Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás. R.

Soy la burla de todos mis enemigos,
la irrisión de mis vecinos,
el espanto de mis conocidos;
me ven por la calle, y escapan de mí.
Me han olvidado como a un muerto,
me han desechado como a un cachorro inútil. R.

Pero yo confío en ti, Señor,
te digo: "Tú eres mi Dios."
En tu mano están mis azares;
líbrame de los enemigos que me persiguen. R.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
Sed fuertes y valientes de corazón,
los que esperáis en el Señor. R.

SEGUNDA LECTURA
HEBREOS 4,14-16;5,7-9



“APRENDIÓ A OBEDECER Y SE HA CONVERTIDO PARA TODOS LOS QUE LE OBEDECEN EN AUTOR DE SALVACIÓN”




Hermanos: Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado con todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.
Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
Este texto es una obra de arte teológica. Miremos lo que n0s dice el autor al presentarnos esta figura del Sumo Sacerdote que es Hijo de Dios. Por ser hombre como nosotros es misericordioso con nuestras debilidades pues como hombre, ha sido tentado a lo largo de toda su vida, con la diferencia que nunca ha sucumbido en la tentación: ha sido obediente a Dios, es decir, ha vivido la humanidad en plenitud. Más aún, “a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo a obedecer”. La característica de nuestro “Sumo Sacerdote” es que asume del todo la humanidad y confía plenamente en Dios. Es uno de los nuestros y vive cerca de Dios. Realmente podemos acercarnos a él con confianza. Y por él sabemos que la única manera de “atravesar el cielo”, es decir, de llegar a Dios es asumiendo a fondo la humanidad.


LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 18,1-19,42


“PASIÓN DE N.S.JESUCRISTO SEGÚN SAN JUAN”




C. En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando la patrulla y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús sabiendo todo lo que venia sobre él, se adelanto y les dijo:

+. "¿A quién buscáis?"

C. Le contestaron:

S. "A Jesús, el Nazareno."

C. Les dijo Jesús:

+. "Yo soy."

C. Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles: "Yo soy", retrocedieron y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez:

+. "¿A quién buscáis?"

C. Ellos dijeron:

S. "A Jesús, el Nazareno."

C. Jesús contestó:

+. "Os he dicho que soy yo. Si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos."

C. Y así se cumplió lo que había dicho: "No he perdido a ninguno de los que me diste." Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro:

+. "Mete la espada en la vaina. El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿no lo voy a beber?"

* Llevaron a Jesús primero a Anás

C. La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año; era Caifás el que había dado a los judíos este consejo: "Conviene que muera un solo hombre por el pueblo." Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera e hizo entrar a Pedro. La criada que hacía de portera dijo entonces a Pedro:

S. "¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?"

C. Él dijo:

S. "No lo soy."

C. Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentÁndose. El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de la doctrina. Jesús le contesto:

+. "Yo he hablado abiertamente al mundo; yo he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí? Interroga a los que me han oído, de qué les he hablado. Ellos saben lo que he dicho yo."

C. Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una bofetada a Jesús, diciendo:

S. "¿Así contestas al sumo sacerdote?"

C. Jesús respondió:

+. "Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?"

C. Entonces Anás lo envió atado a Caifás, sumo sacerdote.

¿No eres tú también de sus discípulos? No lo soy

C. Simón Pedro estaba en pie, calentándose, y le dijeron:

S. "¿No eres tú también de sus discípulos?"

C. Él lo negó, diciendo:

S. "No lo soy."

C. Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le cortó la oreja, le dijo:

S. "¿No te he visto yo con él en el huerto?"

C. Pedro volvió a negar, y enseguida canto un gallo.

Mi reino no es de este mundo

C. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era el amanecer, y ellos no entraron en le pretorio para no incurrir en impureza y poder así comer la Pascua. Salió Pilato afuera, adonde estaban ellos, y dijo:

S. "¿Qué acusación presentáis contra este hombre?"

C. Le contestaron:

S. "Si éste no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos."

C. Pilato les dijo:

S. "Lleváoslo vosotros y juzgadlo según vuestra ley."

C. Los judíos le dijeron:

S. "No estamos autorizados para dar muerte a nadie."

C. Y así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir. Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:

S. "¿Eres tú el rey de los judíos?"

C. Jesús le contestó:

+. "¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?"

