lunes, 1 de abril de 2024

Lunes 01 de Abril de 2024

 

 

“A EVANGELIZAR SIN MIEDO”

 

PRIMERA LECTURA

HECHOS DE LOS APOSTOLES 2,14.22-33

 

Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos

 

El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: "Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él: "Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia."

Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que "no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción", hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, de lo cual todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo."  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Algo nuevo ha pasado, eso decíamos en el comentario del evangelio en la vigilia pascual. Esta lectura nos deja frente a esta realidad. El que hacía pocos días le había negado, asustado ante los guardias y las criadas del palacio de Pilatos, jurando que ni le conocía, ahora comienza, ante el pueblo y luego ante las autoridades de Israel, una serie de testimonios a cuál más intrépidos, que iremos leyendo a lo largo de esta semana.  Entre sus negaciones y su testimonio ha habido un acontecimiento decisivo: la resurrección de Jesús y el envío  de su Espíritu en Pentecostés. Pedro y los suyos  han madurado mucho en la fe. Esta primera predicación de Pedro es una catequesis clara y contundente sobre la persona de Jesús, dirigida precisamente a los habitantes de Jerusalén, los que habían estado más directamente implicados en su muerte: “vosotros,  lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó y nosotros somos testigos”, Pedro centra con decisión su anuncio en la muerte y resurrección de Jesús.

 

SALMO RESPONSORIAL: 15

R./ Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

 

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;

yo digo al Señor: "Tú eres mi bien."

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;

mi suerte está en tu mano. R.

 

Bendeciré al Señor, que me aconseja,

hasta de noche me instruye internamente.

Tengo siempre presente al Señor,

con Él a mi derecha no vacilaré. R.

 

Por eso se me alegra el corazón,

se gozan mis entrañas,

y mi carne descansa serena.

Porque no me entregarás a la muerte,

ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.

 

Me enseñarás el sendero de la vida,

me saciarás de gozo en tu presencia,

de alegría perpetua a tu derecha. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

 

Los levitas no recibieron una porción especial en Israel, porque Dios mismo fue la parte que les tocó en herencia. El salmista expresa su alegría por esa suerte y la certeza de que su pertenencia a Dios no será frustrada por la muerte. Esta herencia especial se extiende a todo el pueblo de Dios, pueblo sacerdotal. Cada creyente puede repetirlo personalmente, Cristo, al resucitar, nos da la certeza de que Dios no dejará en el poder de la muerte a aquellos que Él ama. 

 

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 28,8-15

 

“Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán”

 

 En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: "Alegraos." Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: "No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán."

Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: "Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros." Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy. Palabra del Señor

 

REFLEXIÓN

Es Pascua. Tiempo de alegría. Los cristianos estamos invitados a vivir de manera radical el gozo de Cristo Resucitado. Pero la experiencia de la alegría, que trae la Resurrección, no puede ser encerrada y silenciada, ha de ser contada, anunciada y vivida de manera contagiosa. ¡Alégrense! ¡Avisen a mis hermanos que vayan a Galilea! Son dos mandatos clarísimos del Resucitado. Jesús, al encuentro con las mujeres, les da la clave de los que es la vida cristiana: una vida de alegría y gastada a lado de los pobres. Ir a Galilea es volver siempre a los pobres. Galilea es el lugar de los empobrecidos. Allí el Resucitado se revelará plenamente a sus hermanos. Las mujeres han recibido el mandato concreto. Ellas anuncian al mundo lo que es en esencia el Evangelio. Esta Buena Noticia que Dios da a la humanidad por medio del Crucificado-Resucitado solo se puede contar al mundo entero cuando cada discípulo de Jesús los experimente en su propia vida. Hemos de anunciar la Resurrección de Jesús no como un evento, sino como experiencia.

 

ORACIÓN

Ayúdanos Señor a entender que es en los lugares de dolor y necesidad donde podemos transformar  nuestra vida y de las que nos rodean, y hacernos verdaderos(as) discípulo(as). Queremos vivir la alegría y la esperanza que nos trae tu Pascua, danos la fuerza, constancia y valentía para ser  multiplicadores del Evangelio del AMOR,  ser testigos de tu resurrección, como lo hacían las mujeres del evangelio que leemos hoy, aún aunque otros no lo comprendan e  incluso nos desmientan. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Martha Ochoa en su cumpleaños. Amén.

