lunes, 1 de abril de 2024

Martes 16 de Abril de 2024

 

 

“EL VERDADERO PAN”

 

PRIMERA LECTURA

HECHOS DE LOS APOSTOLES 7,51-8,1a

 

Señor Jesús, recibe mi espíritu

 

En aquellos días, Esteban decía al pueblo, a los ancianos y a los escribas: "¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la Ley por mediación de ángeles, y no la habéis observado."

Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios." Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: "Señor Jesús, recibe mi espíritu." Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado." Y, con estas palabras, expiró. Saulo aprobaba la ejecución.  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Seguimos leyendo la pequeña historia de Esteban, el protagonista de la lectura de ayer.  Hoy encontramos un discurso bastante fuerte en contra de los judíos que no entienden el mensaje de Jesús. Delante del Sanedrin en pleno, pronuncia, con entereza un largo discurso, del que solo escuchamos aquí el final, pero que está lleno de frases mordaces y duras de parte del acusado a sus acusadores:  ¡hombres duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos!. ¡Sois como fueron  vuestros padres….. que mataron a los profetas!  Al oir sus corazones se consumían de rabia y rechinaban sus dientes contra él. Si nos damos cuenta esas frases mordaces, no son más que una reanudación de lo que decía Jesús y decían todos los profetas. Al final el texto termina, tristemente, con la sentencia de muerte contra Esteban.

 

SALMO RESPONSORIAL: 30

R. / A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

 

Sé la roca de mi refugio,

un baluarte donde me salve,

tú que eres mi roca y mi baluarte;

por tu nombre dirígeme y guíame. R.

 

A tus manos encomiendo mi espíritu:

tú, el Dios leal, me librarás

yo confío en el Señor

Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. R.

 

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,

sálvame por tu misericordia.

En el asilo de tu presencia los escondes

de las conjuras humanas. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este Salmo es un canto de acción de gracias después de una enfermedad grave. El salmista reconoce que el Señor lo puso en peligro de muerte por un pecado de presunción; pero luego, en respuesta a su plegaria le dio una prueba evidente de su misericordia, haciendo que su dolor se convirtiera en alegría. Expresa un profundo sentimiento de confianza en el poder y amor de Dios. Esta son también las últimas palabras de Cristo en la cruz. En Él se cumple perfectamente la confianza en el poder y el amor de Dios, y en su resurrección se realiza con plenitud la liberación de la muerte y del mal, prenda y garantía de nuestra liberación definitiva.   

 

 

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 6,30-35

 

No fue Moisés, sino que es mi Padre el que da el verdadero pan del cielo

 

En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús: "¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo." Jesús les replicó: "Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo." Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de este pan." Jesús les contestó: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed."  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Jesús es el verdadero alimento, el verdadero pan. Quien lo coma no vuelve a tener hambre. Estar unidos a Jesús es la garantía de la fidelidad a la causa del Padre. Esta fidelidad a Jesús necesita ser alimentada por la voluntad de Dios. Jesús es la expresión concreta de lo que Dios quiere de sus hijos. La experiencia de ser creyente es una realidad que se va formando en la persona de manera paulatina. El ser humano es el resultado de lo que come y de lo que bebe. Si comemos el cuerpo de Cristo y bebemos su sangre, no solamente como acto  litúrgico, sino en el vivir, actuar y hacer lo que Jesús hizo, entonces podremos decir que hemos comenzado un itinerario de adhesión a la voluntad del Padre celestial. Vivamos en nuestra vida de cristianos la experiencia de la cristificación. Abrámonos a la acción del Espíritu para ser saturados del Crucificado-Resucitado y manifestemos al mundo la acción de Dios en nuestras vidas. Este es nuestro compromiso pascual. Manos a la obra. 

 

ORACIÓN

Seguirte a ti Señor es comulgar con tu Proyecto de vida y tu mismo destino. Sólo una fe gratuita y desinteresada puede otorgarle a nuestra existencia un sentido nuevo, donde tú eres el alimento que da fuerza para enfrentar y resolver las situaciones a partir de la intensa comunión contigo. Que podamos seguir nuestro proceso de “cristificación” guiados y sostenidos por ti y tu Espíritu. Amén

 

 

“Acojamos a Jesucristo como regalo del amor del Padre, como aquello que necesitamos, el único que pude darle sentido, propósito y valor a nuestra vida, el único verdadero pan, verdadero alimento”

 

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