C. Pilato replicó:

S. "¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mi; ¿que has hecho?"

C. Jesús le contestó:

+. "Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí."

C. Pilato le dijo:

S. "Conque, ¿tú eres rey?"

C. Jesús le contestó:

+. "Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz."

C. Pilato le dijo:

S. "Y, ¿qué es la verdad?"

C. Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo:

S. "Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros que por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?"

C. Volvieron a gritar:

S. "A ése no, a Barrabás."

C. El tal Barrabás era un bandido.

* ¡Salve, rey de los judíos!

C. Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los saldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían:

S. "¡Salve, rey de los judíos!"

C. Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo:

S. "Mirad, os lo saco afuera, para que sepáis que no encuentro en él ninguna culpa."

C. Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo:

S. "Aquí lo tenéis."

C. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los guardias, gritaron:

S. "¡Crucifícalo, crucifícalo!"

C. Pilato les dijo:

S. "Lleváoslo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa en él."

C. Los judíos le contestaron:

S. "Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios."

C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más y, entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús:

S. "¿De donde eres tú?"

C. Pero Jesús no le dio respuesta. Y Pilato le dijo:

S. "¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte?"

C. Jesús le contestó:

+. "No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor."

¡Fuera, fuera; crucifícalo!

C. Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:

S. "Si sueltas a ése, no eres amigo del César. Todo el que se declara rey está contra el César."

C. Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó afuera a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman "el Enlosado" (en hebreo Gábbata). Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:

S. "Aquí tenéis a vuestro rey."

C. Ellos gritaron:

S. "¡Fuera, fuera; crucifícalo!"

C. Pilato les dijo:

S. "¿A vuestro rey voy a crucificar?"

C. Contestaron los sumos sacerdotes:

S. "No tenemos más rey que al César."

C. Entonces se lo entregó para que lo crucificaran.

Lo crucificaron, y con él a otros dos

C. Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado "de la Calavera" (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: "Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos." Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato:

S. "No escribas: "El rey de los judíos", sino: "Éste ha dicho: Soy el rey de los judíos.""

C. Pilato les contestó:

S. "Lo escrito, escrito está."

Se repartieron mis ropas

C. Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba a abajo. Y se dijeron:

S. "No la rasguemos, sino echemos a suerte, a ver a quién le toca."

C. Así se cumplió la Escritura: "Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica". Esto hicieron los soldados.

Ahí tienes a tu hijo. - Ahí tienes a tu madre

C. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:

+. "Mujer, ahí tienes a tu hijo."

C. Luego, dijo al discípulo:

+. "Ahí tienes a tu madre."

C. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.

Está cumplido

C. Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo:

+. "Tengo sed."

C. Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo:

+. "Está cumplido."

C. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

*Todos se arrodillan, y se hace una pausa

Y al punto salió sangre y agua

C. Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: "No le quebrarán un hueso"; y en otro lugar la Escritura dice: "Mirarán al que atravesaron."
Vendaron todo el cuerpo de Jesús, con los aromas
C. Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo clandestino de Jesús por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron todo, con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. Palabra del Señor.



REFLEXIÓN
El relato de la pasión según San Juan coincide, en gran parte, con los sinópticos, pero hay diferencias muy claras. La característica especial de Juan es el punto de vista teológico desde el que enfoca todo el evangelio: la revelación de la gloria de Jesús, la llegada de su exaltación. Para él también en la pasión se revela la gloria del Hijo de Dios. Juan no presenta la pasión y muerte de Jesús desde la reacción natural psicológica, sino que trata de dar el sentido espiritual de la misma. La muerte de Jesús es su glorificación. El relato histórico y la forma literaria están en función de unos temas doctrinales que explican la originalidad y las diferencias de la narración de Juan en relación con los otros evangelios. Presenta la pasión en cuatro cuadros: Getsemaní (18,1-11); ante Anás (18,16-27); ante Pilato (18,28-19,15); en el calvario (19,19-37). En cada uno de estos cuadros hay un rasgo característico, un tema principal y una declaración importante. Un tema clave es la libertad de Jesús ante la muerte. Jesús va a la muerte con pleno conocimiento de lo que le espera: conociendo todo lo que le iba a acontecer (18,4), consciente de que todo está cumplido (19,28). Como pastor de las ovejas entrega su vida por ellas. Nadie le quita la vida. La da. Conoce la intención de Judas. Prohíbe a Pedro que le defienda. Se entrega cuando quiere. En las escenas de la pasión aparece siempre dueño de si mismo y de sus enemigos. El lleva la cruz y con ella se aparece como rey vencedor. Juan presenta la pasión como la epifanía de Cristo Rey.