 

 

“Pidamos a Dios que de manera concreta podamos ser signo y testimonio fiel de su amor”

Martes 02 de Abril de 2024

 

“PASAR DE LA TRISTEZA  A LA ALEGRÍA”

 

PRIMERA LECTURA

HECHOS DE LOS APÓSTOLES 2,36-41

 

“Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo”

 

El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos: "Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías." Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: "¿Qué tenemos que hacer, hermanos?" Pedro les contestó: "Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos."  Con estas y otras muchas razones les urgía, y los exhortaba diciendo: "Escapad de esta generación perversa." Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos tres mil. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

En una situación de catástrofe o de peligro inminente como la que estamos viviendo ahora, por sentido común sabemos que hay que ponerse a salvo como sea. Pedro  hoy lo dice con sentido de confesión de fe, pero cabe extenderlo a los demás ámbitos de la vida personal y común. “¿Qué debemos hacer?”. La pregunta se nos impone también en otros órdenes de la vida. Los retos urgentes que enfrentamos como humanidad son colosales porque hemos permitido que se agraven de manera acelerada en las últimas décadas. Consideremos algunas situaciones límite en nuestra realidad: la bio-sustentabilidad de nuestro planeta, la distribución equitativa de los bienes y el ejercicio verificable de los derechos humanos. Estamos en la misma barca de la humanidad y todos y cada uno tiene mucho que aportar en cada uno de esos rubros. Pensemos qué debemos hacer. A nivel individual, consideremos nuestras relaciones familiares, laborales o sociales maltrechas y respondamos también cómo podemos inyectarles la vitalidad de Cristo resucitado. ¿De qué hay que arrepentirnos y pedir perdón? ¿Qué nos pide hacer el Espíritu de Dios hoy? 

 

SALMO   RESPONSORIAL: 32

R. / La misericordia del Señor llena la tierra.

 

La palabra del Señor es sincera,

y todas sus acciones son leales;

él ama la justicia y el derecho,

y su misericordia llena la tierra. R.

 

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,

en los que esperan en su misericordia,

para librar sus vidas de la muerte

y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

 

Nosotros aguardamos al Señor:

él es nuestro auxilio y escudo.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,

como lo esperamos de ti. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este  Salmo es  un canto de alabanza a Dios por su poder manifestado en la creación, en el gobierno de las naciones, en la ayuda concedida a su pueblo. El nuevo pueblo de Dios es más extenso que el solo Israel y tiene motivos más amplios aún para cantar su alabanza, con la humilde confianza de ser objeto del amor de Dios.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 20,11-18

 

“He visto al Señor”

 

En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: "Mujer, ¿por qué lloras?" Ella les contesta: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto." Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: "Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?" Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: "Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré." Jesús le dice: "¡María!" Ella se vuelve y le dice: "¡Rabboni!", que significa: "¡Maestro!" Jesús le dice: "Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."" María Magdalena fue y anunció a los discípulos: "He visto al Señor y ha dicho esto." Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

El evangelio muestra el itinerario espiritual que recorre María Magdalena y, en ella, se traza el caminar de la comunidad. Primero, se experimenta el llanto. Las lágrimas denotan un afecto intenso, donde la fe y la incipiente comunidad parecen deshacerse; pero ellas no desmerecen la búsqueda de María, al contrario, la cualifican, porque no se resigna al fracaso, sino que, en el lugar de la pérdida, adquiere una densidad que revela la presencia esperanzadora de Dios. Segundo, acontecen el encuentro y el reconocimiento del Maestro. En medio de la ausencia de sentido, toma forma el encuentro con el Resucitado que confiere identidad a la persona-comunidad (v.16) y les muestra a quiénes pertenecen: a su Padre y Dios. Tercero, tiene lugar la experiencia del testimonio público del Resucitado (v. 18). La experiencia existencial de María y de la comunidad, son la misma que recorre el creyente cuando decide sentirse enviado a anunciar la buena noticia de la resurrección a los otros. ¿Cómo personas pertenecientes a comunidades creyentes, estamos dispuestos a hacer este camino?

 

ORACIÓN

Señor Resucitado, a quienes te hemos experimentado y hoy vivimos contigo nos corresponde,  estar convencidos(as) que la fe se alcanza por la predicación de la Palabra y el testimonio de vida. Ayúdanos a no apagar el fuego de comunicar a los demás  la experiencia del encuentro contigo. Amén 

 

 

“Si Dios está de nuestro lado, ningún reto queda fuera de nuestro alcance”

 

Miércoles 03 de Abril de 2024

 

“RECORDAR MÁS A JESÚS”

 

PRIMERA LECTURA

HECHOS DE LOS APÓSTOLES 3,1-10

 

Te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo, echa a andar

 

En aquellos días, subían al templo Pedro y Juan, a la oración de media tarde, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada "Hermosa", para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo: "Míranos." Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar."  Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. La gente lo vio andar alabando a Dios; al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa, quedaron estupefactos ante lo sucedido. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