ORACIÓN
Desde mi silencio contemplativo hoy quiero de todo corazón agradecerte, bendecirte y adorarte porque me has amado hasta el extremo, a tal punto que moriste por mi en la cruz; Unido(a) a tu Madre, y como el (la) discípulo(a) amado, quiero quedarme junto a tu Cruz: lugar donde tú mi Amado Jesús hiciste del amor toda una donación de liberación para el mundo. Amén

Sábado 07 de Abril de 2012

Sábado Santo



VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA


La vigilia pascual se inicia con la experiencia del fuego nuevo, y la luz que con este fuego va iluminando poco a poco el recinto sagrado. Nuestra historia ha sido una historia de tinieblas y de muerte, una historia que parece no poder ver un camino de salida. Pero de la tumba vacía surge la luz, de la muerte surge el fuego-luz que anuncia que podemos creer en la vida, que podemos encontrar el camino en medio de la oscuridad, que la muerte no es la última palabra para el hombre. Por el fuego nuevo, por la luz del Cirio Pascual, por la luna llena que ilumina el firmamento en esta noche pascual, empezamos a experimentar en nuestra vida las consecuencias de la Resurrección de Jesús.


Las lecturas nos conducen desde la experiencia de la creación hasta la tumba vacía, porque Resurrección es agradecer los hermosos dones gratuitos de Dios que rodean nuestra existencia. Es vivir como el pueblo de Israel, la experiencia de la salida de la esclavitud a la libertad, una experiencia que pasa por el contacto con el agua del Mar Rojo y para nosotros por la de las aguas bautismales; un camino guiado por la columna de fuego y por la nube que conduce a Israel de la experiencia de muerte a la de la vida.


La Bendición del fuego nuevo
En medio de las tinieblas del pecado y de la muerte, la bendición del fuego nuevo tiene como finalidad proporcionar la llama para encender el cirio pascual, que representa a Cristo Resucitado. A medida que el cirio avanza se va iluminando el templo, y de la llama del cirio se van encendiendo las velas de los presentes en el templo; se disipan las tinieblas cuando se propaga la salvación a partir del Resucitado. El Cirio Pascual permanecerá todo el año en el templo, como símbolo memorial de la celebración pascual.




“LLENOS DE LA LUZ MARAVILLOSA DEL RESUCITADO”



PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 1,1-2,2



“VIO DIOS TODO LO QUE HABÍA HECHO; Y ERA MUY BUENO”



Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe; sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: "Que exista la luz."

Y la luz existió.

Y vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de la tiniebla; llamó Dios a la luz "Día"; a la tiniebla, "Noche".

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero.

Y dijo Dios: "Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas."

E hizo Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima de la bóveda.

Y así fue.

Y llamó Dios a la bóveda "Cielo".

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo.

Y dijo Dios: "Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que aparezcan los continentes."

Y así fue.

Y llamó Dios a los continentes "Tierra", y a la masa de las aguas la llamó "Mar".

Y vio Dios que era bueno.

Y dijo Dios: "Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla, y árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra."

Y así fue.

La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie.

Y vio Dios que era bueno.

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero.

Y dijo Dios: "Que existan lumbreras en la bóveda del cielo, para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años; y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la tierra."

Y así fue.

E hizo Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche, y las estrellas. Y las puso Dios en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la tierra; para regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla.

Y vio Dios que era bueno.

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto.

Y dijo Dios: "Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra frente a la bóveda del cielo."

Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el agua hizo pulular según sus especies, y las aves aladas según sus especies.

Y vio Dios que era bueno.

Y Dios los bendijo, diciendo: "Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra."

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto.

Y dijo Dios: "Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies."

Y así fue.

E hizo Dios las fieras según sus especies, los animales domésticos según sus especies y los reptiles según sus especies.

Y vio Dios que era bueno.

Y dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra."

Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó.

Y los bendijo Dios y les dijo: "Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra."

Y dijo Dios: "Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todo ser que respira, la hierba verde les servirá de alimento."

Y así fue.

Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno.

Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto.

Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos.

Y concluyó Dios para el día séptimo todo el trabajo que había hecho; y descansó el día séptimo de todo el trabajo que había hecho. Palabra de Dios

REFLEXIÓN
Toda la creación es la obra del amor de Dios Padre que quiso preparar para el hombre un lugar hermoso y adaptado a su dignidad de imagen de Dios. Al ser humano le corresponde el compromiso de continuar y conservar esta creación.
Nos recuerda que toda realidad humana, todo el mundo como habitación humana es una buena obra de Dios. El cristianismo no condena aquello que es humano, ni mira con suspicacia la realidad del mundo. Porque es obra de Dios y Él vio que “todo era muy bueno”, especialmente el hombre hecho a imagen suya. La pascua no es condenación de la realidad humana, no es un esperar otro mundo despreciando este, sino un redescubrir la voluntad de Dios –a menudo estropeada por el hombre. El paso a la mayor vida que ofrece la Resurrección de Jesús no es negación de lo que llamamos lo “natural” sino valoración para ir más allá.

SALMO RESPONSORIAL: 103.
R. / Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Bendice, alma mía, al Señor; ¡
Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. R.

Asentaste la tierra sobre sus cimientos,
y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del océano,
y las aguas se posaron sobre las montañas. R.

De los manantiales sacas los ríos,
para que fluyan entre los montes;
junto a ellos habitan las aves del cielo,
y entre las frondas se oye su canto. R.

Desde tu morada riegas los montes,
y la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces brotar hierba para los ganados,
y forraje para los que sirven al hombre. R.

Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.
¡Bendice, alma mía, al Señor! R.

SEGUNDA LECTURA
ÉXODO 14, 15-15, 1

“LOS ISRAELITAS EN MEDIO DEL MAR A PIE ENJUTO”


En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: "¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de sus guerreros."
Se puso en marcha el ángel del Señor, que iba al frente del ejército de Israel, y pasó a retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó detrás, poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. La nube era tenebrosa, y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos pudieran trabar contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y se dividieron las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos, en medio del mar, todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros.
Mientras velaban al amanecer, miró el Señor al campamento egipcio, desde la columna de fuego y nube, y sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las hizo avanzar pesadamente.
Y dijo Egipto: "Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto."
Dijo el Señor a Moisés: "Extiende tu mano sobre el mar, y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes."
Y extendió Moisés su mano sobre el mar; y al amanecer volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios, huyendo, iban a su encuentro, y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar.
Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón, que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar; las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor, y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Palabra de Dios.


REFLEXIÓN
Los israelitas eran esclavos en Egipto, eran un pueblo sometido a otro pueblo. Pero Dios vio la miseria y las penalidades del pueblo, escuchó sus clamores y le abre un camino de salvación al pueblo esclavo y salva a Israel del poder del faraón. Nos presenta la salida de Egipto con el paso del Mar Rojo, este texto se describe con un género literario propio, que caracteriza las narraciones de los orígenes todos los pueblos. Sin el Éxodo posiblemente Israel, como pueblo, habría desaparecido de la historia.

TERCERA LECTURA
ISAÍAS 54, 5-14

Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor
El que te hizo te tomará por esposa; su nombre es Señor de los ejércitos.

Tu redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra.

Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor;

como a esposa de juventud, repudiada -dice tu Dios-.

Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré.

En un arrebato de ira te escondí un instante mi rostro,

pero con misericordia eterna te quiero -dice el Señor, tu redentor-.

Me sucede como en tiempo de Noé:

juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra;

así juro no airarme contra ti ni amenazarte.

Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas,

no se retirará de ti mi misericordia, ni mi alianza de paz vacilará -dice el Señor, que te quiere-.

¡Oh afligida, zarandeada, desconsolada!

Mira, yo mismo coloco tus piedras sobre azabaches, tus cimientos sobre zafiros;

te pondré almenas de rubí, y puertas de esmeralda, y muralla de piedras preciosas.

Tus hijos serán discípulos del Señor, tendrán gran paz tus hijos.

Tendrás firme asiento en la justicia.

Estarás lejos de la opresión, y no tendrás que temer;

y lejos del terror, que no se te acercará. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Canta la fecundidad de la nueva Jerusalén. Nos muestra al pueblo de Israel que, en el exilio, se encuentra en una situación como la de una esposa abandonada, el abandono en que Dios tiene a su pueblo no es más que aparente y “por un instante”, porque Él mismo va a recobrar a su pueblo “con gran cariño”, ya que le ama con “misericordia eterna• de la que jamás se echará atrás.