En el texto de hoy se nos narra la curación de un paralítico por parte de Pedro y Juan que representan a la nueva comunidad de Jesús (nueva por ser renovada en la experiencia de la resurrección). El texto nos ubica diciendo que, el pobre mendigo estaba a la puerta del templo, la mirada fija del mendigo que espera algo, la mirada también fija de Pedro, el contacto de la mano, las palabras breves solemnes, “en nombre de Jesucristo Nazareno, levántate y anda” y la curación progresiva del hombre hasta seguirles dando brincos al templo, ante la admiración de la gente. La fuerza salvadora, que en vida de Jesús brotada de él, curando a los enfermos y resucitando a los muertos, es ahora energía pascual que sigue activa:  el Resucitado está presente, aunque invisible y actúa a través de su comunidad, en concreto a través de los apóstoles, a los que había enviado a “proclamar el Reino de Dios y a curar”. No  tendrán medios económicos, pero si tienen algo mucho más valioso e importante: La fuerza del Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL: 104

R./ Que se alegren los que buscan al Señor.

 

Dad gracias al Señor, invocad su nombre,

dad a conocer sus hazañas a los pueblos.

Cantadle al son de instrumentos,

hablad de sus maravillas. R.

 

Gloriaos de su nombre santo,

que se alegren los que buscan al Señor.

Recurrid al Señor y a su poder,

buscad continuamente su rostro. R.

 

¡Estirpe de Abrahán, su siervo;

hijos de Jacob, su elegido!

El Señor es nuestro Dios,

él gobierna toda la tierra. R.

 

Se acuerda de su alianza eternamente,

de la palabra dada, por mil generaciones;

de la alianza sellada con Abrahán,

del juramento hecho a Isaac. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este Salmo es un himno litúrgico de alabanza a Dios por las maravillas hechas en favor de su pueblo, recordando la historia desde los patriarcas hasta la entrada a la tierra prometida. La Historia de salvación de Israel hace parte de nuestra propia historia de salvación, pero ella se completa con la nueva alianza mediada por Jesucristo y con el ofrecimiento de salvación a todos los pueblos

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 24,13-35

 

“Lo reconocieron al partir el pan”

 

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.

Él les dijo: "¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?" Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: "¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?" Él les preguntó: "¿Qué?" Ellos le contestaron: "Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron."

Entonces Jesús les dijo: "¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?" Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída." Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.

Ellos comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?" Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: "Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón." Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.  Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

La experiencia cristiana, de adhesión a Jesús y seguimiento de su causa, fue traicionada a lo largo de la historia de la Iglesia. Imponiéndose un modelo de religión que contradice la exigencia radical de lo que significa ser discípulo de Jesús. Un cristiano es un hombre de fe, de adhesión, de seguimiento. Para vivir la vida cristiana es importante reconocer a Jesús y entrar en su lógica que va en contravía de la lógica de la historia, la lógica del mundo. Los Discípulos de Emaús son un verdadero ejemplo del proceso que cada creyente debe vivir para reconocer a Jesús en su propia vida y pasar a lo más importante del seguimiento: construir y vivir la comunidad. El itinerario vivido por ellos es el camino que tiene que recorrer cada creyente para experimentar la alegría del Resucitado. Ellos son símbolo de la obstinación de todos los hombres y mujeres. Se resisten a reconocer a Jesús en su nueva presencia. Lo nuevo los asusta. Como ellos, también nosotros, esperamos un triunfo de Jesús basado en el poder. Pero Jesús tiene otra vía. Su propuesta de amor.

 

ORACIÓN

Gracias Jesús porque así como caminaste un día con los discípulos  de Emaús, animándolos en su aflicción, hoy caminas también con cada uno(a) de nosotros(as), motivándonos en nuestras dificultades. Que esa misma Palabra y Pan Eucaristía, sigan siendo para todos nosotros(as), desde la vida comunitaria, los espacios privilegiados de encuentro contigo: el Cristo Resucitado.  Amén.

 

 

“Si no fuera por la gracia y por el amor de Dios, tendríamos vacío en el corazón y vagaríamos sin rumbo y sin dirección. Por eso hay que estar unidos a Él”

 

Jueves 04 de Abril de 2024

 

“EL MAESTRO ESTA VIVO Y RESUCITADO”

 

PRIMERA LECTURA

HECHOS DE LOS APÓSTOLES 3,11-26

 

“Matásteis al autor de la vida; pero Dios lo resucitó de entre los muertos”

 

En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, la gente, asombrada, acudió corriendo al pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver a la gente, les dirigió la palabra: "Israelitas, ¿por qué os extrañáis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a éste con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Como éste que veis aquí y que conocéis ha creído en su nombre, su nombre le ha dado vigor; su fe le ha restituido completamente la salud, a vista de todos vosotros.

Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; a ver si el Señor manda tiempos de consuelo, y envía a Jesús, el Mesías que os estaba destinado. Aunque tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración universal que Dios anunció por boca de los santos profetas antiguos. Moisés dijo: "El Señor Dios sacará de entre vosotros un profeta como yo: escucharéis todo lo que os diga; y quien no escuche al profeta será excluido del pueblo." Y, desde Samuel, todos los profetas anunciaron también estos días. Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: "Tu descendencia será la bendición de todas las razas de la tierra." Dios resucitó a su siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros, para que os traiga la bendición, si os apartáis de vuestros pecados."  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Seguimos en el contexto de la curación del paralítico. La gente está admirada y asombrada, por eso Pedro aprovecha la buena disposición para dirigirles una nueva catequesis sobre Jesús, en cuyo nombre ha curado al paralítico. Sus oyentes son judíos y por tanto Pedro argumenta a partir del Antiguo Testamento, de los anuncios de Moisés y los profetas, razonando la “continuidad” entre el “Dios de nuestros padres” y los acontecimientos actuales. Los discursos predicaciones de Pedro ayudan a leer la historia como Historia de la Salvación, que culmina en Cristo, y, después de la venida del Espíritu, en la constitución de la comunidad mesiánica reunida en torno al Señor. El Mesías anunciado ya ha venido, y es el mismo Jesús de Nazaret a quien Israel ha rechazado. Pedro interpela con lenguaje muy directo a los judíos, “al que vosotros entregasteis y rechazasteis… matasteis al autor de la vida” ¡Que contraste: han indultado a un asesino y han asesinado al autor de la vida! Aunque trata de disculparles: “se que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo”. Pedro, que ha madurado claramente en su fe, afirma ahora lo que nunca había entendido bien: que el Mesías tenía que pasar por la muerte y la cruz. Cuando Jesús se lo anunciaba, en vida, era Pedro quien más reacio se mostraba a aceptar ese mesianismo que predicaba Jesús, ahora, ya sabe que “el Mesías tenía que padecer”.

 

SALMO RESPONSORIAL: 8

R./ Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

 

¡Señor, dueño nuestro,

¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,

el ser humano, para darle poder? R.

 

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,

lo coronaste de gloria y dignidad,

le diste el mando sobre las obras de tus manos,

todo lo sometiste bajo sus pies. R.

 

Rebaños de ovejas y toros,

y hasta las bestias del campo,

las aves del cielo, los peces del mar,

que trazan sendas por el mar. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

La contemplación de las maravillas de la naturaleza, desde las más grandes hasta las más pequeñas, nos invita a reconocer la grandeza y majestad del Creador y agradecer su predilección por el ser humano, a quien puso al frente de la creación. Cada día se hace más grande nuestro asombro frente al cosmos y sensación de pequeñez del ser humano, por eso se acrecienta la gratitud a Dios que vino para ser parte de nuestra historia y su pequeñez

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 24,35-48

 

“Asi  estaba  escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día”

 

En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: "Paz a vosotros." Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo."

Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: "¿Tenéis ahí algo de comer?" Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse." Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto." Palabra del Señor

 

REFLEXIÓN

Reconocer a Jesús al partir el pan es la señal más clara que sólo en la vida de comunidad es donde un creyente está llamado a reconocer y seguir al Resucitado. La vida cristiana no se puede vivir en solitario. No tiene sentido. Más aún, se ha dicho desde hace mucho tiempo que “en el cristianismo quien anda solo, anda en malas compañías”. Jesús les lleva la Paz a los discípulos encerrados por el miedo. La Paz que Jesús les ofrece es su propia experiencia de Resurrección. Y en esta lógica de Paz él les explica el sentido profundo de la Escritura. Jesús es la Palabra definitiva de Dios. Al explicarles la Escritura lo que Jesús hace es decirle al grupo de los discípulos que él es la síntesis de toda la Revelación de Dios. Quien le cree a Él, le cree a Dios y cree a la promesa que como pueblo ha recibido a lo largo de la historia. La Paz que Jesús lleva a los suyos es la que ratifica, definitivamente, que Él es. Es Jesús mismo quien les visita.

 

ORACIÓN

Que grande es para nuestro caminar como discípulos,  llegar a comprender que el encuentro con tu Palabra es una experiencia de fe que pasa por la mente, el corazón, nuestros oídos y  labios y se hace vida personal y comunitaria, a través de la mesa que se comparte, de  la vida que se entrega día a día  a los demás. Que experimentemos  la paz que sólo puede venir de tu cuerpo entregado, tu costado roto, de tus manos y tus pies heridos, de tu  amor extremo por nosotros, que solo puede venir de tí. Amén.

 

“Jesús no es un fantasma, un superhéroe o un ser humano cualquiera, sino el Maestro vivo y resucitado que quiere hacernos sus testigos”