CARTA A LOS ROMANOS
ROMANOS 6, 3-11




“CRISTO, UNA VEZ RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS, YA NO MUERE MÁS”



Hermanos: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.
Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios.
Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
El apóstol Pablo nos enseña que por el bautismo también el cristiano pasa de la muerte a la vida. Ese misterio pascual de Jesús, misterio de muerte y resurrección es nuestro propio misterio, porque el cristiano, mediante el bautismo, está muerto al pecado y vivo para Dios. En Cristo Jesús el cristiano vive el misterio de Cristo muerto y resucitado cada día en los momentos de tristeza y gozo, de enfermedad y salud, cuando pecamos y sentimos que Dios Padre nos acoge con misericordia. Lo vivimos especialmente en los sacramentos. Cada sacramento que recibimos es una reactualización del misterio Pascual, y esto lo vemos muy clara en el texto de Romanos que acabamos de escuchar.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 16,1-7



“JESÚS NAZARENO, EL CRUCIFICADO, HA RESUCITADO



Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la semana, al salir el sol, fueron al sepulcro. Y se decían unas a otras: "¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?" Al mirar, vieron que la piedra estaba corrida, y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y se asustaron. Él les dijo: "No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado. Mirad el sitio donde lo pusieron. Ahora id a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis, como os dijo."


REFLEXIÓN
La escena del evangelio nos pone ante una realidad teológica completamente nueva. Algo nuevo ha comenzado. Ha pasado el día de reposo de los judíos, el día en que Jesús ha reposado, muerto, en el sepulcro. El primer día de la semana empieza a despuntar. Las dos mujeres que se habían quedado sentadas ante el sepulcro ahora vuelven a ir, para ver el lugar donde reposa aquel a quien habían seguido. De repente, todo cambia, Dios interviene. El terremoto, el ángel del Señor resplandeciente extraordinariamente, la piedra gira, los guardias quedan como muertos. Dios interviene, nadie ve su acción, pero el ángel del Señor, aquel que habla en nombre de Dios, explica a las mujeres lo que ha pasado. No es en el sepulcro donde encontrarán a Jesús, el crucificado. La muerte en cruz no ha sido la última palabra sobre Jesús, su vida, su mensaje. ¡Ha resucitado! Ha empezado algo nuevo. Jesús continúa siendo el camino a seguir: “Va por delante de vosotros a Galilea”. Palabra del Señor.


ORACIÓN
Aunque en la época, muchos seguidores tuyos creyeron que tu vida que iluminaba a cada paso a quienes más lo necesitaba, se había apagado y tus enemigos cantaban victorias porque creyeron vencerte, muchos otros mantenían el amor y la esperanza que les había irradiado tu compartir en el amor y la amistad. Que en esos momentos de oscuridad y sin salida, encuentre la certeza de tu plan de bendición para mi vida. Amén.

Domingo 08 de Abril de 2012

Domingo de Pascua

“SER TESTIGOS DE UNA VIDA NUEVA”


PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 10,34a.37-43

“HEMOS COMIDO Y BEBIDO CON ÉL DESPUÉS DE SU RESURRECCIÓN”


En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados." Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
Pedro, por su parte, a un grupo de paganos (el centurión Cornelio y su familia) les anuncia el evangelio que transforma: Jesús de Nazaret, ungido por el Espíritu y el poder de Dios, pasó haciendo el bien y curando a los que estaban bajo el dominio del diablo. Los judíos lo mataron colgándolo de un madero, pero Dios lo resucitó y le dio el poder manifestarse a testigos escogidos. Nosotros somos esos testigos, porque comimos y bebimos con él. Les anunciamos que Él está vivo y que todo el que “cree en Él recibe el perdón de los pecados”. Tal es la misión recibida: contar la experiencia e invitar a otros a abrir su vida y su corazón al Amor que salva, al Señor que vive, al Redentor que libera y nos ofrece la Vida en plenitud. ¡Cristo no está muerto. Él vive! ¡Aleluya! Él vive en mí y en todo aquel que cree en Él. ¡Él quiere vivir y reinar en el corazón de todo aquel que se abre a su acción, escucha su Palabra y cree que Él es el Mesías de Dios!

SALMO RESPONSORIAL: 117
R. /Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R.

La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor. R.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.

SEGUNDA LECTURA
COLOSENSES 3,1-4

“BUSCAD LOS BIENES DE ALLÁ ARRIBA, DONDE ESTÁ CRISTO”



Hermanos: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en la gloria. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
Pablo a su vez saca las consecuencias de la experiencia pascual para nosotros. “Tú dices que Cristo es tu vida, que has resucitado con él: busca entonces, los bienes del cielo, anhela las cosas que expresan la Vida verdadera, porque has muerto y tu vida está con Cristo junto a Dios. Y cuando Cristo aparezca glorioso, tú aparecerás también revestido de gloria con él”
¿Cuáles son las cosas, las experiencias, los bienes que nos permiten sentir y vivir la Vida verdadera en nosotros? El amor, la generosidad, el servicio, la solidaridad con los otros, la fraternidad, la oración y la intimidad con el Señor……todo esto nos llena de gozo profundo, de alegría inmensa, de vida plena. Todo esto es experiencia pascual. Cuando amamos y perdonamos a los demás, Cristo vive y ha resucitado. Cuando nos damos con generosidad a los hermanos y los servimos con alegría, Cristo vive y ha resucitado, cuando compartimos solidariamente nuestros bienes y nuestro amor para construir fraternidad, Cristo vive y ha resucitado. Cuando alabamos y cantamos agradecidos al Señor, Cristo vive y ha resucitado.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 20,1-9


“ÉL HABÍA DE RESUCITAR DE ENTRE LOS MUERTOS”



El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto." Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La resurrección de Jesús comporta un "no" rotundo a la impunidad y a la violencia. Jesús no resucita para reivindicar su muerte, sino para proclamar que la Vida plena es la voluntad de Dios. Ni los verdugos, ni los acusadores, ni los traidores tienen la última palabra. Sólo Dios lleva la voz cantante, pues sólo Él es capaz de dirigir la historia de manera imprevista e insospechada.

La fiesta cristiana de la Pascua es, sobretodo, una fiesta de la vida recuperada, de la vida auténtica, de la capacidad de mantener la propuesta de Dios por encima de la mezquindad y la sordidez que imponen ciertas instituciones sociales. La Pascua no es una fiesta que nace del deseo de celebrar algún sentimiento, sino del deseo de reivindicar una esperanza sostenida con la intransigencia de la generosidad. La comunidad se reúne para proclamar que la existencia de ese sencillo hombre de Nazaret ilumina y cambia toda la historia humana. Una historia hecha de violencias interminables, sobre una tierra sedienta de esperanza en la que despuntan permanentemente las flores recónditas de la solidaridad.

La resurrección nos invita a no sofocarnos con la sórdida amargura de los interminables afanes cotidianos. La Pascua de Jesús nos muestra otro mundo, un mundo que comienza justo en los límites de la precariedad de nuestra existencia; un mundo que no nos enajena sino que abre nuestros ojos a una vida nueva. Una vida que no nace del voluntarismo o del deseo de querer imponer una opinión o un punto de vista. Todo lo contrario. La resurrección es primicia de una vida que nace del perdón, de la misericordia y la reconciliación. Porque sólo quienes sean capaces de reconocer el germen de la vida futura en medio de este valle de lágrimas, serán capaces de recoger la cosecha del reino.

La Pascua es la fiesta de la reconciliación, de la esperanza, de la resistencia. Con la resurrección, Jesús rompe el cerco de la impunidad. Su actitud de reconciliación es un grito de justicia. Jesús perdona a sus victimarios porque sabe que ellos están fanatizados por una moral que legitima la injusticia. Las instituciones religiosas y políticas "sólo hacen lo que saben". Instauran la violencia y la intolerancia como los únicos medios para legitimar su poder. Pero, con la resurrección, Jesús apela a la justicia de Dios que es el absoluto respeto por la vida humana y la libertad de todo ser humano. El perdón, entonces, nace de una conciencia soberanamente madura y tolerante y nos prepara para una reconciliación verdadera. Porque la injusticia cometida no se remedia con una agresión mayor.

ORACIÓN
Precioso Dios que en la búsqueda incansable del Maestro Resucitado, característica sobresaliente de las mujeres, encontremos y desarrollemos el camino de esperanza, unidad y misericordia, como una forma de testimonio ante las situaciones cotidianas que vivimos dentro de esta sociedad actual que cae en tantos antivalores. Amén.